Muchas veces que las visitas de amig@s traen consigo gratas
sorpresas. Eso es lo que ha ocurrido con la última de mi amigo Javi de
Rentería. En ese afán de intercambio de regalos y préstamos que nos hacemos de música, revistas, cómics y libros, este verano, además de
otras cosas, él me ha pasado esta obra de Rodrigo Ratero, basada en un guion de
Jabi Subversión, titulada “El Lugar Donde Reina La Locura” mientras que yo le
dejé el libro de Justo Vila “La Agonía Del Búho Chico”, del que os hablaré
algún día en este blog.
Rodrigo Ratero es un madrileño de nacimiento que pasó su
infancia y juventud en Ciudad Rodrigo. Allí comenzó su labor como guionista de
cortos que dirigía con la ayuda de colegas. Sin ser un estudiante aplicado,
dedicaba su tiempo a este tipo de actividades mientras le atrapaba la música
Punk. En el 2010 edita su primera novela, “El Maestro Pocero”, con la que
consigue una notable repercusión y de la que existe una edición impresa
limitada. A ésta le sigue la que nos concierne en este artículo que vio la luz
en el 2016. Su obra literaria se complementa con el guion de “Terrario”,
dirigida por Jesús Mora y protagonizada por Darío Paso Y Natalia Rodríguez.
Jabi es el guitarrista y cantante del grupo de Rock Rabioso
Subversión X. “El Lugar Donde Reina La Locura” comenzó como un proyecto de
disco conceptual por parte de la banda. Viendo que aquello se quedaba corto
para presentarlo en los escenarios, pensaron en convertirlo en obra de teatro y
de aquí salió la idea de pasarlo al cine. Así fue cómo Jabi se metió de lleno
en el guion del proyecto que llegó, incluso, a rodarse durante varias jornadas
antes de que los problemas con la productora y el equipo de rodaje echaran por
tierra dicho propósito. Pasado el disgusto, se pone en contacto con Rodrigo con
el que acuerda pasar el guion al formato novela. Así es cómo Ratero da forma a
su segundo libro.
Ekix (Xabier), Santi, Gaizka, Ortan, Leire,Silvia e Izaskun
son un grupo de jóvenes adolescentes que se codean desde pequeñ@s con el paro,
el alcohol, la heroína y las calles negras de su Santurzi natal durante la
segunda mitad de la década de los 80 y la de los 90 del siglo pasado. Todo ello
bajo el sustrato de las bandas Punk que despuntaban por aquellos años en sus
alrededores, Eskorbuto, Zarama o R.I.P., entre otras. Los dos ejes sobre los
que gira esta increíble novela son el propio Ekix y la ciudad de Santurzi. Él
abandonara pronto el hogar familiar donde, después de la muerte de su madre,
comenzarán las discrepancias con su progenitor que se aferra a la botella para
olvidar su presente y esperar que el futuro le ponga pronto frente a la muerte.
Cansado de un trabajo convencional dejará todo atrás para okupar una casa que
compartirá con su compañera desde que eran críos, Leire, y que, a la larga se
convertirá en centro de operaciones de toda su pandilla.
El codearse día sí, día también, con esa plaga que se
extendió por aquellos años por todo el Estado conocida como heroína hace que no
tarden en sucumbir a los “placeres” de la misma. Aquí es donde realmente
comienza y acaba todo lo que Rodrigo plasma en sus páginas. Desde ese primer
pico, sucesor de los chinos, que le administra Niko, personaje posteriormente esencial
en toda la trama, a Ekix y Leire hasta un millar de aventuras y desventuras,
impulsadas por la necesidad de seguir con su adicción, ocurrirán otro tanto de
cosas que os pondrán los pelos de punta gracias al lenguaje directo y sin
tapujos de Ratero. Tod@s ell@s pasarán, como era de esperar, de ser un@s
pringa@s a l@s que roban l@s demás yonquis a ser profesionales del atraco y el
tráfico de heroína. Las calles, plazas, descampados, estaciones de trenes,
vecin@s, la policía corrupta y la competencia brutal por el menudeo que les
saque de tener que andar pillando a otr@s harán el resto. También está esa
pasión que tod@s ell@s sienten por el Punk que se ve realzada por su
acercamiento a Iousu de Eskorbuto al que consideran todo un referente y al que
recordarán más de una vez entre alucinaciones, síndromes de abstinencia y
subidones. Podría extenderme mucho más y desgranaros alguna que otra de las
correrías de esta peña, pero sería como desvelar la propia existencia de
cualquiera de ell@s y mi intención, como en otras ocasiones, es que las
descubráis por vosotr@s mism@s dedicándole un rato de vuestro tiempo a la
lectura de las mismas. Os aseguro que os engancharéis como Ekix y sus colegas
al caballo.
