domingo, 30 de octubre de 2016

Will Hammond Band En El Pub Ruta 66 Cacereño






Ayer sábado pasamos una gran tarde-noche con la actuación de la Will Hammond Band en Cáceres. El concierto se dio dentro de los actos que se celebraron en el pub Ruta 66 para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer infantil. Tengo que reconocer que no conocía de nada a este guitarrista inglés afincado en Extremadura desde ya unos cuantos años. Todo lo contrario, acerca de los músicos que lo acompañaban pues tanto Epi como Pachi o Moi son músicos, además de amigos, sobre todo los dos primeros, muy reconocidos en esta ciudad.




Pasadas las siete de la tarde y con la terraza del pub bastante llena de peña, al final hubo mucha gente, comenzó el evento con ciertos problemas con la guitarra de Epy que se solventaron rápidamente, sobre todo cuando cambio de instrumento. Una vez dejado atrás este pequeño incidente, hay que reconocer que el concierto tuvo un sonido espectacular durante todo el tiempo. A lo largo del mismo fueron cayendo versiones de grandes del Blues y del Rock. Nos encontramos con magníficas interpretaciones de “Help The Poor” de B.B. King, “You Made A Man Out Of Me” de Otis Reading, de viejos Blues como “Further on Up The Road” o de “Rollin´And Tumblin´” de Muddy Waters.




Esa fue la tónica del show, una mezcla de canciones conocidas dentro del mundo del Rythm And Blues con alguna que otra canción propia. Entre estas última están “Sticks And Stones” a la que siguió una grandiosa interpretación de “Drown In My Own Tears” de Ray Charles y la vuelta a B.B. King con “Rock Me Bay”. “I Take What I Want” es otra de las canciones que ha sido interpretada por un sinfín de artistas y con la que, digámoslo así, llegamos al ecuador de la actuación. Freddy King también tuvo su hueco en el listado de canciones con “I´m Tore Down”. También nos recordaron a Jay Hawkins con su “I Put A Spell On You”.



Con “Back To The Blues” volvimos, nunca mejor dicho, a las propias de Will Hammond. Entramos en la recta final con “Superstition” de Stevie Wonder, esta me gustó bastante, cuando, como suele pasar en estos casos, ya tod@s estábamos más que metid@s en el concierto. La canción escrita por Willie Dixon y grabada por Muddy Waters, “I Just Wanna Make Love To You”, junto con el clasicazo de éste último, “Baby Please Don´t Go” pusieron el broche final a la actuación. Como es normal, y a petición de l@s presentes, se volvieron a colgar los instrumentos y nos deleitaron con “Great Balls Of Fire” del gran Jerry Lee Lewis como cierre definitivo.





Viendo lo visto anoche, vuelvo a hacer hincapié en la calidad de los músicos que tenemos en este Estado, en general, y en nuestra Comunidad y ciudad, en particular. Lo de ayer, como dije antes, sonó cañón. A ellos se les veía disfrutando como enanos, algo que siempre es importante porque esa alegría se transmite al público y todo acaba siendo más fluido y cercano. Las canciones cantadas tanto por Epi como por Ana Jiménez le dieron un colorido especial a la actuación. Amb@s me sorprendieron bastantes con sus dotes vocales. Ella porque tiene una voz fuera de serie y él porque me quedó pasmao de cómo canta, de hecho, se lo dije al final. En cuanto a la labor de Moi es la típica del bajista que parece que está ahí sólo haciendo bulto y su trabajo es imprescindible en todos los sentidos. A Pachi le vi con más soltura que nunca, y eso que le he visto veces. Epy sigue siendo un bestia a la guitarra mientras que Will Hammond es alguien asombroso a las seis cuerdas. Tenemos que poner más atención tanto a las bandas como a los músicos locales porque, de verás, tenemos verdaderas joyas a nuestro alrededor que están pasando totalmente desapercibidas sin merecérselo.





sábado, 29 de octubre de 2016

"Groelandia - Manhattan", Otra Gran Obra de Chloé Cruchaudet








Hay ciertos autores, autora en este caso, de los que, una vez que llegan a ti a través de una gran obra, quieres conocer más y más de su trabajo. Esto es lo que me ha ocurrido con la francesa Chloé Gruchaudet. Me impactó bastante el primer cómic que conocí de ella, “Degenerado”, del que encontraréis una referencia en este blog, y me he vuelto a quedar pallá con este segundo que he leído, “Groelandia – Manhattan”. Desde ya os recomiendo que echéis un vistazo a uno u otro porque vais, al igual que yo, a descubrir a una gran artista que toca temas de los que poca gente quiere hablar.






Chloé estudió animación en París, donde se licenció en el año 2000. Además de colaborar en proyectos televisivos, comenzó su andadura en el mundo de las viñetas a partir del 2006. El cómic del que hablaremos a continuación fue editado en el 2008 recibiendo el premio René Goscinny en su país natal. A pesar de ello, aquí casi tod@s la hemos conocido por su primera obra, referida con anterioridad, editada en España, “Degenerado”, por la que se le otorgaron varios premios, destacaremos el Premio del Público en Angoulême 2014. Así pues, es normal que, a pesar de ser anterior, este “Groelandia – Manhattan” haya llegado a nuestras manos con posterioridad. En lo referente al guion, Gruchaudet sigue sobresaliendo por presentarnos personajes que, por la razón que sea, tienen un fuerte conflicto personal además de no encontrar, por esas mismas razones, su lugar exacto, si es que existe dicho sitio, en la sociedad. Lo hace tanto desde el interior de estos personajes, el nuestro se llama Minik, como desde la vista externa de l@s demás. Este complejo proceso lo trabaja con tanta profundidad que es imposible no sentir, por un lado, cierta empatía con sus protagonistas y, por otro, no darse cuenta de que, en cierta manera, es@s demás no se encuentran tan lejos de ell@s. En cuanto al dibujo, sigue utilizando esa gran técnica de tonos oscuros y ocres tan característica que la hace inconfundible. Con ella imprime toda una paleta de sentimientos justo en los momentos que lo necesitan.





Las metas que el hombre blanco se ha puesto a lo largo de la Historia han llevado a hombres y mujeres de otras razas y culturas al borde de o a la misma extinción. Esto no es nada nuevo, pero parece que cuando se conoce uno de estos casos se conocen todos. La razón que veo en ello es que hay ciertos patrones que se repiten a lo largo del tiempo. Pues bien, eso patrones vuelven a aflorar en estas páginas. El explorador estadounidense Robert Peary aseguró, en su momento, ser el primer hombre en llegar al Polo Norte. Lo hizo acompañado de su fiel hombre de compañía, Matthew Hanson, el cual no recibió honor alguno por esta “hazaña” por el hecho de ser negro, y un puñado de inuits, esquimales, para entendernos mejor. Lo intentó unas cuantas veces antes de lograr su “éxito”. De ellas no consiguió regresar más que algún que otro meteorito, alguna piel de oso polar, perros de razas propias de esas latitudes y, en su penúltima tentativa, con una representación inuit formada por tres hombres, una mujer y un niño de cuatro años, Minik.





Después de cargar uno de esos grandes meteoritos que el señor Peary encontraba en el territorio de los esquimales, invita a un grupo de éstos a subir a bordo de su gran barco, algo extraordinario para ellos acostumbrados a sus kayac. Una vez a bordo, alardea de las ventajas de su civilización, donde las casas están unas encima de otras y no hace tanto frío. Antes la incredulidad de los inuits, y con su supuesto honor manchado por la misma, más que invitar obliga a esta comitiva a acompañarle para demostrárselo. Para él no son más que un grupo de indígenas que huelen mal y que deben ser entregados a la Ciencia para investigar tanto su anatomía como sus capacidades cognitivas. Así es como Minik, su padre Qisuk y sus tres acompañantes se presentan en el puerto de Nueva York ante una muchedumbre que está más pendiente de ellos que de los logros, o fracasos, de Peary. Mientras este explorador los define en sus conferencias como “Dulces Anarquistas” o “Niños Grandes”, inferiores a nosotr@s y de poco interés económico, aunque sí científico, los inuits se sorprenden tanto de la suciedad del agua del puerto como de ver a los caballos, perros grandes para ell@s, o de poderse tomar un baño de agua caliente porque sí.




