La jornada anterior al 1-O se está desarrollando sosegadamente, sin apenas incidentes. Destacaríamos los grupos de independentistas que están tomando los colegios electorales para poder votar en la jornada de mañana, alguna refriega con las fuerzas policiales que intentan desalojar a dichos independentistas y los gritos y cánticos de los unionistas en muchas plazas de las principales ciudades del Estado.
Entre las personas que se encontraban en una de estas plazas
haremos hincapié en un tal Ramón Pérez García y su perro “Felipe”. Ramón es un
trabajador de una multinacional de paquetería de la cual fue despedido hace
poco más de un mes. Su perro “Felipe” es un Yorkshire pequeño como una pulga y
con tal mal carácter como dicho insecto. Pues bien, Ramón se sentó en una de
las terrazas de la plaza Mayor donde permanecía desde las 11 de esta mañana. Lo
curioso y llamativo era ver a “Felipe” engalanado con una bandera de España
tres veces más grande que él. El animal parece sentirse cómodo con tal insignia
que lleva a modo de protector contra el frío. Eso sí, no hay quien se acerque a
él, ni para saludarlo ni para intentar deshacerle de su patriótico vestido, sin
la amenaza de sentir sus pequeños colmillos incrustados en la carne.
Ramón estaba tan borracho en el instante que le hemos pedido
su opinión sobre el conflicto planteado en Cataluña que no entendimos su
respuesta. Tan solo cuando se puso a cantar el himno de la legión, sumado a la
bandera de “Felipe”, comprendimos de qué parte estaba. El problema ha surgido
cuando han aparecido un grupo de conocidos suyos con la intención de hacerle
ver que el lugar de la reivindicación estaba hoy en el centro de la plaza y no sentado
en la terraza emborrachándose como una cuba. Ramón se ha alterado con sus
compañeros y la ha emprendido a voces además de arrojarles unos vasos que
estaban encima de su mesa. Uno de esos vasos ha venido de vuelta cayendo en su
trayectoria de misil al lado justo de “Felipe” que se ha salvado por los pelos
de quedar noqueado.
Ramón, preocupado por su mascota, la ha atado en la otra
punta de la plaza, siempre a la vista para poder controlarla, con la intención
de que no fuese dañada, tampoco, por supuesto, la bandera que portaba. Ha
vuelto, cabreado como una mona, a enzarzarse con sus colegas que lo han
reducido a base de frases como: “¡Vale ya, Ramón! Aquí estamos por España y no
para pelearnos entre nosotros.” Esto y algún agarrón más, junto con la
entonación del himno nacional, calmó a Ramón que, con tanta euforia, se olvidó
totalmente de “Felipe”.
Y aquí es donde llega realmente la noticia de la tarde. El
grupo independentista que acudió a la plaza Mayor en contrarréplica de los
unionistas, encontró a “Felipe” desamparado y atado. Viendo su indumentaria,
lo primero que quisieron fue despojarle de la misma. Ante esto, “Felipe”,
exhibiendo su natural carácter combativo, ha mordido sin piedad a dos mujeres y
un niño. A ellas les ha desgarrado un par de dedos y al niño le ha herido en
los tobillos. Al final “Felipe” ha conseguido conservar su bandera roja y
gualda con poderío y arrojo. Los heridos han recibido atención médica en el
Hospital Central de la ciudad. Mientras, la situación en la plaza no pasó a más
por ninguna de las partes.
Una vez fuera del hospital los agredidos han rellenado un formulario
para exigir a Cataluña, como una de sus primeras medidas, que incluya a la raza
Yorkshire en la lista de perros peligrosos. Argumentan esta petición en las
heridas sufridas, sobre todo por el niño, y suman a ello el hecho de que esta
raza pertenezca a la familia de los Terrier. No se ha hecho mención alguna a la
indumentaria de “Felipe” y la intención de los solicitantes de desnudarle de la
misma. Desde esta cadena lanzamos las siguientes preguntas: “¿Es culpable
“Felipe” de sus actos en defensa de su abrigo? ¿Sabe “Felipe” lo que representa
dicha indumentaria?”. A estas horas “Felipe” está retenido en la perrera
municipal acusado de agresión grave mientras Ramón busca su documentación por
los cajones de su casa con la intención de devolverle la libertad. Mañana será
un día largo para Ramón, sus colegas unionistas, los independentistas y, sobre
todo, para “Felipe” que hasta el lunes no podrá saber si es liberado o no. Al
menos Ramón ha tomado la decisión de no volverle a vestir con banderas de ninguna
clase, algo que no sabemos si le salvará o no de la lista de canes agresivos.
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