El pasado sábado, 12 de Septiembre, en
la siempre buena compañía de mi novio y la mejor de un montón de amigas con las
que no nos juntábamos hacía ya un buen tiempo, nos acercamos a disfrutar de la
tercera edición del Mayorga RockFest de Plasencia. Ante todo felicitar a la
organización por todo el esfuerzo realizado para llevar a cabo un evento como
este en un rincón de los más guapos de la ciudad como es la Torre de Lucía. Dentro
de ese incomparable entorno descargaron bandas tan dispares como Los Jacobos,
Guadalupe Plata o Dover.
Para nosotros el festival comenzó con la
actuación de Def Con Dos pues no fue imposible acercarnos antes por razones que
no vienen a cuento. Ante esto mostré interés por lo acontecido en los
conciertos anteriores a los madrileños y, como es de esperar, las respuestas
fueron bastante diferentes según de quien vinieran. Para muchos y muchas
Guadalupe Plata fueron todo un descubrimiento mientras que las opiniones sobre
La M.O.D.A. eran bastante diversas. En cuanto a Los Jacobos, la mayoría
aseguraban que Pachi y compañía dieron la talla ante su público.
Con cierto retraso, algo que acabó
siendo una losa en las demás actuaciones, salieron a escena Def Con Dos. Los de
Madrid son de esas bandas que nunca defraudan. Los habré visto incontables
veces ya y no recuerdo ningún concierto suyo en el que no me hayan gustado. Van
siempre a saco, sin a penas descanso entre tema y tema, desgranando un setlist
que pone a botar a todo el mundo a la tercera canción, como mucho. Tuvieron un
sonido espectacular, a veces, incluso, demasiado alto y no pararon de repartir
cera mezclando cortes míticos como “Fin De Siglo”, “Poco Pan”, “El Coche No” o “Acción
Mutante” con otros de ese pedazo de último disco que tienen en el mercado como “España
Es idiota” o “El Cazador De Elefantes”. Está claro que estos parecen que se
quedarán en su repertorio por mucho tiempo aunque los mejores momentos los
vivimos con clásicos de la talla de “El Día De La Bestia”, “Trabajando Para
Dios”, “Asociación De Mujeres Violentas” o “Demasiado Humano”. Cerraron con el
bis “Armas Para El Pueblo” un concierto cañero, como es habitual en ellos. Un buen
comienzo para los que llegamos en ese momento al festival.
Dover se erigía como cabezas de cartel
del evento. De hecho, creo que durante su actuación fue cuando más público se
convocó en la Torre de Lucía. Hacía ya muchos años que no los veía en directo
y, todo sea dicho, a mí, personalmente, me defraudaron un poco. Después de la
dichosa polémica creada por un antiguo alcalde de Plasencia se presentaron con
muchas ganas ante el público del Mayorga, algo que es siempre de agradecer. Teníamos
tantas expectativas en su supuesta vuelta al Rock después de esos escarceos con
músicas varias in the night que en ningún momento quisimos perdérnoslo. Está claro
que cuando descargaban temas como “Serenade”, “Cherry Lee”, “Dj” o “Loli
Jackson” aquello se venía arriba. Lo curioso es que hasta consiguieron algunos
pogos y, sorprendente, un pequeño wall of death. Lo flipé bastante con esto por
parte del público pero cada uno lo disfruta a su manera y con quien quiere,
evidentemente. Como dije antes, me parecieron un poco sosos, destacaría la
labor a las baquetas de Jesús Antúnez, siempre lo he dicho, qué bueno es tener
un gran batería, y de Amparo que estuvo muy comunicativa en todo momento. En cuanto
a Cristina hizo su labor correctamente, cantando mucho mejor que en sus lides
con las seis cuerdas, mientras que el bajista Samuel Titos acaparaba toda la
atención con esa cara tapada constantemente con sus greñas. Acabaron un concierto
para mi gusto bastante correcto con, evidentemente, “Devil CAme To Me”. Una vez
pasado su recital se despejó bastante el recinto. Algo que nos vino de perlas
ante la apisonadora que se nos venía encima.