La cuestión es que Peary está, como es normal, más interesado en recaudar fondos para su próxima, y última, aventura que en el estado de salud, tanto física como mental, de sus invitad@s. Se desentiende totalmente de ell@s dejándolos en manos de la directiva del Museo de Nueva York. En esos instantes es cuando se desarrolla todo el entramado real del asunto. Tanto el padre de Minik como sus otr@s tres acompañantes enferman y mueren siendo él el único representante del séquito esquimal que consigue sobrevivir. Después de esta tragedia, pasará a vivir con la familia del señor Wallace, uno de los administradores del Museo. En esta etapa Minik tendrá que ir a la escuela, conocerá algunas de las costumbres más raras, para él, de la gente que vive en la gran ciudad o será timado al cambiar todas sus pequeñas riquezas por unas simples canicas. Pero, quizás, el descubrimiento que dará un vuelco a su estancia en el continente será el del esqueleto de su propio padre metido en una de las vitrinas del museo. Esto, realmente, lo cambiará todo.




Él pide que le devuelvan tanto el cuerpo de su progenitor como el de los suyos. El señor Wallace intercede ante el director del Museo, pero sólo consigue que le echen a la calle por ello. Ante esto, no les queda otro camino que recurrir a la prensa mediante la que, con su típica repercusión mediática, consiguen sacar a flote toda esta trama. La dirección del Museo prefiere mandar de vuelta a sus heladas tierras a Minik, no sin antes hacerle firmar ciertos papeles, como solución al problema. Él regresa a Groelandia donde se enterará de que, por fin, Peary han conseguido, según él, llegar al Polo Norte. Durante sus primeras semanas entre l@s de su pueblo será el foco de atención tanto por las cosas que cuenta como por su vestimenta o manera de moverse. Hay que tener en cuenta que era un niño de cuatro años cuando salió de allí. Una vez llegado el momento de la caza, es consciente de que aquel tampoco es ya exactamente su lugar. Se encuentra perdido ante un mundo que le parece lejano y otro que lo desprecia por mil razones. Después esto decide volver desapareciendo en la inmensidad del territorio yanqui y creando toda una leyenda sobre su persona.



Puede que, como dije antes, todo esto os suene novedoso, pero, para nada, lo es.  Son las mismas pautas que se siguen dando desde que Colón trajo los primeros indios a Europa para que la Reina Isabel los conociera, aquellas que siguieron los ingleses llevando a Londres a los Mohawks con la intención de que apoyaran su causa ante los independentistas, iguales que las que utilizó Búffalo Bill para lucirlos en su circo, tanto en Norteamérica como en Europa, similares a las empleadas para cambiar el destino millones de africanos y muy parecidas a las que se usaron en Asia u Oceanía. El resultado suele ser parecido, la muerte por enfermedad, servir de esclav@s, o ser vapulead@s unas veces por las distintas concepciones del mismos Dios o por ese ser supremo que otr@s conocen por Ciencia. Siglos han pasado para que, para much@s aún sigue todo igual, podamos verlos como lo que realmente son, seres humanos. Por eso es importante no dejar de interesarse por obras como “Groelandia – Manhattan”. Tod@s l@s Minik del mundo tienen derecho a entender el mundo como crean conveniente, ya sea por cultura o forma de vida. Algo de lo que, con seguridad, aprenderíamos bastante si no fuera por ese falso concepto de superioridad que nos lleva invadiendo miles de años.




jueves, 27 de octubre de 2016

Eldorado Pasó Por Salamanca










Hay veces que el salir de vacaciones te repara sorpresas. Eso fue lo que nos pasó a mi novio y a mí durante nuestra pasada visita a Salamanca. Además de ir con la intención de conocer la ciudad, nos topamos con la actuación de una de las bandas estatales que más ganas tenía de ver en directo. Me refiero a los madrileños Eldorado.






El concierto se celebró en la sala B, en el Centro de las Artes Escénicas y de la Música de la capital salmantina. Nos quedamos un poco asombrados, para bien, tanto con la dimensión de la sala como con el escenario. Hay que tener en cuenta que aquí es donde tiene la sede la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca, para que os hagáis una idea de las dimensiones del recinto. Otro de los puntos a favor de este evento fue el precio del mismo, sólo cinco euros. A ver si aprenden un poco en otras ciudades donde los precios de los conciertos están cada vez más allá de las nubes. Como punto, digamos, un poco en contra de todo lo anterior os diré que la sala se encuentra un poco a las afueras de la ciudad con lo que nos costó un poco dar con el recinto, aunque conseguimos llegar como un cuarto de hora antes de que empezara todo.




Pensábamos que el grupo que iba acompañando a los de Madrid, Twin Sh33ps, eran los teloneros, pero qué va, fue justo lo contrario. Los primeros en aparecer sobre el escenario fuero los componentes de Eldorado que ejercieron el papel de apertura del cotarro. Venían presentando su quinto, y último, trabajo, “Mundo Aéreo”, que, como es habitual, estará editado en castellano e inglés. Con el que recorrerán gran parte de la geografía estatal, esperemos que les dé por venir por Cáceres, aunque aún no han confirmado nada al respecto, así como EE.UU. y Europa. Su show se basó en la presentación de este disco del que cayeron, como os podéis imaginar, más de un tema entre los que destacaría “Madre Agua”, protagonista de su último vídeo, o “She Rules The Sky”. También hubo cabida en su corto show, estuvieron alrededor de una hora encima de las tablas, para algún que otro de sus clásicos de la altura de “Reactor”, tema que, por otro lado, me gusta bastante.




Pensé que la alternancia de canciones en inglés y castellano con la que partieron iba a ser la línea a seguir de su concierto, pero, al final, se decantaron más por el idioma de Shakespeare. No hago este comentario como crítica corrosiva de esta actitud, ellos son libres, faltaría más, de elegir el idioma que utilizan en directo. A lo que me intento referir con este asunto es que este era otro de los puntos que más curiosidad despertaba en mí antes de verlos, cómo sería escuchar esa alternancia. Os diré que salieron del lance con bastante nota pues son unos musicazos de gran altura. Me parecieron estar a un gran nivel tanto escénico como técnico. Siempre he dicho que una banda con una base rítmica adecuada tiene superados la mitad de sus problemas. Eso es lo que ocurre con el bajista César Sánchez y el batería Javier Planelles, ambos son dos monstruos con sus instrumentos. El guitarra, Andrés Duende, son de esos hachas que aparentan no estar haciendo nada y lo están haciendo todo. Tiene una soltura y una naturalidad a las seis cuerdas que su labor parece algo fácil, pero, os puedo asegurar, que hay mucha complejidad detrás de lo que toca. Un gran guitarrista, sin duda. En cuanto al cantante Jesús Trujillo, sólo tengo halagos a su labor. Me parece que, en estos momentos, es uno de los voceras mejores del Estado. Tiene un chorro de voz brutal, llegando a unos tonos impensables sin inmutarse. A esto hay que añadir su impresionante labor tras las teclas, otros de los puntos a favor de esta banda, y la guitarra acústica.





Entonces, si son tan buenos, si tienen ese nivel, tanto en disco como en directo, por qué cuando preguntábamos por ellos en Salamanca nadie los conocía. Estamos hablando de un grupo que tiene cincos discos en la calle, que hace giras por América, en Canadá son muy apreciados, y Europa y que tiene un directo impactante. Lo de que no los conocieran en Salamanca y que tan solo estuviéramos unas 100 personas en el concierto, sobre todo por ser Twin Sh33ps una banda local, no es nada nuevo por estos lares. Por un lado, está la manida idea de que cualquier banda allende nuestras fronteras es mejor que las de aquí. Os puedo asegurar, sin inmutarme, que El dorado le da mil vueltas a muchos de los grupos que he visto este verano, por poner un ejemplo. Luego está ese comentario trillado de si hay o no regeneración en la música, en general, y en el Rock, en particular. Pues bien, mientras dejemos pasar por alto a estas bandas no sé qué dichosa regeneración estamos esperando en plan Mesías celestial. Pienso que el hecho de que Eldorado sea más conocido fuera que aquí dice mucho de nuestros gustos e intenciones. Nos hemos asentado de tal manera en los clásicos y cuatro más que no estamos perdiendo mucho de lo bueno que hay en el mercado. Esa es la lacra de estos contornos, hace más gracia a nuestros oídos una banda cutre del quinto pino que una de Murcia, Badajoz o Pamplona. Pues nada, sigamos con las quejas sin más que, junto con la envidia, son nuestros dos grandes deportes.





