martes, 17 de octubre de 2017

Texto Mandrílico Octubre 2017



La jornada anterior al 1-O se está desarrollando sosegadamente, sin apenas incidentes. Destacaríamos los grupos de independentistas que están tomando los colegios electorales para poder votar en la jornada de mañana, alguna refriega con las fuerzas policiales que intentan desalojar a dichos independentistas y los gritos y cánticos de los unionistas en muchas plazas de las principales ciudades del Estado. 

Entre las personas que se encontraban en una de estas plazas haremos hincapié en un tal Ramón Pérez García y su perro “Felipe”. Ramón es un trabajador de una multinacional de paquetería de la cual fue despedido hace poco más de un mes. Su perro “Felipe” es un Yorkshire pequeño como una pulga y con tal mal carácter como dicho insecto. Pues bien, Ramón se sentó en una de las terrazas de la plaza Mayor donde permanecía desde las 11 de esta mañana. Lo curioso y llamativo era ver a “Felipe” engalanado con una bandera de España tres veces más grande que él. El animal parece sentirse cómodo con tal insignia que lleva a modo de protector contra el frío. Eso sí, no hay quien se acerque a él, ni para saludarlo ni para intentar deshacerle de su patriótico vestido, sin la amenaza de sentir sus pequeños colmillos incrustados en la carne.

Ramón estaba tan borracho en el instante que le hemos pedido su opinión sobre el conflicto planteado en Cataluña que no entendimos su respuesta. Tan solo cuando se puso a cantar el himno de la legión, sumado a la bandera de “Felipe”, comprendimos de qué parte estaba. El problema ha surgido cuando han aparecido un grupo de conocidos suyos con la intención de hacerle ver que el lugar de la reivindicación estaba hoy en el centro de la plaza y no sentado en la terraza emborrachándose como una cuba. Ramón se ha alterado con sus compañeros y la ha emprendido a voces además de arrojarles unos vasos que estaban encima de su mesa. Uno de esos vasos ha venido de vuelta cayendo en su trayectoria de misil al lado justo de “Felipe” que se ha salvado por los pelos de quedar noqueado.

Ramón, preocupado por su mascota, la ha atado en la otra punta de la plaza, siempre a la vista para poder controlarla, con la intención de que no fuese dañada, tampoco, por supuesto, la bandera que portaba. Ha vuelto, cabreado como una mona, a enzarzarse con sus colegas que lo han reducido a base de frases como: “¡Vale ya, Ramón! Aquí estamos por España y no para pelearnos entre nosotros.” Esto y algún agarrón más, junto con la entonación del himno nacional, calmó a Ramón que, con tanta euforia, se olvidó totalmente de “Felipe”.

Y aquí es donde llega realmente la noticia de la tarde. El grupo independentista que acudió a la plaza Mayor en contrarréplica de los unionistas, encontró a “Felipe” desamparado y atado. Viendo su indumentaria, lo primero que quisieron fue despojarle de la misma. Ante esto, “Felipe”, exhibiendo su natural carácter combativo, ha mordido sin piedad a dos mujeres y un niño. A ellas les ha desgarrado un par de dedos y al niño le ha herido en los tobillos. Al final “Felipe” ha conseguido conservar su bandera roja y gualda con poderío y arrojo. Los heridos han recibido atención médica en el Hospital Central de la ciudad. Mientras, la situación en la plaza no pasó a más por ninguna de las partes.

Una vez fuera del hospital los agredidos han rellenado un formulario para exigir a Cataluña, como una de sus primeras medidas, que incluya a la raza Yorkshire en la lista de perros peligrosos. Argumentan esta petición en las heridas sufridas, sobre todo por el niño, y suman a ello el hecho de que esta raza pertenezca a la familia de los Terrier. No se ha hecho mención alguna a la indumentaria de “Felipe” y la intención de los solicitantes de desnudarle de la misma. Desde esta cadena lanzamos las siguientes preguntas: “¿Es culpable “Felipe” de sus actos en defensa de su abrigo? ¿Sabe “Felipe” lo que representa dicha indumentaria?”. A estas horas “Felipe” está retenido en la perrera municipal acusado de agresión grave mientras Ramón busca su documentación por los cajones de su casa con la intención de devolverle la libertad. Mañana será un día largo para Ramón, sus colegas unionistas, los independentistas y, sobre todo, para “Felipe” que hasta el lunes no podrá saber si es liberado o no. Al menos Ramón ha tomado la decisión de no volverle a vestir con banderas de ninguna clase, algo que no sabemos si le salvará o no de la lista de canes agresivos.


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