“¡Tío, han venido unos tipos a tocar a
la Barroco que los tienes que ver. Qué pasada!”. Ese era el comentario
generalizado de la peña que asistió al concierto de los de Barakaldo en Cáceres
el pasado invierno. No pude ir a verlos porque para esas fechas tenía otros planes
fuera de la ciudad y me puso tó dios los dientes tan largos que estaba más que
intrigado con su show. He de reconocer que todos y todas tenían mucha, pero que
mucha, razón en sus comentarios. Hacía cantidá de tiempo que no veía a un grupo
en directo que realmente me impactara y no sólo por la que montan, que ya es
mucho, sino por la caña que meten y, sobre todo, por su actitud encima de las
tablas. En pocas palabras, lo flipé. Sin hacer nada nuevo, quién lo hace en
estos tiempos, me parece que son una de las bandas a tener muy en cuanta de
aquí en adelante en el panorama estatal. Unas letrazas del copón como son las
de los temas “Corre” o “Nunca
Pasa Nada”, entre otras, con unas guitarras apabullantes, una base rítmica que
no para en ningún momento y un cantante que por sí solo pone, como debe ser un
verdadero frontman, al público a sus pies canción tras canción. Supongo que
estaréis esperando que os cuente las interminables escenas que protagoniza su
voceras Manu “Gallego” pero no lo haré y no por hacerme el interesante, que
bastante rabia me dan los que van de ese rollo, sino porque tenéis que verlas con
vuestros propios ojos para comprobar que todo los que os pudiera contar se
queda corto. Vuelvo a decirlo, para mí, los triunfadores del festival con mucha
diferencia. Espero volver a disfrutar con ellos pronto, por ganas no será.
Y para el cierre el protagonista guiri
del Mayorga, nada menos que el batería de los Ramones, Marky Ramone. Con un retraso
ya acumulado por le espera de los Def Con Dos y los interminables parones de
los Dover entre canción y canción, salió en segundo batería del grupo de Nueva
York al escenario placentino. Después de la tralla de Porco Bravo qué menos que
seguir saltando con todos eso temas de su banda mater. Pues siento deciros, y
lo afirma un gran seguidor de los Ramones, que aquello no pasó de ser una mera
banda tributo. Un cantante poco entregado, que perdía fuelle de vez en cuando,
hizo lo que pudo ante temas como “Rockaway Beach”, “Sheena Is A Punk Rocker”, “Beat
On The Brat” o “The KKK Took My Baby Away”. Eso sí, el concierto fue, como es
normal, una sucesión de temas sin respiro. Tampoco apoyó mucho la actitud del
público durante el show. No sé si los anteriores los dejaron agotados o que la
propia banda, a pesar de los que estaban descargando, no llegaban a conectar
con los presentes. Sea como fuere, he de reconocer que fui de los pocos que vi
disfrutando del concierto pues había tanta peña estática que parecía más un
concierto de los Yes. Debo decir que las dos veces anteriores que vi a Marky y
su banda fue en salas y el que esta vez fuera al aire libre, en un escenario de
ciertas dimensiones, también pudo influir en lo que os comento, o, tal vez,
prefiero pensarlo así. Lo peor de todo es que por mucho que nos deleitaran, o
lo intentaran, con “I Believe In Miracles”, “Pet Cementery”, “Gimme, Gimme
Shock Treatment” o “Now I Wanna Sniff Some Blue” aquello no fue lo que
esperábamos. Para colmo, y esto sí que sigo pensando que fue por el retraso,
hicieron un único bis que no podía ser otro que “Blitzkrieg Bop”, quedándose en
el tintero cortes del calibre de “Do You Remember R&R Radio?”, y hasta
luego gracias. Qué se le va a hacer, otra vez será. Estoy seguro que me lo
volveré a pasar de puta madre con ellos en cualquier sala más que en festivales
de este tipo.
Hasta aquí nuestro primer Mayorga. Nos hemos
sentido como en casa, bueno, como siempre en Plasencia, ya que conocemos a
bastante peña. Dad por seguro que intentaremos repetir en próximo año. ¡Enhorabuena,
de nuevo, por todo ese esfuerzo! A seguir creciendo.
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