Poco os puedo contar de la actuación de Twin Sh33ps porque el hecho de ser ellos cabeza de cartel nos trastocó un poco los planes. Vimos parte del concierto, los primeros cinco o seis temas, y volvimos al centro a seguir con nuestro itinerario salmantino. Sólo haré alusión a su buen sonido y la acogida, como era de esperar, que tuvieron. Siempre tengo en cuenta que, cuando vas con alguien que conduce, esa persona manda en los planes a seguir, no queda otra. Lo dicho, a ver si prestamos más atención a lo que tenemos a nuestro alrededor para que, en este caso, podamos gritar alto y fuerte: “¡¡Bienvenido al Reactor!!”.


martes, 18 de octubre de 2016

Lo Dicho... Rock, Internet, Relevo Generacional E Industria Musical.









Uno de los temas de más rabiosa actualidad, a pesar de llevar unos años dando la tabarra, es cómo está afectando internet a la industria de la música. La red que la mayoría de nosotr@s utilizamos a diario es, para bien o para mal, la causa de que el negocio musical, tal y como se entendía en décadas anteriores, haya cambiado radicalmente. Hay gente que piensa que esta crisis generacional dentro de la música en general, y del Rock en particular, tiene mucho que ver con este asunto. Aquí encontraréis las opiniones de algunos músicos al respecto. Como comprobaréis, hay de todo, algo normal, por otra parte. ¿Y tú qué piensas sobre esto?





Rock, Internet, Relevo Generacional e Industria Musical


Rich Robinson (The Black Crowes, en solitario):

La industria trata con desprecio al artista que crea los contenidos sobre los que la industria está construida. De verdad, la industria desprecia al que crea la música de verdad. Alguien se toma tiempo para hacer el disco, alguien se toma tiempo para grabarlo, alguien se toma tiempo para escribir, para llevar a músicos y para llevar a un ingeniero, y alguien se tomó tiempo para construir la mesa, y alguien se tomó tiempo para construir estos micrófonos y todas estas cosas del proceso. Haces este disco, estás orgulloso de él, alguien hace el diseño, alguien escribe las notas del libreto, tú escribes todas esas letras, haces esto o haces lo otro. Tienes a un mánager trabajando, tienes a un sello detrás de ti, la gente que manufactura el vinilo, que fabrica los Cds y todo el mundo está trabajando, y es genial, y todo el mundo se está moviendo hacia algún sitio con esta creación. Hay mucha gente involucrada, muchos colaboradores involucrados, y cuando llegas al punto de secuenciar tu disco, eso significa algo, tiene tu sello. Tú lo has sellado y tiene las canciones que tú compusiste, tiene la secuencia que escribiste, porque así es como quieres que sea presentado, con el artwork y la secuencia de canciones. Lo envías al mundo para ser vendido y que, con suerte, a la gente le guste, y así intentas ganar dinero, ganarte la vida, pero también poder conectar con la gente. Puedes ser parte de esa experiencia porque, cuando estás en una sala y el público y tú estáis compartiendo esta experiencia, está muy bien. Entonces pones tus cosas en iTunes y ellos lo alfabetizan todo. No hay artwork, no significa una mierda, puedes comprar una sola canción, a quién le importa. Así que la idea es que no es cínica, la creación no es cínica. Es como ir a comprar un coche y decir: “En realidad, no quiero esa rueda.” Es una cosa tan de bazar… ¿Te imaginas ir a ver “Star Wars” en el maldito cine y que iTunes te cambiara las escenas, que decidan empezar por la mitad, por ejemplo? Así que es una relación de lucha realmente extraña la que tenemos los músicos y la música en general hoy en día. Con suerte, al final, la gente empezará a trabajar en ello y pensará en ello con algo más de profundidad.

Yo no creo que internet ayude a los músicos a tener una relación más cercana con sus fans. Al final del día tenemos que preguntarnos cuántas de esas bandas que inundan internet valen realmente la pena. Hay demasiada sobreinformación y parece que internet sirve, en cierto modo, para satisfacer las necesidades más inmediatas. La gente ya no se sienta a escuchar un disco de manera tranquila y a descubrir todo lo que ese disco puede ofrecerle.

Crecí escuchando discos y para mí tiene mucha importancia la presentación de un álbum. No podemos comparar un frío MP3 con el sonido de un buen vinilo. Hoy en día todo es cada vez más perfecto y digital y a mí me gusta poder escuchar las imperfecciones. Son esas imperfecciones las que le dan a la música un carácter humano. Muchas veces la guitarra de Jimi Hendrix no estaba bien afinada… ¿Y qué? Prefiero mucho antes a músico real tocando con errores que una producción perfecta y artificial. Mucha dela música que triunfa actualmente carece de autenticidad. Lo que hace a un músico diferente es su humanidad. Hoy en día parece más importante utilizar máquinas y herramientas para conseguir un sonido perfecto que obtener una grabación real.

Pär Sundström (Sabaton):

Nosotros simplemente hacemos la música que amamos y no nos preocupamos de si el negocio la acepta o no. Pero las cosas están cambiando muy rápido y Sabaton es una de esas bandas que nunca tuvo nada antes de internet. Cuando las compañías lo pagaban todo, tenían mucho dinero, vendían muchos discos y todo era fácil. Esos días han pasado, pero nosotros nunca los vimos porque Sabaton ha crecido mientras todo esto estaba cambiando y hemos sido parte del cambio.

Nikki Sixx ( Mötley Crüe, Sixx A. M.):

No existe una idea preconcebida para retirarse. Cuando eres una persona creativa no es un trabajo. Si hace música por dinero, entonces vas a ser uno de esos tíos, y no vamos a decir nombres, ya se nombran ellos mismos, que ponen la cuerda alrededor de su propio cuello diciendo: “El Rock está muerto.” El Rock no está muerto. El Rock está en ascenso, vivo y más fuerte que nunca. La única gente que está diciendo: eso es la que dice: “Bueno, yo solía ganar dos dólares más por disco.” Están haciendo música por las razones equivocadas. Tienes que recordar por qué empezaste en los setenta o los ochenta, o cuando fueses que empezases.  Es por la música, y las bandas tienen que estar más preocupadas por sus fans que por sus cuentas bancarias. El dinero te da la libertad para ser creativo, pero si estás ahí sólo para ganar dinero no vas a estar ahí mucho tiempo.

Hay dinero que ganar, el streaming es nuestro amigo. Hicimos estos discos para ser escuchados al completo. Sí, entendemos que vas a coger un single, sí, entendemos que esa canción va a ganar terreno al resto y eso está bien, también nos gusta eso, pero si no estás haciendo un álbum para que sea escuchado al completo no lo estás entendiendo. La gente dice: “Ok, la gente compra sólo una canción cada vez.” Eso no es cierto. Escuchan discos enteros. Nosotros hicimos un disco para ser escuchado de arriba abajo, y el siguiente, y el siguiente. Será siempre así.







Robert John Godfrey (The Enid, en solitario):

Este tema afecta a todo el mundo del Progresivo porque, por ejemplo, el lector medio de una revista como Prog son gente de mi edad, y si no publican alguna historia sobre Rick Wakeman no compararán el siguiente número. Toda esa gente va camino de las sombras. No habrá una música progresiva que merezca la pena si no dejamos sitio para los más jóvenes ni generamos un nuevo interés que vaya más allá de esa gente que sólo quiere leer sobre el pasado. Debemos invertir en el futuro de nuestros músicos más jóvenes, animarles para que el género progresivo progrese de verdad, porque buena parte de las cosas que se hacen bajo ese nombre realmente no son progresivas. Lamento decirlo, pero buena parte de lo que se hace hoy no tiene un auténtico contenido. La idea de un auténtico álbum conceptual, que siempre ha estado ligada al género, hoy no es más que otro tipo de estrategia comercial. Sólo tienen un título y una imagen, pero no tienen nada que ver con la música. Necesitamos un renacimiento auténtico por parte de los nuevos artistas y no de viejos tontos de mi edad que no han hecho realmente nada progresivo, algunos de ellos, en los último 30 años. Eso me tiene realmente preocupado.

Eddie Spaghetti (Supersuckers, en solitario): 

Internet es una bendición y una maldición. Está muy bien poder promocionar tu música y tus giras sin depender de periódicos y revistas, pero la venta de discos ha caído en picado. La música siempre va a estar presente. A la gente le gusta escuchar música y eso no va a cambiar, pero ya se ha convertido en una costumbre el no tener que pagar por ella. En nuestro caso, Supersuckers nunca hemos ganado mucho dinero con la venta de discos, pero, al menos, algo grabábamos. Ahora mismo no grabamos nada. Todo el dinero que ganamos es gracias a las giras. Todo es más complicado hoy en día.
Soy tan culpable de esta situación como cualquier otra persona. A veces me bajo música. Si la puedo escuchar gratis en internet es posible que la escucha a través del ordenador. Me gusta mucho más cómo suena buen disco en vinilo, pero cuando escucho música a través de los auriculares no pienso demasiado en el formato que utilizo.