Para much@s de los que crecimos en la misma época que este
grupo de chic@s, el lenguaje de Rodrigo, unido a las vivencias de l@s mism@s,
nos resulta totalmente cercano. ¿Quién de nostro@s puede decir que no le dio el
palo algún yonqui? ¿Quién no vio cómo algún o alguna de sus amig@s de la
infancia caía en esa telaraña bien urdida por ciertos poderes que es la
heroína? ¿A cuántos perdimos por sobredosis, SIDA, peleas o “caricias” de los
maderos? Me ha parecido todo tan próximo que sólo tenía que cambiar esas
tristes, oscuras y enmarañadas calles de Santurzi por las de los grandes y pequeños
pueblos de La Serena o el propio Cáceres. Cuando leía ponía caras cercanas a
Leire, Niko, Ekix y tod@s l@s otr@s y veía pegada a mí esa ilusión que teníamos
cuando, de la manera que fuera, llegaba a nuestras manos las cintas o los
discos de las bandas que aparecen en estos párrafos. Cómo no te ibas a
identificar con todo aquello que entraba por tus oídos si era lo que realmente
te servía de refugio y vía de escape ante los problemas que nos surgían dentro
y fuera de casa. Puede que algun@s se lleven las manos a la cabeza o vean estas
correrías como algo pasado y anacrónico, incluso crean que Ratero y Jabi se han
excedido en sus descripciones, pero os aseguro que así funcionaban las cosas en
las calles en aquellos años que ahora nos venden a través de camisetas portadas
por niñat@s que no conocen ni los grupos que llevan impresos y que ha conseguido
crear una ola de bandas que se reconocen como “Sonido Ochentero”.
Ahora bien, si el tema de la política hace su aparición a
través de GaizKa y sus discrepancias con l@s demás, creo que los autores de
este formidable texto se quedan en el tintero dos de los grandes problemas a
los que nos tuvimos que enfrentar l@s jóvenes de aquel tiempo: el ya mencionado
SIDA y la llamada a filas. Es imposible que no afrontaran o se encontraran de
frente con estos dos asuntos. Si el intercambio de jeringuillas, unido a las
recaídas después de los desenganches, es algo que se plasma en estas páginas, me
ha resultado raro que ningun@ de ell@s acabara afectado por esta enfermedad. En
lo relativo al servicio militar, exceptuando unos panfletos que lleva Gaizka en
uno de los capítulos relativos a la Insumisión, el trato es totalmente nulo. Si
Ekix tiene doce años al principio de 1985 y acaba cercano a los treinta al
final de la novela, es imposible que, por muy drogadicto que fueran, él y sus
colegas, no hubieran tenido que desafiar su incorporación a filas de una manera
u otra. Hago referencia a estos temas porque puede que sean, junto a la suerte
que tienen después de atracar ciertos lugares y a ciertos personajes, lo que
hace que el relato quede un poco cojo en su conjunto.
Por lo demás, sólo me queda provocaros para que atraveséis el
umbral de ese “Lugar Donde Reina La Locura”. Lugar que pensábamos que desaparecería
huyendo de él y que ha crecido hasta convertirse en el monstruo que es en estos
días gracias a falsas creencias como la podrida globalización.
Cierro este
artículo con parte del tema de Parabellum “La Locura” de su disco de 1993 “Hace
Falta..?”:
“La locura dijo a la razón: No existe un corazón que apague
mi tortura…
Quiero correr encima
de un cristal, cortándome los pies, tratando de buscarte.
Quiero saltar,
dejándome la piel, y luego echarme sal y no tendré bastante…”