jueves, 30 de marzo de 2017

Nazario: "Nuevas Aventuras De Anarcoma Y el Robot XM2"






La realidad de que este Estado es injusto con much@s de sus artistas viene de lejos. Esa idea tan incrustada en nuestros genes de que todo allende de los Pirineos es mejor que lo que tenemos por estos lares hace que nos infravaloremos de manera excesiva. Conozco desde peña que sólo escucha música de grupos guiris a otra que, fascinándole la pintura, piensan que aquí aparte de Velázquez, Goya y Sorolla no ha nacido ningún artista más. El apartado del cómic tampoco es ajeno a este asunto. Mientras gente como Ralf König o Robert Crumb, de los que me declaro un seguidor acérrimo y a los que nombro por ciertas similitudes con el autor que nos incumbe, están en boca de la mayoría de l@s seguidores del mundo de las viñetas, si a est@s mism@s le preguntáramos por la existencia de un tal Nazario apuesto que nos llevaríamos una desagradable sorpresa con el desconocimiento que daría forma a sus respuestas.




En contraposición con otros artículos, no voy a hacer un repaso a la biografía de este autor sevillano afincado en Barcelona desde hace ni se sabe. Para aquell@s en los que nació el interés por los cómics en los setenta con cosas como “Tarzán” o el famoso “Don Miki”, entre otros muchos, además de ojear a escondidas los tebeos un poco más para adultos de nuestr@s herman@s mayores, y que llegamos a la adolescencia y juventud en los ochenta, el universo de las revistas, ya no eran simples tebeos, cargadas de aventuras en viñetas fue un momento espléndido. De pronto te encontrabas delante del quiosco sin saber si elegir, sobre todo por nuestro poder adquisitivo, al “Totem”, “Blue Jeans”, “Creepy”, “Cimoc”, “Comix” o, aquella en la que sobresalía Nazario junto a otr@s autores, la más transgresora de todas, “El Víbora”. En las páginas de esta última es donde descubrimos que en este Estado existían dibujantes, guionistas, o ambas cosas a la vez, que contaban aventuras que nada tenían que ver con todo aquello que habíamos conocido con anterioridad en el “paraíso” de la tinta y los bocadillos. No puedo evitar tener asociados en mi mente a Nazario y “El Víbora”. Con él entré en contacto que la temática gay dentro del cómic, mientras que, con aquella imprescindible revista, también con las que he nombrado con anterioridad, me convencí de que nunca iba a dejar de ser, aclarando que a cada cual le gusta una temática u otra, un amante de los cómics. Esperar una entrega más de “El Víbora” para saber con qué nos sorprendería Nazario y “Anarcoma” era parte de aquella ansiedad juvenil.




Hay que hacer hincapié en que Nazario no sólo creó al personaje principal de estas “Nuevas Aventuras De Anarcoma Y El Robot XM2”. En su tomo “Obras Completas 1970-1980” os encontraréis con “San Reprimonio Y Las Pirañas Corruptas”, su particular “Guerrero Del Antifaz” o “Purita”. Entre tod@s est@s y “Mujeres Raras” o “Alí Babá Y Los 40 Maricones” se encuentra su creación estrella, “Anarcoma”. Esta travesti, cuyo nombre es la mezcla de los términos anarco y carcoma, lo mismo hace la carrera en las calles de la ciudad condal que es la encargada de resolver ciertos asuntos turbios que ocurren en las mismas vías, bulevares, ramblas o callejones. Este volumen de sus “Nuevas Aventuras”, publicado en Noviembre del 2016, pretende poner el broche perfecto a todas vivencias de “Anarcoma” y su séquito. Puede que el hecho de que Nazario haya cambiado sus características viñetas por la prosa pura y dura te haga creer que todo perderá cierto interés. He de reconocer que lo pensé cuando cayó en mis manos este libro, pero, una vez que te adentras en él, es tal el poder descriptivo del autor en vestimentas, mobiliario, rasgos corporales, lugares, objetos de placer o escenas que tu mente no podrá evitar crear sus propias viñetas.



