lunes, 7 de mayo de 2018

Rozalén En El Gran Teatro De Cáceres







Much@s se sorprenderán de esta entrada en mi blog, pero para sorpresa, y de las gordas, el concierto del pasado viernes, 4 de Mayo, de Rozalén en el Gran Teatro de Cáceres. Nunca he sido alguien cerrado a otros tipos de música que no fuera el Rock. Es más, quizá eso sea algo que me ha gustado de siempre, el saber y conocer a otros artistas que poco o nada tienen que ver con este estilo y sentir que me fascinan. Esto también me ha llevado a tener más de una y cien discusiones o críticas por parte de aquell@s que adoran a esa falsa y manida diosa llamada Autenticidad. ¡¡Y yo preocupao!!




Descubrí a Rozalén en uno de esos programas televisivos donde los participantes imitan a otros artistas del mundo de la música. Fue verla, escuchar aquel tema y notar que esta mujer tenía un no sé qué que me gustaba. Después de oír sus discos y verla en directo os puedo asegurar que son muchas las cosas que entran dentro de ese “me gustaba”. Empezando por el volver a retomar esa atracción musical que he tenido desde pequeño por l@s cantautores, “cansautores, como dice la propia Rozalén. Hacía tiempo que no me reconciliaba con esa parte de mí que se ensancha con las canciones de Víctor Jara, Paco Ibáñez, Violeta Parra, Quilapayún, Javier Krahe o Labordeta, entre otr@s, y esta albaceteña, curioso que la banda que más me gusta del Metal de los últimos años, Ángelus Apátrida, también proceda de esas tierras, ha conseguido eso y mucho más.




Con las entradas agotadas desde hacía días se subió Rozalén a las tablas del mítico espacio cacereño para ofrecernos un show cargado de emotividad, buen rollo, simpatía y actitud a partes iguales. Una vez terminada la interpretación de “La Puerta Violeta”, y de dejar claro que el feminismo es igualdad, que lo contrario es machismo o hembrismo, nos dice que nos sintamos como si estuviéramos en la habitación de nuestra casa. Nada más apropiado para que su concierto sea algo cercano. Es verdad que en sus primeras canciones su voz estaba algo fría y los graves se le iban un poco de tono, pero al tercer tema este asunto quedó totalmente solventado demostrando que tiene un don de voz especial. Nos hizo reír con las dedicatorias, unas anteriores a sus canciones, otras posteriores, nos contó el origen de canciones como “El Hijo De La Abuela”, “La Que Baila Para Ti” o “Justo”. Hizo subir al escenario a un número considerable de niñ@s para que interpretar “Las Hadas Existen”. Se hizo acompañar de Fetén Fetén sumando puntos a esos musicazos que la acompañan entre los que destaca precisamente la que no toca ningún instrumento, pero forma parte esencial del concierto, Bea y su comunicación con signos, tremendos los instantes que te hace vivir esta mujer. Tienen cabida anécdotas de su carrera como la que le llevaron a componer “Antes De Verte” y nos hace saltar las lágrimas con “Amor Prohibido”. Aún se me pone el vello de punta recordándola. Para aquell@s para l@s que la sociedad aún ve en nuestro amor o forma de amar como algo prohibido, antinatural y mil vacaburradas más, esta canción supera con creces lo especial. Uno de esos temas que cuando tienes que afrontar una de las miles de crisis sentimentales que te encuentras en el largo camino de la vida te hace reflexionar y ver que la otra persona que tienes al lado vale mucho la pena.




También rindió homenaje a es@s cantautores que han influido en su carrera como Violeta Parra, “Volver A Los 17”, Luís Eduardo Aute, “La Belleza” y no se cortó en hacer su propia versión de un clásico popular latinoamericano como es “La Llorona”. El concierto trascurría sin darnos cuenta de que tarde o temprano llegaría a su final.  Un público tan ensimismado como variado no es consciente ni tiene ganas de que esto ocurra nunca. Con la sala entera en pie cantando “Girasoles”, y Rozalén bandurria en mano, despedimos a una mujer que dio todo lo que se puede dar encima de un escenario. Lo hizo con todos los temas que he nombrado y otros como “Dragón Rojo”, “Vuelves”, su archiconocido “80 Veces” o ese “Vivir” en su ayuda contra el cáncer de mama escrita con fragmentos de experiencias de mujeres que han pasado o pasan por esa maldita enfermedad.




Gracias, muchas gracias a Rozalén y sus músicos por su concierto, por hacernos olvidar durante casi dos horas y media tristezas y males y, sobre todo, por hacerse querer como ella sola sabe hacer porque estas cosas no las consigue cualquiera. ¡¡A seguir así y mucha suerte, hermana!!



No hay comentarios:

Publicar un comentario