lunes, 14 de mayo de 2018

Sebastian Barry: "Días Sin Final"










Dentro de la vorágine positiva que estoy viviendo en estos momentos con las presentaciones en distintos puntos de Extremadura, espero hacerlo también fuera, de mi primera novela en solitario, “El Crujir De Las Hojas”, he encontrado mis momentos de distensión en uno de los libros más excitantes, conmovedor e instructivos que han caído en mis manos en los últimos meses, “Días Sin Final”, de Sebastian Barry. Sigo siendo de la opinión de que hay veces, muchas, que las cosas, objetos o, como en este caso, libros, cómics o discos nos buscan con más ahínco que nosotr@s a ell@s. Para otr@s puede que sean simples casualidades, cada cual es libre de interpretar lo que le sucede, yo sigo pensando que no ha sido cosa del azar. Sebastian Barry ha pasado a engrosar mi lista de autores/as preferid@s. Con él he tenido una sensación parecida a esa de descubrir un grupo o solista nuevo, o relativamente nuevo, que te vuela la cabeza después de llevar toda tu vida escuchando música. La misma que te hace seguir creyendo en el poder mágico de la escritura, la música o cualquier otra disciplina que os pueda gustar verdaderamente. Y sigues creyendo porque con este tipo de obras ves que hay futuro en cualquiera de dichas materias.




Nacido en Dublín, este novelista, dramaturgo y poeta está considerado uno de los mayores exponentes de la literatura actual de su país, algo que no me extraña lo más mínimo. Empezó su andadura en el mundo de la novela en 1982 con “Marker´s Garden” y en el del teatro en 1988 con “Boss Grady´s Boys”. Ha recibido galardones, tanto por sus novelas como por sus obras teatrales, como el Kerry Group Fiction Prize, el Irish Book Award o el Independent Bestsellers Prize. Con “Días Sin Final” recibió el Premio Costa así como el Walter Scott de Ficción Histórica 2017. “Días Sin Final” nace, según las propias del autor, cuando a la edad e 16 años su hijo Toby le dice que es gay. La idea de que: “Un irlandés hace lo mismo en Estados Unidos que un inglés en Irlanda” sumada a la de: “La historia del mundo homosexual no está escrita” es el eje sobre el que gira todo el entramado de la obra. Barry reconoció en su momento que cuando acabó de escribir estas páginas no se sentía nada satisfecho con su trabajo, algo que cambió con las opiniones de sus lectores y la llegada de premios.




Estos párrafos se basan en las vivencias de Thomas McNulty, un irlandés obligado a emigrar siendo un adolescente a Estados Unidos después de la hambruna que estaba asolando su país. Primera lección del libro basada en las razones comerciales entre Inglaterra e Irlanda que impulsaron dicha falta de recursos. La parte en la que Thomas nos cuenta cómo fue su viaje a las Américas, su recibimiento y el trato que le dieron nada más llegar pone de manifiesto todas esas cosas que la Historia oficial de un país solo saca a relucir si frotas con ahínco para quitar toda la mierda que hay bajo su supuesto resplandor. Cuántas veces se habrá repetido, se sigue repitiendo en la actualidad con l@s refugiad@s, y que poco hemos aprendido de ello. Es más, las víctimas se convierten en verdugos con la ficticia seguridad que les da su imaginario estatus social. Pobres despreciando a otros pobres mientras l@s ric@s crecen en su riqueza. La política aplicada durante siglos que sigue beneficiando solo a un@s poc@s.




Cuando McNulty consigue escapar de su calvario de lazaretos y sitios similares, se dedica a recorrer su país de adopción como miles de emigrantes hacían en aquellos tiempos y siguen haciendo en estos. Andando por esos caminos se encuentra con John Cole, otro adolescente de procedencia medio india que escapa de las garras de su padre pasando de un Estado a otro sin miras atrás. El flechazo entre ambos es instantáneo. Harán sus primeros pinitos en el mundo laboral travistiéndose en una compañía de teatro y baile donde menguarán la terrible soledad que vive la comunidad de mineros del lugar al que le llevaron sus pasos. Es aquí donde se encuentran con la oferta de un cambio de vida alistándose en el ejército, algo que hacen sin pensárselo demasiado. Con esta decisión podemos decir que comienza la verdadera trama del libro. Las reflexiones de ambos después de arrasar un campamento de indi@s yurok serán las primeras de una larga lista entre las que se encuentran la atracción de Thomas por los ropajes femeninos y la sorpresa de cómo esa atracción era vivida libremente por ciertos individuos que acaban de pasar por sus sables y mosquetes.




La segunda lección empieza con la de vuelta tras la matanza llevada a cabo por el regimiento de Cole y McNulty. En ella podemos encontrarnos de frente con las calamidades que vivía dicho ejército en cuanto a equipamiento, enseres y orientación. Algo que en más de una vez solventaron con la ayuda de l@s mism@s indi@s que luego masacrarían. La vida en la tropa y en los fuertes contada desde dentro, algo que en muy pocas ocasiones vais a escuchar o leer. Acabada dicha etapa militar vuelven a sus andadas en el mundo del espectáculo. Ahora serán una familia formada por ellos dos y la pequeña Winona, personaje clave en toda esta historia. Parece que sus éxitos siempre tropiezan antes de llegar a la cima con la llamada a las armas. Así pues, acuden a la cita que les propone el señor Lincoln alistándose en las filas de la Unión. Para l@s que vivimos en países divididos por una guerra civil, que puede sonar lejana en el tiempo pero que en la sociedad sigue haciendo mella, esta parte es sumamente emotiva. Las batallas, las carencias de uno y otro bando, los miedos antes y después de las batallas, los campos de prisioneros y sus consecuencias, tanto físicas como mentales, y el odio posterior a la victoria o la derrota, según donde pisen tus pies, parece que no se han movido en el tiempo. Solo los uniformes cambian de color, el resultado no. Una vez acabada la guerra y recuperados de su maltrecha experiencia, volverán en busca de Winona para poner rumbo a Tennesse donde intentarán vivir como una verdadera familia trabajando y compartiendo espacio y negocio con un viejo compañero de filas. Digo intentarán porque aquí tendrán que afrontar una serie de peligros muy distintos a los vividos hasta ese instante. El ejército, ese perro rastreador que los persigue en su destino, volverá a hacer su aparición para llevarlos a una nueva encrucijada de la que no tienen muy claro cómo van salir.




Todo esto es lo que os encontraréis en estas páginas además de descripciones brutales de espacios, paisajes, costumbres y sentimientos. Os aseguro que si os interesa toda esa etapa de la Historia os vais a empapar de ella con las experiencias de aquell@s cuyos relatos no aparecen en los anales de esta. Y si no os interesa, tendréis ante vosotr@s una novela que os conmoverá por su gran carga sentimental, que no de mojigatería, escrita de tal forma que os enganchará desde el primer minuto de lectura.



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