El científico, y profesor, “Onliyú” ha perdido, tal vez ha sido robada, su máquina desinhibidora de placer. Desde el momento en el que esta noticia llega a los oídos de “Anarcoma” ésta se obsesionará con encontrarla, cueste lo que cueste. De esta forma, acompañada por el robot fugado del laboratorio de los “Hermanos Herr”, XM2, por un lado y de las confidencias de su amiga “La Caty”, que trabaja como vendedora de chucherías y limpiadora de unos váteres públicos donde se entera de todo lo que acontece en el ambiente de Barcelona, por otro, pondrá en marcha un plan para hacerse con tan peculiar objeto. En su devenir por este asunto “Anarcoma” se encontrará con la competencia de su amigo de la mili “El Jamfry”, que está profundamente enamorado de XM3, hermano robot de XM2, el rapto por parte del Conde Negro y Los Caballeros de la Santa Orden de San Repimonio, la convivencia con “El Manco” y su novia, la muerte del Duque de Tronogordo y el encargo por parte de la hermana de éste de recuperar un preciado collar de perlas, un asesino de travestis, interesado en sus descomunales miembros, perseguido por un “singular” cuerpo de policía, el secuestro por parte la Metamorfosina y sus Pirañas Tuertas o paseará por las Ramblas y la Plaza Real del brazo del propio Nazario y Ocaña.



¿Cómo saldrá “Anarcoma” de todos estos asuntos, qué vaivenes tendrá que sufrir, cuál será el final de XM2, su hermano XM3, los mismísimos “Hermanos Herr” o la propia máquina del profesor “Onliyú”? Dad por sentado que no podréis dejar de leer hasta conocer la identidad del sádico asesino de travestis. De qué manera conseguirá hacerse nuestra protagonista con el collar y las consecuencias de dicho éxito será otro de los temas claves del texto. Todo quedará resuelto con esa forma tan suya que tiene Nazario de explicar desde los sinsabores de la vida de estas personas mientras ejercen la prostitución hasta su día a día, las relaciones entre ellas, no siempre cercanas, el comportamiento de la policía y parte de la prensa, la actividad en cualquier plaza o calle de la ciudad condal, la supervivencia y confidencias de chaperos y yonkis o la vida nocturna de algunos de los locales de ambiente del momento.





Como anécdota os diré que la publicación del primer volumen de “Anarcoma” no fue censurado en España, ni en Francia, Italia, Holanda o Inglaterra. Mientras, el mismo puritanismo yanqui que nos invade ahora sólo permitió su venta en Sex-shops y lo incluyó en el apartado de “Libros Perjudiciales Para La Juventud”. Gracias, Nazario, muchas gracias por haberte atrevido a poner punto final, o no, a las aventuras de mi personaje preferido de tu carrera y, sobre todo, por haber formado parte esencial de esa pasión que aún siento por el mundo de las viñetas. 


martes, 21 de marzo de 2017

Texto Mandrílico Marzo 2017



Cuando tienes delante de ti a cincuenta mil almas saltando, gritando, bailando, sudando, bebiendo, drogándose y, por encima de todo, con los brazos en alto izándote hasta el Olimpo del delirio, en esos precisos minutos, eres el dios del Mambo, del Rock, del Dance y de toda la música que aún está por llegar. Lo mejor de este asunto es que te paguen por ello. Recibes una remuneración anterior a tu ascenso celestial y otra posterior, siempre que se haya llevado a cabo la actuación e independientemente del resultado de la misma. Entonces ya no eres sólo un dios o un rey. Te conviertes, de manera fulminante, en el propio Olimpo o trono. Tienes acceso a todos los lujos, miserias, peticiones, derroches y extravagancias, propias y ajenas.

Para esa gira había conseguido tal status que, allegados, técnicos, camellos, periodistas a sueldo y demás miembros de mi corte musical, viajábamos en un jet privado rodeados de ostentación y exuberancia. Europa hacía ya unos años que se quedó demasiado pequeña. Este era el momento de atacar la mina en bruto que representa el mercado asiático. Serían cuatro fechas por las que llegaría a cobrar más que en todas las realizadas en el viejo continente. Tel-Aviv, Delhi, Singapur y, cerrando nuestro periplo, Tokio.

Viviendo enclaustrado voluntariamente en este mundo de fantasía, coloreada por la química, te sientes a salvo de cualquier cosa que suceda fuera de él. El misil no distinguió entre mi jet privado, un avión de combate o uno comercial. Aquellas milicias poseídas por el radicalismo religioso no diferencian, ni quieren diferenciar, entre soldados, viajeros o fanáticos de lo irreal, como yo. Una vez que el piloto consiguió aterrizar de manera brusca fuera del territorio de aquellos señores de la guerra, los únicos supervivientes de mi palacio alado fuimos dos de las azafatas de a bordo, el comandante de la nave, uno de mis traficantes privados y yo.