Enrique Bunbury (Héroes Del silencio, en solitario):

Mi visión al respecto es que lo que hay es lo que hay y es el territorio ene l que debemos trabajar. No me interesa demasiado el debate público y la queja constante. Ni en éste, ni en ningún tema. Creo que hay que ponerse manos a la obra y ponerse a trabajar cada uno en su terreno, en lo que le corresponde. Yo estoy dispuesto a hablar de este tema con compañías discográficas, editores, managers, sociedad de gestión y demás personajes imprescindibles, si es que le llegara a interesar o quisieran escuchar mi opinión. Mientras tanto, nosotros, seguiremos hablando de lo importante. Esto es, de si prefieres el “Mark II” o el “III” de Deep Purple o de si has escuchado cómo suena el saxo en el nuevo disco de David Bowie.

No creo que esto sea el final de una era y que haya que volver al underground. Hay muchos artistas del Rock actual que llenan estadios. Es difícil que un veinteañero lo consiga. Lo normal es que lo hagan los que tienen carreras consolidadas. Hay una renovación clara de las figuras del llamado Rock Clásico. Los grandes de los noventa y dos miles son ahora fuertes como para encabezar festivales y hacer giras por arenas y estadios. Black Keys, Jack White, Arcade Fire, Radiohead, Beck, Green Day, Foo Fighters, Coldplay, Muse O Artic Monkeys. Lo cierto es que hay una industria musical y los gastos del público se ha diversificado enormemente. En USA tienes giras importantes de Pop, Hip-Hop, Rock Alternativo, Country o Rock Clásico. Incluso reuniones ochenteras tienen público masivo. El Rock ya no es el único que copa grandes festivales y las grandes salas, pero no ha desaparecido ni remotamente.

No conozco a nadie que no le guste la música. El futuro de la música no es un problema. Habrá nuevos artistas que conecten con el público y el público querrá verlos en directo y escuchar sus canciones. Imagino que las grandes corporaciones están ya recaudando bien del streaming, aunque revierta poco en los creadores. Digamos que el periodo de transición está siendo más largo de lo que todos desearíamos, principalmente, los músicos que solemos ser los últimos en recibir algo a cambio. No me gusta quejarme ni en público ni en privado. Primero porque no me estoy muriendo de hambre y siempre me gané las lentejas honrada y holgadamente. Creo que el artista quejicoso desvía la atención delo que realmente importa que es trasmitir con sus canciones y establecer una conexión con el público.

Graham Bonnet (The Marbles, Acaltrazz, Impellitteri, Blackthorne, MSG, Rainbow, en solitario):

Da mucho miedo porque a nadie le gusta los Cds. Todo se descarga y todo el mundo está escuchando música Dance. ¡Qué demonios! A veces creo que es como hacer que el dinosaurio vuelva a la vida. Es por eso que mucha gente se ha dado por vencida, porque ya nadie está escuchando Rock. Yo he sido afortunado por tener diferentes estilos de música a lo largo de mi carrera, no sólo ha sido cosa del Hard Rock. Muchas cosas que hice en el pasado eran Rhythm And Blues y Pop. Así que me gustaría volver a hacer algo de eso, no sólo gritos y berridos. Tener un poquito de todo, en lugar de sólo tener una pequeña parte delo que me gusta hacer. Así que espero, antes de que tenga 2000 años, hacer tanto de eso como sea posible. Esto es lo que hago, a veces es muy agotador, pero salgo adelante.





Vicky Hamilton (Ex - manager de Guns N´ Roses):

Llevo mucho diciendo que sólo tenemos Baby Bands o dinosaurios. Los primeros no pasan de los dos discos y los dinosaurios van desapareciendo, no hay un término medio. Si nadie lo remedia, parece que nos vamos a quedar sin buenas bandas y sin buena música.

Ignacio Prieto (Atlas, Edenlost, Insónico):

Sobre si el Rock ha perdido la capacidad de marcar la diferencia entre la juventud tengo que decir que, cierta manera, es así. Una parte de la juventud se identifica más con el Hip-Hop que se ha erigido en uno de los estilos musicales contestatarios por naturaleza. Es cierto que las ideas, imagen y mensajes que el Rock ha representado y ha transmitido durante muchísimo tiempo ha perdido en perdido en los últimos tiempos. Para parte de la juventud, la vigencia no es una batalla perdida. Todavía hay muchísimos jóvenes que siguen identificándose con el Rock, sus valores y lo que representa, así como con su vertiente más alegre y lúdica. Aún serán más en el futuro. Estoy convencido de que el Rock es incombustible y recuperará, con el tiempo, el lugar que le corresponde dentro de la cultura, el arte y la sociedad.

Andrew Stockdale (Wolfmother):

Ahora mismo se necesitan diferentes técnicas de marketing y promoción para que una banda tenga éxito porque están todos esos públicos diferentes. Está el público del Spotify, el del iTunes, el del Cd, el del Youtube y la gente de Instagram. Todo está muy diversificado. A algunas canciones le va muy bien Spotify y a otras Youtube. ¿Cómo puedes medir lo que está pasando?

Angelo Moore (Fishbone, Dr. Madd Vibe, Project N Fidelikah):

Internet da acceso a todo. Puedes ver lo que todo el mundo está haciendo, pero es un atajo. Hay cosas buenas en Internet. Lo malo es que impide que los músicos sean pagados como es debido. En mi caso, la única manera con la que yo gano dinero es a través de la música. Spotify no paga, prácticamente, nada a los músicos. Algunos músicos piensan que Spotify es fantástico porque su música es escuchada, pero Spotify no ayuda a pagar las facturas. Ayuda a exponer música, pero, si al final, nadie te paga ¿de qué sirve?

Adam Wakeman (Ozzy Osbourne, Black Sabbath, Annie Lennox, Travis, Company Of Snakes, Rick Wakeman, Will Young, Victoria Beckham, Atomic Kitten, Headspace):

Para mí esto funciona de dos maneras distintas, si eres una banda conocida, con una larga discografía detrás, entonces creo que la importancia de grabar música nueva es diferente a la de un grupo como el nuestro. La gente siempre va a ir a ver a Black Sabbath por su increíble catálogo de canciones y por las historias de éstas. Por otro lado, nosotros tenemos que seguir creando música para que la gente tenga interés en venir a vernos. Definitivamente, la industria ha cambiado, quizás no para mejor, pero no hay nada que hacer al respecto y uno debe adaptarse a esos cambios.







Mimi (A Palo Seko):

la industria ha evolucionado hacia su propio desconcierto. Los cambios en la manera de entender las nuevas tecnologías les pilló con el paso cambiado y el culo caliente. Aún no sabemos cómo acabará viendo lo anteriormente conocido como industria musical.

Albertucho:

La industria ahora quiere ídolos adolescentes para poder sobrevivir. Antes, cuando todavía había pasta, podían invertir en carreras musicales más difíciles, por ilusión o por pura melancolía, pero ahora están tiesos y quieren billetes. Los directos son los tomates de los frigoríficos de los músicos. Nos da el sentido, nos da el presente. Cada vez me gusta más el directo, y cada vez hay más conciertos. Esa es la verdad del mundo de la música, todo lo demás es faranduleo.

Guillermo Izquierdo (Angelus Apatrida):

Ha habido muchos cambios. Parece que, últimamente, se retoma un poco el ritual de comprar música, ya sea física o digital. Con la vuelta del vinilo parece que se ofrece algo más valioso. Hemos sido una banda autoeditada hasta que Century Media se interesó por nosotros. Desde dentro de la industria vemos que las cosas no están tan podridas como parece. La música en directo, sobre todo en este país, ha mejorado con nuevas e interesantes bandas. Se lucha por mantener el nivel de asistencia a los directos, pero aún hay mucho por conseguir, como la abolición dela absurda ley que prohíbe a los menores de edad disfrutar del directo.

