Dentro de la vorágine positiva que estoy viviendo en estos
momentos con las presentaciones en distintos puntos de Extremadura, espero
hacerlo también fuera, de mi primera novela en solitario, “El Crujir De Las
Hojas”, he encontrado mis momentos de distensión en uno de los libros más
excitantes, conmovedor e instructivos que han caído en mis manos en los últimos
meses, “Días Sin Final”, de Sebastian Barry. Sigo siendo de la opinión de que
hay veces, muchas, que las cosas, objetos o, como en este caso, libros, cómics
o discos nos buscan con más ahínco que nosotr@s a ell@s. Para otr@s puede que
sean simples casualidades, cada cual es libre de interpretar lo que le sucede,
yo sigo pensando que no ha sido cosa del azar. Sebastian Barry ha pasado a
engrosar mi lista de autores/as preferid@s. Con él he tenido una sensación
parecida a esa de descubrir un grupo o solista nuevo, o relativamente nuevo,
que te vuela la cabeza después de llevar toda tu vida escuchando música. La
misma que te hace seguir creyendo en el poder mágico de la escritura, la música
o cualquier otra disciplina que os pueda gustar verdaderamente. Y sigues
creyendo porque con este tipo de obras ves que hay futuro en cualquiera de
dichas materias.
Nacido en Dublín, este novelista, dramaturgo y poeta está
considerado uno de los mayores exponentes de la literatura actual de su país,
algo que no me extraña lo más mínimo. Empezó su andadura en el mundo de la
novela en 1982 con “Marker´s Garden” y en el del teatro en 1988 con “Boss
Grady´s Boys”. Ha recibido galardones, tanto por sus novelas como por sus obras teatrales, como el
Kerry Group Fiction Prize, el Irish Book Award o el Independent Bestsellers
Prize. Con “Días Sin Final” recibió el Premio Costa así como el Walter Scott de
Ficción Histórica 2017. “Días Sin Final” nace, según las propias del autor,
cuando a la edad e 16 años su hijo Toby le dice que es gay. La idea de que: “Un
irlandés hace lo mismo en Estados Unidos que un inglés en Irlanda” sumada a la
de: “La historia del mundo homosexual no está escrita” es el eje sobre el que
gira todo el entramado de la obra. Barry reconoció en su momento que cuando
acabó de escribir estas páginas no se sentía nada satisfecho con su trabajo,
algo que cambió con las opiniones de sus lectores y la llegada de premios.
Estos párrafos se basan en las vivencias de Thomas McNulty,
un irlandés obligado a emigrar siendo un adolescente a Estados Unidos después
de la hambruna que estaba asolando su país. Primera lección del libro basada en
las razones comerciales entre Inglaterra e Irlanda que impulsaron dicha falta
de recursos. La parte en la que Thomas nos cuenta cómo fue su viaje a las
Américas, su recibimiento y el trato que le dieron nada más llegar pone de
manifiesto todas esas cosas que la Historia oficial de un país solo saca a
relucir si frotas con ahínco para quitar toda la mierda que hay bajo su supuesto
resplandor. Cuántas veces se habrá repetido, se sigue repitiendo en la
actualidad con l@s refugiad@s, y que poco hemos aprendido de ello. Es más, las
víctimas se convierten en verdugos con la ficticia seguridad que les da su
imaginario estatus social. Pobres despreciando a otros pobres mientras l@s
ric@s crecen en su riqueza. La política aplicada durante siglos que sigue
beneficiando solo a un@s poc@s.
Cuando McNulty consigue escapar de su calvario de lazaretos y
sitios similares, se dedica a recorrer su país de adopción como miles de
emigrantes hacían en aquellos tiempos y siguen haciendo en estos. Andando por
esos caminos se encuentra con John Cole, otro adolescente de procedencia medio
india que escapa de las garras de su padre pasando de un Estado a otro sin
miras atrás. El flechazo entre ambos es instantáneo. Harán sus primeros pinitos
en el mundo laboral travistiéndose en una compañía de teatro y baile donde
menguarán la terrible soledad que vive la comunidad de mineros del lugar al que
le llevaron sus pasos. Es aquí donde se encuentran con la oferta de un cambio
de vida alistándose en el ejército, algo que hacen sin pensárselo demasiado.
Con esta decisión podemos decir que comienza la verdadera trama del libro. Las
reflexiones de ambos después de arrasar un campamento de indi@s yurok serán las
primeras de una larga lista entre las que se encuentran la atracción de Thomas
por los ropajes femeninos y la sorpresa de cómo esa atracción era vivida
libremente por ciertos individuos que acaban de pasar por sus sables y
mosquetes.
La segunda lección empieza con la de vuelta tras la matanza
llevada a cabo por el regimiento de Cole y McNulty. En ella podemos
encontrarnos de frente con las calamidades que vivía dicho ejército en cuanto a
equipamiento, enseres y orientación. Algo que en más de una vez solventaron con
la ayuda de l@s mism@s indi@s que luego masacrarían. La vida en la tropa y en
los fuertes contada desde dentro, algo que en muy pocas ocasiones vais a
escuchar o leer. Acabada dicha etapa militar vuelven a sus andadas en el mundo
del espectáculo. Ahora serán una familia formada por ellos dos y la pequeña
Winona, personaje clave en toda esta historia. Parece que sus éxitos siempre
tropiezan antes de llegar a la cima con la llamada a las armas. Así pues, acuden
a la cita que les propone el señor Lincoln alistándose en las filas de la
Unión. Para l@s que vivimos en países divididos por una guerra civil, que puede
sonar lejana en el tiempo pero que en la sociedad sigue haciendo mella, esta
parte es sumamente emotiva. Las batallas, las carencias de uno y otro bando,
los miedos antes y después de las batallas, los campos de prisioneros y sus
consecuencias, tanto físicas como mentales, y el odio posterior a la victoria o
la derrota, según donde pisen tus pies, parece que no se han movido en el
tiempo. Solo los uniformes cambian de color, el resultado no. Una vez acabada
la guerra y recuperados de su maltrecha experiencia, volverán en busca de
Winona para poner rumbo a Tennesse donde intentarán vivir como una verdadera
familia trabajando y compartiendo espacio y negocio con un viejo compañero de
filas. Digo intentarán porque aquí tendrán que afrontar una serie de peligros
muy distintos a los vividos hasta ese instante. El ejército, ese perro
rastreador que los persigue en su destino, volverá a hacer su aparición para
llevarlos a una nueva encrucijada de la que no tienen muy claro cómo van salir.
Todo esto es lo que os encontraréis en estas páginas además
de descripciones brutales de espacios, paisajes, costumbres y sentimientos. Os
aseguro que si os interesa toda esa etapa de la Historia os vais a empapar de
ella con las experiencias de aquell@s cuyos relatos no aparecen en los anales
de esta. Y si no os interesa, tendréis ante vosotr@s una novela que os
conmoverá por su gran carga sentimental, que no de mojigatería, escrita de tal
forma que os enganchará desde el primer minuto de lectura.
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