Abrí los ojos diez días después del accidente en la cama de este hospital, en mi ciudad natal, Nápoles. La respuesta a cómo llegué hasta aquí consistió en un peregrinaje euroasiático que poco tenía que ver con el que se iba a convertir en primer tour por el continente más extenso del Globo. Ya han pasado tres años de esto. Esta cama se ha convertido en mi espalda, el personal de enfermaría en mis técnicos de sonido y luces, los doctores en mis mánagers y los ATS en mis nuevos dealers de estupefacientes legales. Entre todos me dicen que debo tener esperanza. ¿Esperanza en qué?


Una vez has sido Zeus y Apolo jamás deseas volver a ser mortal. Ni siquiera la opción del mismísimo Agamenón es suficiente para conformarse. Ya no existe otra salida que despedirme de todos y de todo: de la gente cercana, de aquella a la que dejé de importar porque, en realidad, sólo le interesó mi pomposidad, de la adrenalina del escenario, del calor de los focos y, sobre todo, de estas cuatro paredes de color y sonidos metálicos que ocupan todas las horas de mis cinco sentidos. Antes todos mis deseos se cumplían al instante. Ahora mi último anhelo se alarga en el tiempo. Me comentaron que la ley iba a cambiar, esa fue mi única esperanza, pero todo sigue igual. Salí esta mañana en el coche de mi mejor amigo desde Nápoles dirección a Zúrich. He invertido todo lo que me quedaba en esta última actuación. Cuando me suba al escenario me despediré poco apoco, pero sonriente. No habrá más de nada. Otros ocuparán, ya lo han hecho, mi lugar pues el show siempre debe continuar. Yo nunca pude superar que el mío se convirtiera en una caja de cerillas que se han ido consumiendo una por una durante treinta y seis meses. Estos párrafos son los que deberán aglutinarse en mis últimas pistas de grabación. ¡Hasta que la muerte nos vuelva a unir en su eterna actuación! Mientras tanto: ¡Enjoy life!

lunes, 13 de marzo de 2017

Exposiciones En Cáceres: "Cien Años de Arqueología En La Cueva De "El Conejar"" Y "Un Mundo De Historias En Viñetas"








Este mes de Marzo podéis visitar un par de exposiciones en Cáceres distintas entre sí, pero con el mismo grado de interés. Por un lado, en el Museo de Cáceres, os encontraréis con “Cien Años de Arqueología En La Cueva De “El Conejar”” y por otro, en el Museo Pedrilla, con “Un Mundo De Historias En Viñetas”.





La referente a la cueva de “El Conejar” es un repaso a ese siglo que se lleva investigando y excavando en dicho lugar de la ciudad. Este sitio estuvo habitado desde el Mesolítico hasta un tiempo posterior al Neolítico. Se encuentra dentro de la zona conocida como “El Calerizo”, donde los humanos conocieron el paso de una economía basada en la caza y la recolección a otra donde ellos mismo producían su sustento mediante la agricultura y la ganadería. Fue en 1916 cuando se llevó a cabo la primera excavación, a cargo de Ismael del Pan, en la que se conocía por entonces como “La Cueva Del Oso”. Un año después se publica en primer estudio sobre la cueva donde se le llama ya “El Conejar”. Posiblemente este último nombre se deba a que estuviera situada justo al lado de un lugar donde se criaban conejos en cautividad. Entre las décadas de los 60 y los 90 del siglo pasado se realizan una serie de trabajos por parte de la Universidad de Extremadura que logran situar la ocupación de este emplazamiento entre el Neolítico y la Edad de Bronce. Serán de estos periodos la mayoría de los objetos y restos que podrás ver en esta exposición. Con esta reciente centuria se abre una nueva investigación destinada al estudiar el Pleistoceno en la citada cueva. A este estudio pertenecen la otra parte de piezas que acabarán por formar el todo de la muestra.








Es interesante saber que la ciudad de Cáceres debe ser de las pocas del mundo que tenga más un asentamiento humano tan antiguo dentro de lo que es su actual casco urbano. “El Conejar” y “Maltravieso” son dos lugares que demuestran la presencia del hombre desde la Prehistoria. Como ocurre con otros lugares semejantes del Estado, se investigan y se paraliza dicha investigación según los fondos que pueda, o quiera, aportar la Administración. Esto ha llevado al estancamiento de la indagación en dos sitios esenciales para comprender la vida de estos seres humanos en la Península. Sin demasiado mantenimiento en ambas, y con poca atención por parte de la ciudad, nos arriesgamos a encontrarnos con sitios de mucho atractivo hechos una ruina. Este es el gran peligro que sufren las cuevas de la capital cacereña.