Daniel Aller (Ars Armandi):

La industria musical, al menos con los grupos de Rock, no ha hecho lo que tenía que hacer, no ha evolucionado. Hoy nadie te quiere grabar un disco. Está claro que la piratería ha influido en las ventas. Las discográficas pensaban vender y luego ha sido así, pero tenían que haber hecho algo más para que la gente no estuviese tan jodida. Si quieres tocar en directo tienes que hacerlo, prácticamente, todo, desde alquilar la sala hasta pagar los hoteles, técnicos, furgoneta o promoción. Si no metes gente te toca palmar pasta y, encima, casi tienes que dar gracias a los que de las salas por haberte dejado tocar pagando cuando ellos no arriesgan nada.






Julio Castejón (Asfalto, en solitario):

La industria ha desaparecido. Me duele reconocerlo porque esto perjudica a la música. Hoy ni los músicos tienen socios que les ayuden a difundir su obra, ni son retribuidos por sus esfuerzos como antaño. La cosa es aún más perversa si hablamos de los shows en directo. La gente apenas compra entradas, sólo si se trata de un notorio super mediático. La mayoría de los grupos nacen y mueren en los locales de ensayo.

Aurora Beltrán (Belladona, Tahúres Zurdos, en solitario):

Las compañías al uso han involucionado. En la mayoría de los casos son los propios artistas los que se producen. Lo hacen ya casi todo, las condiciones en directo también. Siento decir que el panorama no es muy bueno.

Alberto Rionda (Avalanch):

La industria se ha comportado como un dinosaurio en extinción. Han estado viendo y sabiendo esto durante el proceso, en lugar de evolucionar y adaptarse a los tiempos y a las nuevas circunstancias, han intentado sobrevivir manteniendo las mismas fórmulas, aun a sabiendas de que no funcionan y de que, tarde o temprano, terminarán por extinguirse si no hacen un gran cambio estructural y de mentalidad. La música en vivo siempre está viva porque le gente siempre querrá ver a sus bandas en directo.

David Rotten (Avulsed):

Se dirige hacia un inevitable final. Desde 1987 que se empezó a generalizar internet el negocio musical entró en barrena y nada parece presagiar que se vaya a recuperar. Muchos piensan que la gente deja de comprar discos en favor de asistir a conciertos o comprar merchandising, pero si preguntas a organizaciones y empresas de estos sectores te dirán que ellos están igual. ¿Qué hacen los metaleros? ¿Dónde se meten? ¿En qué se gastan el dinero? En kalimotxo, si no no me lo explico.





Carlos De Castro (Barón Rojo):

Cómo ha desevolucionado, querrás decir. La industria musical vive aquejada de una gran crisis debido a que la gente no compra discos porque no tiene necesidad. Con el desarrollo de las nuevas tecnologías el público ha podido acceder a la música de otras formas y ya no está interesado en productos originales. Hace falta que la audiencia valore la música en un estado de calidad alto. Esto sólo se obtiene a partir de un soporte físico. Si ese cambio en la mentalidad de la gente no se produce, seguirá pasando lo que ocurre ahora. Habrá menos bandas y se perderá la grandiosidad de las producciones de Rock.

Alfredo Piedrafita (Barricada, Miss Octubre):

Ha seguido su caída en picado hasta el punto de que difícilmente van a poder seguir sacando discos. Aun no se ve qué la va a sustituir porque tampoco parece que las ventas digitales lleguen al punto que consigan salvar la industria. Esa caída en la venta de discos disparó la asistencia a los conciertos, cosa que era buena para los grupos, pero ahora, con la crisis, el problema es que también está bajando mucho la venta de entradas, con lo que el futuro se ve bastante negro.

“Quini” (Benito Kamelas):

Creo que las discográficas han tenido que amoldarse a la situación tan oscura que estamos viviendo. Es difícil sacar un producto adelante si el Rock sigue siendo el apestado de los medios de comunicación. Cada vez hay menos y se tiende a la autoproducción.

Gorka Urbizu (Berri Txarrak):

Parece que el modelo de sello tal y como lo conocíamos se quedó obsoleto. Internet ha abierto muchas puertas, aunque todavía vivimos una época de transición en la que cada uno intenta sacarse la vida como buenamente puede en todos los frentes de la música.





Juankar (Boikot):

La industria más que evolucionar ha involucionado. Tampoco nos importa, pues nunca estuvo de nuestro lado. En cuanto a la música en directo, ya ha cambiado desde la época de los juglares. Ahora la gozamos al descubrir una taza del váter al lado del escenario, cosas que antes se hacía desear y las contingencias tan molestas antes de tocar por ello se terminaron. Hablo de las molestias.

Johnny Cifuentes (Burning):

No creo que haya evolucionado positivamente. No han sabido adaptarse a los tiempos y andan dando palos de ciego, como lo de hacerse oficina de managers para los grupos, exigir coeditar con los autores, todo. De esta forma se centran en el lado económico y no en el cultural que tiene la música.

Enrik García (Dark Moor):

Las cosas han cambiado muchísimo. La aparición del MP3 lo cambió todo. Los sellos discográficos cayeron, aún siguen cayendo, lo que derrumbó todo el mercado establecido. La crisis no ha hecho nada más que aumentar la hecatombe que ya había en la industria musical. Las bandas ahora lo tienen más complicado para ver sus trabajos en la calle, pero también tienen más libertad a la hora de elegir qué camino seguir.

César Strawberry (Def Con Dos):

La industria discográfica casi ha desaparecido como tal y a los grupos nuevos les cuesta muchísimo más que hace unos años llegar a sacar un disco y girar con mediana normalidad para darse a conocer. Seguir teniendo una banda en activo hoy en España es casi un milagro que requiere muchísimo más esfuerzo a todos los niveles que hace años.

Iker Piedrafita (Dikers, productor):

Creo que la industria ha notado estos años un bajón considerable. Ahora mismo no sé cómo pueden sobrevivir las discográficas si vemos las listas de ventas con números reales. La gente se descarga los discos en Internet y, en vez de gastarse el dinero en los grupos que les gusta, prefieren darles el dinero a las compañías telefónicas por un pésimo servicio y una atención penosa.






Sam (El Último Ke Zierre):

Ha habido un aumento significativo tanto de grupos y discos como de conciertos y festivales, quizá de estos últimos empiecen a sobrar, ya que se vio un filón en ellos. Mucho ahora se han ido a la mierda. Tampoco es bueno que haya un colapso de festivales. Hace unos veranos cada fin de semana tenías un festival a donde ir, eso es contraproducente ya que está exprimiendo a la gente y a los propios grupos, no es sostenible. En cuanto a la industria, es evidente que desde la aparición de Internet se ha quedado un poco anticuada en su forma de trabajo y gestión por lo que cada vez más los grupos optan por el “háztelo tú mismo”. Es más esfuerzo, pero, a la larga es donde mejor puedes controlar lo que haces y cómo quieres hacerlo. Es el mejor futuro que pueden tener los grupos.

Ziku (Envidia Kotxina):

Ha involucionado ante la tecnología. Lo que comenzó como un boom en pocos años se ha superado ante la facilidad de acceder a cualquier título desde casa con solo un click de ratón, sin que eso reporte el más mínimo beneficio a las discográficas. Sobre la música en directo, es un negocio donde es el grupo siempre el que arriesga, pagando un alquiler para tocar, cartelería, gastos de viaje y un larguísimo etcétera.

Javier Estévez (Estirpe):

La industria lleva años en crisis. ¿Internet ha hecho daño en esto? Creo que ha hecho lo suyo. La mayoría de los reproductores ahora llevan adaptador de pendrive para llevar más música en un dispositivo que no ocupa lugar. El formato está cambiando, las multinacionales se encargan de todos estos avances y muchas se quejan de que no venden discos. Por otro lado, ponen facilidades para piratear porque vendiendo dispositivos de almacenamiento, multimedia, reproductores o grabadoras también ganan mucho dinero.

Iñaki “Ouho” Antón (Platero Y Tú, Extremoduro, La Inconsciencia De…):

Como observador veo que la industria se ha encerrado en sí misma intentando que no se produzcan cambios que eran inevitables, eso la está empequeñeciendo, y no me refiero a tamaño empresarial. En estos años las bandas nuevas han visto como disminuyen, año tras año, sus posibilidades de asomar el hocico, de grabar primeros discos o de darse a conocer. La música en directo ha visto cómo van mermando pequeñas iniciativas y cerrando salas en beneficio de festivales donde siempre tocan los mismos. Mal también para los que empiezan. En cambio, otro tipo de iniciativas han conseguido que podamos ver a los grandes, internacionalmente hablando, con naturalidad y frecuencia a la que no estábamos acostumbrados en este país.





