viernes, 5 de enero de 2018

Ethan Hawke - Greg Ruth: "Indeh: Una Historia Apache".








El que iba a ser en principio un proyecto cinematográfico más del actor Ethan Hawke acabó convirtiéndose en la novela gráfica que nos concierne en este artículo. Cómo llegó a este término es algo que el propio actor nos cuenta en el epílogo de la obra. La cuestión es que Hawke, protagonista de pelis tan conocidas como “Colmillo Blanco”, “Gattaca” o “Antes Del Amanecer”, entre otras, se puso en contacto con el dibujante Greg Ruth quien, con ciertas condiciones de por medio, accedió a dar vida a este proyecto a través de sus dibujos. Greg es un ilustrador estadounidense que ha dado vida en el cómic a personajes tan conocidos como Conan o Sherlock Holmes. Además de trabajar en libros para niños, su obra, junto a Steven Niles, “Freaks Of The Heartland”, ha sido llevada al cine.





Una vez presentados los autores del cómic, comenzaré hablando de Douglas Miles, encargado del Prólogo del mismo. Miles vive y trabaja en la Nación Apache de San Carlos. Además de ser el diseñador de tablas de “Skate Apache”, aporta su punto de vista sobre la cuestión Apache mediante conferencias o la pintura. Así lo hace también es este prólogo donde centra sus palabras en las motivaciones que llevaron a los Apaches a ejercer la violencia sobre la nación más potente, militarmente hablando, del mundo. Es muy interesante su punto de vista pues parte de alguien que sabe a ciencia cierta de qué habla por pertenecer a dicha tribu. Aconsejable, como siempre, empezar este cómic sin saltarse esta pieza clave en cualquier obra.




El cómic en sí se divide en tres partes donde se tratan los distintos enfrentamientos entre Apaches y mexicanos, en primera instancia, y, seguidamente, con los yanquis, a los que estas tribus conocían como “Ojos Blancos”. La primera parte comienza con la leyenda de cómo Usen, el principal Dios de los Apaches, creó el mundo y, con ello, la llegada de la primera guerra. A esto le sigue la tragedia del asesinato de la familia de Jerónimo por parte de los mexicanos que desencadenará el consabido odio de éste hacia cualquier hombre blanco. Interesante que os enteréis de cómo le asignan el nombre en castellano a este guerrero Chiricahua.






Después de esos “contactos” con los mexicanos, los Apaches empiezan a ver pasearse por sus territorios a unos nuevos hombres blancos que les acarrearán muchos más problemas que aquellos. Así se abre la segunda parte. Partiendo del conocido como “El Asunto De Bascom”, en referencia al teniente coronel del ejército norteamericano del mismo nombre, Cochise se pone en contacto con el ejército de estos nuevos invasores que vienen a habitar sus tierras. El resultado, después de una acelerada huida del jefe indio, acaba siendo bastante desgraciado para éste, algo que le llevará a declarar la guerra a estos “Ojos Blancos” con la intención de mandarlos con su “Dios de Tres cabezas”. La creación de la reserva de San Carlos para los Apaches Tontos y Montañas Blancas no tenía otro objetivo que el de que las distintas tribus Apaches se enfrentaran entre sí ante el dilema de aceptar o no el vivir en dichos espacios. Ante la imposibilidad de Bascom de atrapar a Cochise decide hacer lo propio con Mangas Coloradas, que no estaba en guerra con los blancos, pero al militar estadounidense eso se la trae floja, pues su objetivo es derrotar a cualquier gran jefe Apache. Entre tanto aparece en escena un personaje clave en la historia de las guerras indias de Norteamérica, el general George Crook. Interesante la conversación entre ambos militares. La ambición de Bascom le llevará a desobedecer las órdenes de Crook con terribles consecuencias para él, no tanto para sus hombres. Esta parte se cierra con el intento de firmar la paz por parte de Mangas Coloradas y el macabro resultado del mismo.





La tercera, y última parte, del cómic da pie a la aparición de otro de los personajes importantes en las llamadas “Guerras Apaches”, el conocido como “General Cristiano”, Oliver Howard que mantendrá un atrayente diálogo con el degradado a sargento Gatewood. Después de descubrir la verdadera identidad del rastreador Mickey Free, éste traducirá de manera totalmente interesada las palabras del que le acogiera con anterioridad, el jefe de los Apaches Yavapais o Coyoteros, Cochiney, y llevará a Crook a asesinar la partida de éste sin piedad. Gatewood siempre se retrata como alguien buen conocedor de los Apaches y así lo demuestra en una descripción que le hace a Howard después de quedarse éste al mando del conflicto y pasar Crook a defender los interese de los EE.UU. ante otra de las grandes naciones indias, los Sioux. Al final Howard consigue firmar la paz con Cochise accediendo a que algunas partidas de Apaches entren en la reserva de Ojos Calientes no sin conflicto previo por el descubrimiento de oro en dichos territorios. No todos los Apaches, como es sabido, accederán a acabar sus días en una reserva. Jerónimo y el viejo Nana, entre otros, seguirán luchando hasta su rendición, exilio o muerte lejos de la tierra que los vio nacer.






El cómic, en general, está bastante bien. La fuerza de las viñetas en blanco y negro de Greg Ruth hacen de esta obra algo sobresaliente en ese aspecto. Lo que hay que tener en cuenta es que Hawke no pretende en ningún momento adaptase a los acontecimientos tal cual ocurrieron. Él se sirve de lugares y figuras reales a los que añaden otros sacados directamente de su imaginación. Esto no es grave cuando la intención del guionista no es otra que denunciar la situación de aniquilación que vivió una de las mayores naciones indias de Norteamérica durante casi tres décadas. Si bien dicha intención está más que conseguida, para aquell@s que se acerquen por primera vez a esta parte de la Historia de dichas tribus puede resultar bastante confuso a la vez que distorsionador. Así pues, un consejo para cuando leáis estas páginas, quedaos con los nombres de los principales protagonistas de las mismas e indagar, siempre que estéis interesados en el tema, sobre si dichos acontecimientos sucedieron tal y como se expresan aquí. Por lo demás, una pena que nunca se llevara a la gran pantalla este trabajo, estoy seguro de que habría sido algo, como mínimo, impactante.


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