También fue en 2016 cuando se cumplían ciento veinte años de lo que se considera el nacimiento del mundo de las viñetas como medio de expresión. Fue en 1896 cuando la serie de Hoggan´s Alley, creada por Richard F. Outcault, cuyo protagonista no era otro que “Yellow Kid”, añadió un globo de diálogo a sus dibujos. Esto sería el germen de los cómics actuales. A esto hay que añadir que en este 2017 se celebra el centenario del popular “TBO”, publicación que, por extensión, logro que dicho nombre fuese utilizado de manera genérica por la mayoría de aficionad@s del Estado a todo lo referente a los cómics. Desde ese lejano 1896 todos los personajes que han habitado, y habitan, esas páginas han pasado a la historia de la literatura universal con mejor o peor reconocimiento. Algun@s son parte importante de nuestras vidas. En la mía destacaría desde Corto Maltés a Silencio pasando por una infinidad de personajes y aventuras. Hubo épocas, sobre todo cuando la televisión era aún lujo en muchos de nuestros hogares, en las que estas revistas repletas, la mayoría, de personajes ficticios eran la válvula de escape de l@s niñ@s que tenían acceso a ellas. Ante esto os recomiendo “Paracuellos”, de Carlos Giménez, como ejemplo de lo que digo.





Con esta intención el periodista Francisco Javier M. Romagueras presenta en esta exposición parte de su colección privada para que, de manera didáctica, podamos hacer un repaso a todo lo que han sido, y son, los tebeos en nuestro Estado. Podéis disfrutar viendo desde el número uno de dicho “TBO” o de “EL Jueves” hasta muchos de los cómics y fanzines comiqueros que se han hecho en Cáceres y otros lugares de la Comunidad Autónoma. Tendréis unos paneles donde os explicarán el significado de cada uno de los términos asociados a este mundo, desde historieta o cómix hasta manga. Os enteraréis de las razones que llevaron a una editorial como la de “El Gato Negro” a llamarse “Bruguera”, con su “Pulgarcito” a la cabeza. Se repasa todo lo acontecido durante la dictadura franquista, donde el “Capitán Trueno” fue uno de sus mayores héroes. Con la muerte del dictador, publicaciones como “El Papus” se ponen al frente de los cómics politizados reflejando toda la tensión política de lo que han dado por llamar “La Transición”. Llegaremos, de esta forma, a la añorada década de los 80 donde el movimiento Underground procedente de Estados Unidos influirá en muchas de las revistas que se publicarán por estos lares, desde “El Víbora” hasta “Blue Jeans” o “Totem”. A su vez, se hace hincapié en la aportación de autores extremeños en todo este asunto. De este modo, os sorprenderá saber ciertos datos como que la revista “Cimoc” fue creada por el pacense Rafael Martínez, la contribución de Felipe Borrayo a la creación del mítico personaje “Makoki” o la nominación de mi apreciado Pedro Camello al premio “Eisner”.





Para l@s que llevamos ya media vida rodeados de tebeos, cómics, novelas gráficas o cómo queráis llamarlo, es un subidón ver cómo algunas de esas publicaciones que observas detrás de las vitrinas forman parte de tu propia colección. Encontrarte de frente con “Anarcoma” de Nazario, o números del “Comix”, por ejemplo, como algo que ya Historia es una alegría de las grandes. Los cómics están atravesando uno de sus mejores momentos desde hace ya unos años, pero no está de más recordar que muchas de aquellas revistas con las que crecimos en la década ochentera fueron cayendo una tras otra durante los siguientes diez años encontrándonos, de repente, con una terrible sequía que sólo la llegada del nuevo milenio ha ido reparando poco a poco.






Estas son dos de las exposiciones que la ciudad nos ofrece durante esta primavera. La de la cueva de “El Conejar” estará hasta mediados de Mayo, mientras que la concerniente a las viñetas podrá ser visitada hasta finales de Abril. No quisiera cerrar este artículo sin hacer referencia a una cuestión que tiene que ver con estas, y otras, exposiciones llevadas a cabo en Cáceres. La primera es la poca repercusión que tienen en la población local que cada vez vive más de espalda a todo esto que pueda sonar a cultura, ya sea municipal o de fuera. Es triste ver cómo el número de personas que pasan por el “Piedrilla” roza la veintena al día, por ejemplo. Luego con repetir la manida frase: “Es que en este Cáceres no hay nada” lo solucionamos todo. ¿No será que en este Cáceres no participamos en nada, o casi nada? A mí me parece que esto se acerca mucho más a la realidad. 






miércoles, 1 de marzo de 2017

"Perkeros", La Banda En Viñetas De JP Ahohen Y KP Alare







“Perkeros”, este cómic de JP Ahonen y KP Alare, me ha dejado un sabor agridulce. Algo que podría haber sido grande, pues parte de una idea de igual dimensiones, se queda en una segunda fila y no, precisamente, por culpa, o no del todo, de sus autores. Vamos a analizar un poco los pros y los contras de esta obra que lleva por nombre el de un grupo ficticio de Heavy Metal finlandés.