Fito Cabrales (Platero Y Tú, & Fitipaldis):

Es preocupante. ¿Cuál será el formato futuro de un disco? Me daría pena que fuera un archivo, que si grabo un disco no pueda verlo, tocarlo, mostrarlo en una balda o sacar un libreto. También conlleva la desaparición de estudios de grabación, técnicos y todo profesional. Por otro lado, si yo empezara ahora en la música ¿dónde iba a tocar? Tuve la suerte, con Platero Y Tú, de que estaba todo lleno de casas okupas y un circuito alternativo. Llamabas y tocabas en cualquier gaxtetxe tres veces a la semana. Hoy es raro que una banda que se salga un poco de la línea triunfe. Si dices “me cago en dios” no te pone nadie. Las libertades han ido para atrás y todo el mundo se parece a todo el mundo. Antes salía en la tele Extremoduro. ¡Imagina ahora un programa que llevase a Las Vulpes o a La Polla Records!

Evaristo (La Polla Records, Gatillazo):

La industria discográfica se pajea delante de un espejo y exige a sus artistas productos que hagan más rentable tan edificante práctica. Los sellos independientes se aprovechan de la ilusión y no dudan en rascar un poco más su maltrecha economía. Los carteles delos grandes festivales llevan años siendo una calca entre sí mientras las nuevas bandas se prostituyen a precios de escándalo en locales que no reciben el más mínimo apoyo institucional. No nos podemos quejar.

Marcos Molina (Gritando En Silencio):

La industria, como se conocía, en gran parte ha muerto y lo que queda agoniza. Han nacido nuevos medios de difusión, comunicación y distribución para la música que, a grupos como nosotros, nos benefician más que perjudican. Sobre la música en directo, creo que no ha cambiado nada. Es cierto que en estos últimos años se ha notado un bajón en la cantidad de conciertos y en afluencia de público por la crisis en la que nos han metido unos sinvergüenzas sin escrúpulos, pero, de momento, la música en directo sigue funcionando igual.

Mars (Habeas Corpus):

El cambio de escenario en estos años es demoledor. Primero por el desencadenamiento de la crisis discográfica que supuso un buen mazazo a la estructura del negocio. Después por sumársele una crisis mucho más global que afecta a todos los sectores productivos y a quienes se ven implicados en los mismos. Fundamentalmente, y como consecuencia de la primera, empezó cayendo en picado la adquisición de discos y, posteriormente, como resultado de la segunda, la asistencia a los conciertos ha menguado de forma notable.






Luis Tárraga (Hamlet):

La evolución de la industria discográfica a nivel de sellos es la peor para la mayoría por no haberse sabido adaptar a los tiempos. La música en directo siempre será música en directo, no hay quien pueda con ella, aunque también, por los momentos que se están viviendo, cueste, en determinadas ocasiones, montar giras o hacer festivales. Si eres un grupo nuevo cuesta más salir a tocar, al menos eso nos comentan muchos de ellos.

Javier Cordovilla (Hora Zulú):

La industria evoluciona como cualquier negocio, con decisiones acertadas y también con muchos despropósitos. Quizá haya sido una evolución a remolque de las exigencias y cambios del mercado, pasiva y conservadora. No creo que sólo la piratería sea la que esté detrás de la crisis de venta de discos.

Jorge Martínez (Ilegales, Y Los Magníficos):

He asistido al derrumbamiento de los imperios discográficos sin poder evitar sentir cierta alegría. Muchas cosas eran previsibles. Los medios están inmersos en la misma crisis. Un artista y su público tienen infinitamente más fácil mantener el contacto vía Internet, las diferencias y las trabas han desaparecido o se han minimizado. Los conciertos son la opción más tenida en cuenta, por fin hemos descubierto que los discos son un sucedáneo.

Brigi Duque (Koma, Txarrena):

Como todo lo que se transforma en industria, y por tanto en negocio, ha llegado a un momento donde la saturación y las nuevas tecnologías le han dado una involución. Ya no se venden discos y habrá que buscar nuevas fórmulas. Sobre la música en directo, siempre ha sido más o menos igual. Los grupos que funcionan tienen tirón, los que no, menos. De todos modos, no corren buenos tiempos para ambas cosas.







Lichis (La Cabra Mecánica, en solitario):

Vivimos una especie de desilusión en cuanto a los nuevos medios de distribución pudieran aportar. Sólo hemos asistido a un cambio de manos en el reparto de los beneficios. Ahora están en poder de las empresas de telefonía y portales de descarga.

Nando (La Fuga):

Se está produciendo un cambio, lo que no sabemos es cómo van a gestionar las casas de discos el cambio. Internet está siendo una revolución para todo, sobre todo para la música. Las discográficas se tendrán que poner las pilas y adaptarse a los tiempos que corren. En cuanto a los directos, cada vez se hacen más conciertos, la gente tiene ganas de fiesta y de desconectar de sus curros.

Aitor Ibarretxe (Lendakaris Muertos):

Cuando sacamos el primer disco ya se hablaba de que la industria del disco se hundía, pero han pasado los años y aún sigue ahí. La gente ya tenía Internet, ordenadores y material para copiar discos. Se veía que venía un cambio, pero nadie sabía cómo sería. Algo como Spotify era ciencia ficción. Yo creo que nadie se lo imaginaba, de la misma manera que nadie imaginaría el cambio que Internet ha traído. En cuanto a la industria de los conciertos, creo que ha habido años donde ha estado todo masificado, muchos festis y conciertos donde siempre tocaban/tocábamos los mismos. La crisis ha ido poniendo las cosas en su lugar, para bien o para mal.

Loquillo:

En los directos España sigue estando muy por detrás. Las contrataciones de los ayuntamientos cerraron las puertas a la empresa privada y las salas se encuentran con los problemas de las administraciones. Ha habido un cambio en la industria del que se pueden extraer cosas positivas, ha terminado la dictadura dela radio-fórmula y de los agentes de zona que colocaban a los artistas de radio-fórmula en las agencias. Es el momento de artistas de verdad y no de productos.

Josele Santiago (Los Enemigos, en solitario):

Ha sucumbido a su propia codicia. Está muerta, tal y como la conocíamos. Para un grupo que empieza es imposible vivir de esto. La música alternativa hoy en día es la autogestión. Olvidarte de las superproducciones, interactuar con otros músicos y eliminar intermediarios.





Lorenzo Morales (Los Muertos De Cristo, El Noi Del Sucre):

El mundo que nos rodea va cambiando de manera vertiginosa u algunos de esos cambios son muy bruscos y nos cuesta asimilarlos. Muchas veces somos reacios a los cambios y en el mundo de la música no somos diferentes. Las nuevas tecnologías han llevado a cabo una revolución interesante que muchos no han logrado digerir, pero que ahora van comprendiendo. Si no evolucionan perecerán en un intento por sobrevivir en un sistema obsoleto. Las nuevas tecnologías han dado la clave para que los músicos tomen la sartén por el mango y lleguen a tener más independencia. Ser ellos los protagonistas reales, junto al público. Ahora ya tienes las claves y sólo depende de ti si quieres cambiar o quedarte como hasta ahora. No hay que confundir evolución con adaptación al medio.

Charly Domínguez (Los Suaves):

Está fatal. Nadie se dio cuenta, pensaban que la gallina iba a dar huevos siempre. Esto se ha acabado. ¡Hay ciudades que ya no tienen ni una sola tienda de discos! Hay que dar una vuelta a las formas del negocio. Los grupos jóvenes ven una ventana de promoción en Internet, pero no tienen salida tantos grupos como hay en todo el mundo. Los grupos lo dejarán por aburrimiento. Por no tener salida con su música. De ahí los tributos y cosas sin alma.

Óscar Sancho (Lujuria):

No ha evolucionado. Ha atravesado dos crisis y se ha visto sorprendida y muy tocada, casi hundida, así que aún está tratando de reinventarse. Espero que lo consiga, pues es imprescindible que haya una industria detrás para que los músicos se dediquen a lo que es su faceta, la música.

Carlos Tarque (M Clan):

Creo que ha cambiado mucho en nuestro país. Básicamente, la industria del disco como tal va a desaparecer y los directos en España ya no se alimentan de los ayuntamientos.

Txus De Fellatio (Mägo De Oz, Bürdel King):

Ha sido rara. La gente cada vez está menos concienciada de que la música hay que pagarla. El artista no es el único perjudicado. De un disco no vive sólo el músico, también vive el periodista, el fotógrafo o la compañía. Si esa compañía no gana dinero con Alejandro Sanz, por ejemplo, luego no puede fichar a Dünedain. Si a eso le sumas la crisis mundial, la industria sale perjudicada.





