El que iba a ser en principio un proyecto cinematográfico más
del actor Ethan Hawke acabó convirtiéndose en la novela gráfica que nos
concierne en este artículo. Cómo llegó a este término es algo que el propio
actor nos cuenta en el epílogo de la obra. La cuestión es que Hawke,
protagonista de pelis tan conocidas como “Colmillo Blanco”, “Gattaca” o “Antes
Del Amanecer”, entre otras, se puso en contacto con el dibujante Greg Ruth
quien, con ciertas condiciones de por medio, accedió a dar vida a este proyecto
a través de sus dibujos. Greg es un ilustrador estadounidense que ha dado vida en
el cómic a personajes tan conocidos como Conan o Sherlock Holmes. Además de
trabajar en libros para niños, su obra, junto a Steven Niles, “Freaks Of The
Heartland”, ha sido llevada al cine.
Una vez presentados los autores del cómic, comenzaré hablando
de Douglas Miles, encargado del Prólogo del mismo. Miles vive y trabaja en la
Nación Apache de San Carlos. Además de ser el diseñador de tablas de “Skate
Apache”, aporta su punto de vista sobre la cuestión Apache mediante
conferencias o la pintura. Así lo hace también es este prólogo donde centra sus
palabras en las motivaciones que llevaron a los Apaches a ejercer la violencia
sobre la nación más potente, militarmente hablando, del mundo. Es muy
interesante su punto de vista pues parte de alguien que sabe a ciencia cierta
de qué habla por pertenecer a dicha tribu. Aconsejable, como siempre, empezar
este cómic sin saltarse esta pieza clave en cualquier obra.
El cómic en sí se divide en tres partes donde se tratan los
distintos enfrentamientos entre Apaches y mexicanos, en primera instancia, y,
seguidamente, con los yanquis, a los que estas tribus conocían como “Ojos
Blancos”. La primera parte comienza con la leyenda de cómo Usen, el principal
Dios de los Apaches, creó el mundo y, con ello, la llegada de la primera
guerra. A esto le sigue la tragedia del asesinato de la familia de Jerónimo por
parte de los mexicanos que desencadenará el consabido odio de éste hacia
cualquier hombre blanco. Interesante que os enteréis de cómo le asignan el
nombre en castellano a este guerrero Chiricahua.
Después de esos “contactos” con los mexicanos, los Apaches empiezan
a ver pasearse por sus territorios a unos nuevos hombres blancos que les
acarrearán muchos más problemas que aquellos. Así se abre la segunda parte.
Partiendo del conocido como “El Asunto De Bascom”, en referencia al teniente
coronel del ejército norteamericano del mismo nombre, Cochise se pone en
contacto con el ejército de estos nuevos invasores que vienen a habitar sus
tierras. El resultado, después de una acelerada huida del jefe indio, acaba
siendo bastante desgraciado para éste, algo que le llevará a declarar la guerra
a estos “Ojos Blancos” con la intención de mandarlos con su “Dios de Tres
cabezas”. La creación de la reserva de San Carlos para los Apaches Tontos y
Montañas Blancas no tenía otro objetivo que el de que las distintas tribus
Apaches se enfrentaran entre sí ante el dilema de aceptar o no el vivir en
dichos espacios. Ante la imposibilidad de Bascom de atrapar a Cochise decide
hacer lo propio con Mangas Coloradas, que no estaba en guerra con los blancos,
pero al militar estadounidense eso se la trae floja, pues su objetivo es
derrotar a cualquier gran jefe Apache. Entre tanto aparece en escena un
personaje clave en la historia de las guerras indias de Norteamérica, el
general George Crook. Interesante la conversación entre ambos militares. La
ambición de Bascom le llevará a desobedecer las órdenes de Crook con terribles
consecuencias para él, no tanto para sus hombres. Esta parte se cierra con el
intento de firmar la paz por parte de Mangas Coloradas y el macabro resultado
del mismo.
La tercera, y última parte, del cómic da pie a la aparición
de otro de los personajes importantes en las llamadas “Guerras Apaches”, el
conocido como “General Cristiano”, Oliver Howard que mantendrá un atrayente
diálogo con el degradado a sargento Gatewood. Después de descubrir la verdadera
identidad del rastreador Mickey Free, éste traducirá de manera totalmente
interesada las palabras del que le acogiera con anterioridad, el jefe de los
Apaches Yavapais o Coyoteros, Cochiney, y llevará a Crook a asesinar la partida
de éste sin piedad. Gatewood siempre se retrata como alguien buen conocedor de
los Apaches y así lo demuestra en una descripción que le hace a Howard después
de quedarse éste al mando del conflicto y pasar Crook a defender los interese
de los EE.UU. ante otra de las grandes naciones indias, los Sioux. Al final
Howard consigue firmar la paz con Cochise accediendo a que algunas partidas de
Apaches entren en la reserva de Ojos Calientes no sin conflicto previo por el
descubrimiento de oro en dichos territorios. No todos los Apaches, como es
sabido, accederán a acabar sus días en una reserva. Jerónimo y el viejo Nana,
entre otros, seguirán luchando hasta su rendición, exilio o muerte lejos de la
tierra que los vio nacer.
El cómic, en general, está bastante bien. La fuerza de las
viñetas en blanco y negro de Greg Ruth hacen de esta obra algo sobresaliente en
ese aspecto. Lo que hay que tener en cuenta es que Hawke no pretende en ningún
momento adaptase a los acontecimientos tal cual ocurrieron. Él se sirve de
lugares y figuras reales a los que añaden otros sacados directamente de su
imaginación. Esto no es grave cuando la intención del guionista no es otra que
denunciar la situación de aniquilación que vivió una de las mayores naciones
indias de Norteamérica durante casi tres décadas. Si bien dicha intención está
más que conseguida, para aquell@s que se acerquen por primera vez a esta parte
de la Historia de dichas tribus puede resultar bastante confuso a la vez que
distorsionador. Así pues, un consejo para cuando leáis estas páginas, quedaos
con los nombres de los principales protagonistas de las mismas e indagar,
siempre que estéis interesados en el tema, sobre si dichos acontecimientos
sucedieron tal y como se expresan aquí. Por lo demás, una pena que nunca se
llevara a la gran pantalla este trabajo, estoy seguro de que habría sido algo,
como mínimo, impactante.
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