JP Ahohen, guionista, y KP Alare, dibujante, se conocieron en la escuela primaria. Durante su paso por los estudios secundarios descubrieron el universo del Heavy Metal. Intentaron formar una banda en varias ocasiones, pero desecharon la idea cuando el éxito pasó por delante de su puerta en cada una de ellas. Esto les llevó a crear su propio grupo, “Perkeros”, que triunfaría, sí o sí, en el mundo de las viñetas. Todas esas frustraciones, metas y energía son la base del guión de Ahohen, llegando a tal punto que el personaje principal, el guitarra Aksel, puede identificarse con cualquiera de los autores. Este guitarrista es el encargado, a su vez, de poner la voz en la banda. El problema está en que sufre tal miedo escénico que poco antes de cualquier actuación echa hasta el hígado en el servicio del backstage de turno. Después de ser el centro de las burlas de alguna que otra banda con la que llegarán, incluso, a las manos, deciden intentar presentarse al festival local de bandas noveles conocido como Rocktoberfest. Objetivo alcanzado gracias a la insistencia de Lily ante su jefe, el dueño de la sala donde se celebrará dicho evento.




Está claro que en estas condiciones el resto de la banda, Lily, nombrada anteriormente, a los teclados, Kervinen al bajo y Oso a las baquetas, no pueden avanzar en su proyecto musical. Ante este dilema, como era de esperar, no les queda otra alternativa que buscar un voceras que se atreva con todo. Es aquí donde aparece el inmigrante turco Aydin que, para aumentar el índice de envidia de Aksel, también le da a las seis cuerdas. Después de una breve prueba, Aydin consigue el puesto de frontman de “Perkeros”. Comienzan los ensayos para participar en el festival aliñados con los problemas de pareja de Aksel y el descubrimiento de las verdaderas personalidades Kervinen y Oso. Puede que esta sea la parte más interesante del cómic porque es donde nos encontraremos con la humanidad, propiamente dicha, de cada uno de los personajes. Todo dará un vuelco cuando se tengan que enfrentar a los poderes que cierta banda rival tiene para conseguir la cúspide del éxito. Con todo esto, Ahohen nos ofrece un guion repleto de momentos cotidianos en cualquier grupo aliñados con todo lo que se cuece alrededor de cada uno de sus miembros. Nada fuera de lo normal, excepto por ese “don” especial de sus rivales. Quizá lo más llamativo sea el poder instructivo del viejo Kervinen. Por lo demás, poco que aportar a un tema que habrás vivido a través de lo que te puedas encontrar en cualquiera de las bandas donde hayas podido militar o, si no es el caso, por medio de los relatos de bandas que conozcas, o hayas conocido, personalmente.




No es que la labor del guionista sea mala, para nada, es que se sale poco de lo común. Nada que ver con el poder gráfico Alare. Hacía mucho tiempo que no me impactaba tanto un conjunto de viñetas. Tiene un estilo y distribución en el papel tan personal que todo se expande página tras página con sus fuertes y apagados colores, la tremenda expresividad de las caras y cuerpos de los personajes o las formidables representaciones de los conciertos. A parte de esto, la presentación de la obra es la labor es lo más destacable, a mi parecer, de la misma. Muy grande el dibujante en todos los sentidos. Entonces… ¿Por qué ese sabor agridulce? No es realmente porque me haya gustado más o menos la historia en sí que, vuelvo a insistir, merece la pena conocer y leer. La parte agria se centra totalmente en la edición de este elenco de páginas y lo ilegible, literalmente, de muchos de sus bocadillos. Cómo es posible que una editorial como Panini haya hecho el esfuerzo de presentarnos este elenco de hojas para acabar poniéndonos ante la vista diálogos que no tienen pausa entre frase y frase o, peor aún, que se encuentran totalmente ocultos entre los colores que Alare usa con destreza. Os diré que al principio pensé que esto formaba parte de la trama, pero, una vez que fui avanzando en la lectura del cómic, no tuve más remedio que aceptar que se trataba de un fallo monumental.





Sea como fuere, si os apetece pasar un buen rato disfrutando de las vivencias de esta banda, no dudéis en acercaros a su mundo. No faltan momentos alegres, las típicas peleas entre los miembros de un grupo, así como la competencia con otros del mismo estilo, y un final totalmente inesperado. “Perkeros” es puro Rock, algo esencial para much@s de nosotr@s en nuestras vidas.