Juan Abarca (Mamá Ladilla):

La industria discográfica ha sido destruida por completo. Sigue habiendo discos, pero ya no creo que se pueda hablar de industria discográfica como tal, salvo que nos refiramos a sus últimas ascuas o a formatos no físicos. La música en directo creo, más o menos, se ha mantenido igual de sana.

Kutxi Romero (Marea, en solitario):

Tengo buenos compadres en el mundillo y lo único que me jode de todo el asunto es que se van a quedar sin curro. Los discos desaparecerán, pero el arte, el talento y la pasión seguirán fluyendo sin necesidad de máquinas registradoras. La escena en directo la veo de puta madre. En Pamplona hay cuatro o cinco bolos interesantes todas las semanas. Otra cosa es lo de hacer perras con los directos, ahí se enfrentan el ego, la ambición y los billetes. Generalmente la pelea la pierden los tres.

Manuel Martínez (Medina Azahara):

Algunas compañías han sabido sobreponerse, pero lo que antes era resplandeciente ahora es currar y ofrecer el doble por la mitad. Algo que, desde fuera, parece imposible, una vez que estás trabajando, te das cuenta del esfuerzo que tienen que hacer para que ese trabajo no les cueste dinero. Aún quedan años de sequía, pero espero que cambie porque hay muy buenas bandas esperando sacar sus trabajos al mercado.

Vikingo M.D. (Narco):

No ha evolucionado mucho debido, entre otras cosas, a la situación de la economía. Eso ha hecho que muchas bandas estén agudizando el ingenio. En épocas de crisis se desarrolla la inventiva para hacer canciones y eso está motivando que ahora haya muchos más grupos, aunque algunos se queden por el camino. La gente tiene que pagar el local, salir de gira y, en muchos casos, tocar gratis.







José Carlos Molina (Ñu):

La industria discográfica nunca ha funcionado para el Rock. Haciéndonos ilusiones y si llamamos industria a pagar los grupos sus discos excepto cuatro a los que el sello les paga el estudio y luego les pagan las ventas a partir de 3.000 ejemplares, ha evolucionado como siempre, promoción en Radio Vallekas y Radio Vicálvaro, con todo mi cariño hacia ellos, y presentación en la Sala Caracol con 200 invitados y 100 amiguetes más gastos de promoción, es decir, ni un pavo.

Andreas Lutz (O´Funkillo):

La industria, por su codicia y avaricia, ha cavado su propia tumba. La música y la verdad se mueven a otro nivel así que qué les den. El mundo del directo mola, larga vida alos festivales que apuestan por nosotros.

Fortu (Obús):

La revolución ha sido Internet. Bien utilizado llegas a todos los sitios. El futuro está por ahí, podrás escuchar lo que te gusta, tener medios de comunicación a tu medida a la hora que desees. También Internet cambiará el negocio de las discográficas. El problema es que hay tanta competencia que, al final, no habrá sitio para todos. Las bandas se harán más grandes, pero no en tan poco tiempo.

Juantxo (Piperrak):

Está estancada. El único paso de venta de soporte digital muestra que sigue aferrada al pasado pretendiendo cobrar 12€ por canción sacando por un disco 12€ sin soporte físico, ni distribución, sólo un pequeño gasto en un portal para su venta. La mayoría de la gente está dispuesta a pagar por el trabajo de los artistas que les gustan, para que les vaya bien, pero no están dispuestos a que los timen. Sería mejor descargar la discografía de un grupo a un euro por disco, en MP3, bien grabado y con sus carátulas y demás.





Poncho K:

En estos años parece que se han roto todos los esquemas y los planes de futuro para toda una cadena a consecuencia de la tecnología. Esto ha dado paso a lago muy bueno, la creatividad sin patrones en todos los sentidos y, aunque está todo inventado, ahora tienes que demostrar que tu directo es la polla si no quieres pasar desapercibido.

José Cobela “Bode” (Porretas):

Han sido años en lo que todo ha dado un vuelco impresionante. Con las descargas la venta de discos ha caído y mucha gente que trabajaba en las compañías se ha ido al carajo. Las compañías ya casi no apuestan por grupos nuevos y los que estamos ya sabemos que no se venden discos, pero, mientras la gente siga yendo a los conciertos, aguantamos el tirón. Ahora, con la crisis y la situación económica, cada vez está más complicado sobrevivir en este mundillo de la música.

Fernando Madina (Reincidentes):

Yo creo que por no evolucionar se ha erosionado tanto que ya nadie cree en ella. Así le va, porque parece que echan a gente de todas las compañías. Internet, está claro, ha tenido que ver en todo esto y ha transformado el panorama, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.

Rosendo (Ñu, Leño, en solitario):

Me temo que vamos a remolque. Como en todo lo demás, Internet ha puesto patas arriba el mercado sin control. Además, ha sido duro ver cómo desaparecía el vinilo. Afortunadamente, el directo ha recuperado importancia y, para los músicos, el escenario es la vida. Prefiero pensar que mañana no va a ser peor.





Raúl Gutiérrez “Rulo” (La Fuga, Y La Contrabanda):

Publicar un disco hoy en día es de masocas y soñadores ya que el CD agoniza. Antes se compensaba con que había muchos conciertos, cosa que también está chunga actualmente. La música ya estaba en crisis y sumada a esta otra crean un panorama gris tirando a negro. Yo intento verlo de manera positiva, pero es difícil salir ahí fuera y realizar una gira.

Julián Hernández (Siniestro Total):

En algunos Estados de U.S.A. niegan la teoría de la evolución, que no es una teoría sino un hecho, y el pobre Darwin no se puede defender, ni ofender, porque está muerto. “Industria musical española” es un oxímoron, una contradicción en los términos, algo así como “inteligencia militar”.

Vito Íniguez (Sínkope):

¿Evolucionar? Yo creo que vamos para atrás. Cada vez hay más impedimentos, cada vez te cortan antes la ilusión. El señor dinero está haciendo auténticos estragos. Mientras se siga anteponiendo la pasta a la creatividad creo que iremos mal encaminados. El dinero no es arte. Es necesario para muchas cosas, pero no es arte.

Antonio Bernardini (Sôber):

Creo que, más bien, ha involucionado. A día de hoy no hay ninguna solución definitiva a la crisis del formato. Lo que está claro es que los grupos pueden sobrevivir sin ella, no al contrario.

Juan (Soziedad Alkoholika):

Más que evolucionar ha involucionado. Ahora nos encontramos en un proceso de cambio y, bueno, ya veremos cómo acaba la cosa porque ahora mismo es difícil de decir. En cuanto a la música en directo, yo no veo grandes cambios. Un poco más de fundamente para hacer las cosas sí que hay, pero, a excepción de Euskal Herria, donde sí que podemos presumir de es donde más salas hay para tocar y que funcionan de manera profesional, en el resto, salvo algunas excepciones, aún hay una gran diferencia de nivel y de opciones si lo comparamos con lo que te puedes encontrar por Europa.







Aitor Gorosabel (Su Ta Gar):

Ha habido una involución. La aparición de las nuevas tecnologías está obligando a la industria a adaptarse y no le está resultando fácil. En cuanto a la música en directo, pienso que la gente se mueve sólo para ver grupos consolidados o que están de moda. En cualquier caso, creo que, en general, el público se encuentra frente a una oferta musical tan amplia que necesita simplificar y tener referencias muy concretas para poder adaptarse al entorno. Un entorno caótico debido a la sobreinformación que posibilita y ofrece la red. Por desgracia, en esta situación siempre ganan las radios fórmulas.

Mariano Gil (Tako):

Creo que después de los años que llevamos viendo cómo caen las ventas de los discos,y eso que el público rockero es más fiel y le gusta tener los discos de sus grupos favoritos, los conciertos son la mejor manera de mostrar a la banda y presentar sus nueva canciones, siempre y cuando, el precio de las entradas esté acorde con los tiempos tan jodidos que vivimos. Nosotros seguimos tocando y haciendo kilómetros como hemos hecho siempre. Nunca se nos ha ido la pinza con los cachés y, afortunadamente, no nos falta curro. Eso nos hace seguir cada vez más rockerizados.

Ángel (Tierra Santa):

No soy un experto, pero, en mi modesta opinión, la industria discográfica ha sido víctima de ella misma. Lo de ahora es sólo una consecuencia. La música en directo es algo que evoluciona independientemente de la gente que acude a los conciertos. Siempre existirá.

Lele Laina (Topo):

Lamentablemente, tanto la industria como la música en directo van en caída libre desde hace ya unos años. Las nuevas tecnologías, Internet, las salas de conciertos, las radios, las televisiones, o la propia crisis económica son un cóctel que está hiriendo de gravedad la música. Son muchas las razones y, por ahora, pocas y difíciles las soluciones.





Enrique Villareal “El Drogas” (Barricada, Txarrena, en solitario):

La industria, tal y como la hemos conocido hasta ahora, se resquebraja y el cambio hacia no sé dónde llegará. La burbuja discográfica se desmorona igual que la inmobiliaria. Los directos todavía tienen esa misma magia de siempre, aunque tampoco son buenos tiempos para vivir de esto. Por mi parte, voy preparando y llevando a cabo acciones que me hagan sentirme vivo.

Pau (Uzzhuaïa):

Ha sufrido la incontrolable embestida de Internet y sus negativas consecuencias. Es necesaria la fórmula para que todos, creadores y consumidores, salgamos beneficiados. La música en directo me sorprende gratamente cada vez que voy a un concierto de una banda que lleva poco tiempo y que apenas es conocida. En este momento hay muy buena salud creativa en este país. Es necesario encontrar los medios para que los grupos no se desvanezcan ante la dificultad de llevar para adelante sus sueños e ilusiones. Por desgracia, no recibimos lo que damos. El esfuerzo que ponemos en cada momento es cada vez menos recompensado.

Víctor García (Warcry):

La música ha perdido valor, como otras muchas cosas. Todo lo importante, o lo que se aprecia, es caro. En ese aspecto la música ha perdido caché. Cierto es que Internet ha tenido como contraprestación que te conozcan en más lugares, pero es una paradoja, ya que, si no tienes suficiente fama, o suficiente poder económico, jamás te verán en ellos.

Marcelo Calabria “Valdés” (Con Mora, Sherpa, en solitario):

El tejido industrial y empresarial dela música en este país está completamente quebrado. Es decir, no hay ninguna posibilidad de que nadie invierta un solo euro en un grupo nuevo. Antes hacías unas canciones, grababas un disco, lo promocionabas, pegabas unos carteles y ya está. Ahora estamos en un momento de crisis, o de cambio, que es lo que realmente quiere decir la palabra crisis. Es por eso por lo que digo que no hay panorama musical. Eso sí, el momento está vibrando y todo el mundo está intentando descifrar cómo avanzará la industria.






Pipi (Ska-P, The Locos):

Creo que el concepto de álbum se está quedando obsoleto por la forma de consumir de la gente. Se consume más música que nunca y, como encima, para mucha gente es gratis, simplemente la engullen sin masticarla, sin apreciarla ni darle valor. Al final hay tanta sobreinformación en este tema de la música que casi nadie se para a escucharla con calma, a saborearla. El rollo es escuchar y escuchar y no asimilar nada.

En este lío de formatos que hay ahora, vinilo, CD, USB, uno ya no sabe cuál es el más indicado. Además, tampoco me apetece emplear un desgaste de energía brutal en 12 canciones de las que luego te valen 3 para single y las demás se quedan en el olvido porque no se tocan en directo. A los 4 ó 5 meses el disco ya está obsoleto, viejo, en serie media y eso no puede ser, es frustrante. He preferido, con este disco, meter toda la energía en 3 canciones y tirar p´alante.

Lita Ford (The Runaways, en solitario):

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Cuando empecé todavía las cosas eran genuinas, artesanales, y la gente involucrada vivía la música de una manera diferente. Incluso los puestos ejecutivos de las discográficas estaban ocupados por gente que sabía lo que hacía, conocía en profundidad su materia y, aunque, al igual que ahora, su propósito era sacar la mayor cantidad de dinero a través de los artistas, por lo menos nosotros, los artistas, contábamos con todos los medios disponibles para poder hacer que nuestra música llegara a los fans. Hoy en día, la mayoría de los artistas comerciales me parecen un producto prefabricado. Pasan más tiempo metidos en las redes sociales que en el local de ensayo. Me temo que lo que impera es la mediocridad, pero la gente más joven, aturdida por el bombardeo de los nuevos medios de comunicación, lo acepta todo sin rechistar. Es verdad que cuando empezaba me topé con mucho escepticismo por parte de la industria ya que la gente no estaba acostumbrada a ver una chica haciendo música y que hoy en día las chicas lo tienen mucho más fácil, pero, en general, añoro los viejos tiempos.

Ahora cualquiera puede grabar su música con un ordenador en su casa y después distribuirla vía Internet para que la gente la escuche a través de sus móviles. ¿En serio vamos a rebajar la calidad del sonido a esto? Nos vamos a acostumbrar a escuchar música mediocre, con sonido mediocre, y nos parece lo más normal del mundo. Ok, yo uso también la tecnología, pero sólo para grabar ideas que me vienen de repente a la cabeza, no para hacer discos enteros. Llámame de la vieja escuela si quieres, pero para mí un disco tiene que ser grabado en un estudio en condiciones, con un buen productor y un buen ingeniero de sonido.

Nike Anderson (Imperial State Electronic, The Hellacopters, Entombed):

Las cosas son así ahora y no hay nada que puedas hacer al respecto. Es más duro en la actualidad. Por un lado, es cierto que Internet te permite empezar una banda con más facilidad. Los fans tienen mucho donde elegir y es mucho más difícil encontrar buenos grupos entre tanta banda de mierda. Recuerdo que cuando empecé en Entombed solíamos mandar cassettes a las compañías. Esa dedicación se ha perdido. No me quejo, pero es cierto que las bandas ya casi no venden discos a día de hoy. Es incluso difícil conseguir un tour porque todas las bandas están girando de manera continua lo cual está muy bien, pero, para una banda trabajadora como la nuestra, es más complicado. Si queremos hacer una gira por España tenemos que contratarla con 6 u 8 meses de antelación. Eso es duro para una banda pequeña como la nuestra.






Neil Young (Buffalo Springfield, Crosby, Stills, Nash & Young, en solitario):

“Earth” no encaja en iTunes y no me importa. En realidad, me alegro porque eso significa que no acato las normas sobre lo que los músicos pueden y no pueden hacer respecto a lo que una empresa de ordenadores ha dictado. No necesito eso. Hago lo que hago y lo que hago no sirve para ellos, gracias a Dios.

No sé si han cambiado las cosas. Yo sólo pienso en lo que hago, o sea, música que me llena. A medida que el tiempo pasa me he dado cuenta de que, cuanto más libres somos con la música, lo que más hace feliz a la gente es escuchar los grandes éxitos. Ya los conocen de antes. No hay nada más aburrido que una canción tras otra, siempre las mismas, con las mismas poses. Tienes que estar dispuesto a cerrarlos ojos y dejarte llevar. La banda que tengo ahora no está limitada por otra cosa que no sea el pasarlo bien.

Dan Swanö (Edge Of Sanity, Whiterscape):

Lo veo bien, la verdad. Trabajo con muchos discos todos los meses y me encuentro con gente joven con talento y hambre, también con grupos de la primera época del Metal Extremo que siguen publicando buenos discos. Hay chicos que ni siquiera habían nacido cuando edité el primer disco de Edge Of Sanity y se saben cada nota. El estado de la industria actual tiene partes malas, como el que bandas consolidadas tengan que pasarse el año girando sin parar y más pendientes de vender camisetas para poder asegurarse un mínimo de ingresos, pero eso también les hace mejores músicos, tocan más, antes, cuando podíamos, te tomabas un año sabático. Creo que, en general, el estado de la escena metalera es bueno.





Hasta aquí esta retahíla de declaraciones de tanto viejas glorias del Rock como peña que lleva, relativamente, poco tiempo en esto. Yo, personalmente, estoy más cerca de opiniones como la de Javier Estévez, ex - Estirpe, que de la de Lita Ford. Cuando hablamos de este tema solemos olvidar que muchas de esas grandes corporaciones musicales son las mismas que nos han ido metiendo por los ojos todos estos aparatejos, pasamos del tocadiscos y radiocassttes al CD, luego al MP3 y MP4, después a los móviles y suma y sigue. Parece que los culpables somos sólo nosotr@s por bajarnos música o no ir a los suficientes conciertos. Mientras, ellos siguen quedando como victimitas cuando, al menos tecnológicamente, son los verdaderos creadores de esta situación. ¿Tú que ópinas?





Textos y fotos extraídos de: Rock Estatal, La Heavy, Popular 1, This Is Rock y, por supuesto, de Internet.