Muchos son los actos que se celebran
alrededor del planeta apoyando a la población de Palestina, esto no es nada
nuevo. El hecho de que un acto de este tipo se celebre en un pequeño pueblo de
la provincia de Badajoz del que muchos y muchas de los propios extremeños no
han oído hablar en su vida, lo demuestra el que tenga el nefasto honor de tener
un cementerio de residuos nucleares del que dicha mayoría desconoce su
existencia, ya empieza a ser un poco particular. El lugar del que hablo se
llama La Haba, mi pueblo. Puede que suene demasiado localista pero desde el
momento que me dijeron que iban a celebrar este festival hice todo lo posible
para apoyarlo. Que yo recuerde es la primera vez que se organiza algo de este
tipo, razón de más para estar presente en el mismo.
La jornada comenzó con la presentación
de Miguel Ángel Manzanera, perteneciente a “Ayuda Directa”. Este activista se
encargó de ponernos al tanto de su experiencia en la zona de Gaza, de la
situación que vive su población además de hablarnos del pasado y los porqués
que ha llevado a esta zona del globo a ser una de las más calientes del mismo.
Una aparición bastante acertada aunque a mí me sigan quedando lagunas y no
comparta cien por cien sus palabras. ¿Por qué nunca se habla de la resistencia
de parte del pueblo y ejército israelí a esa clase de barbaries como las
llevadas a cabo el pasado verano? Creo que una de las cosas que se debería
dejar bien claras es quiénes son los sionistas y qué pretenden con sus
actuaciones. En cuanto al pueblo palestino, víctima durante años de esos
ataques, también tienen sus organizaciones que luchan por el entendimiento de
las que no escuché una sola palabra. Está claro quiénes son los opresores y
quienes los que sufren esa opresión pero no todo en un conflicto se reduce a
buenos y malos. Existen, siempre lo han hecho, mujeres y hombres en ambos
bandos que luchan por la paz recibiendo a cambio cárcel, torturas y muerte por
parte de sus propios compatriotas y deben, al menos, tener una pequeña reseña
en todo este conflicto. Tampoco sería justo que las grandes potencias
occidentales y árabes salieran de rositas en este tema. Las primeras por ser
las causantes directas del conflicto con su postcolonialismo, Reino Unido al
frente, en este caso, y su indiferencia, además de la venta de armas, y las
segundas por la soledad con que tratan a sus hermanos de religión.
Personalmente no estoy de acuerdo en que el Estado de Israel deba desaparecer,
lo que sí debería haber son dos Estados, el reconocimiento del palestino es una
cuestión pendiente, con sus propios gobiernos buscando la convivencia pacífica
entre ambos. Espero vivir para conocerlo.
A continuación el grupo de teatro local
“La Butaca Del Medio” no hizo una pequeña interpretación donde resaltaron las
ilusiones y esperanzas de futuro de un grupo de niños y niñas palestinos y cómo
el ejército israelí y su violencia se encargan día a día de frustarlas. Quizá,
ya que el festival estaba dedicado a recaudar fondos para los menores de Gaza,
fuera la actuación más acertada de la noche. Una pena que el otro grupo de
teatro local, “El Panal”, no pudiera intervenir por un accidente doméstico, sin
consecuencias graves, de una de sus integrantes. De esta forma la parte teatral
quedó un poco coja pero ante este tipo de situaciones nada se puede hacer.
Felicidades a unos por su aportación y ánimos a los otros para su pronta vuelta
a los escenarios.
El cantaor flamenco local “El Fraile”
fue el encargado de poner bulerías y demás palos al servicio del festival. Sí
que es verdad que la gente debería haber puesto más atención y que poco se
podría apreciar su labor si te apartabas del escenario ya que el murmullo del
público fue una constante en su actuación. Jose estuvo muy entregado y bien
acompañado por el joven guitarrista que lleva. No fue muy larga su
intervención, se veía que no estaba del todo a gusto por las razones antes
señaladas, y después de pedir silencio varias veces, con toda la razón del
mundo, dio por terminado su concierto poco más de tres cuartos de hora de
haberse subido al escenario. Como dije antes, una pena porque personalmente tenía
muchas ganas de escucharle en directo, en persona lo he hecho muchas veces, y
tendré que esperar a una nueva ocasión para poder disfrutar de su torrente de
voz.
Los integrantes de “La Factoría, Voces
De La Memoria” son nada más y nada menos que tres generaciones de músicos
locales acompañadas al bajo por otra gran promesa musical del pueblo. Padre
(guitarra), hija (voz) y nieto (batería), además del mencionado bajista, nos
ofrecieron un repertorio cargado de clásicos como “Caminante, No Hay Camino” de
Antonio Machado, con él comenzaron, “Al Alba” o “¡Ay, Carmela!”, entre otros.
Debo reconocer que su actuación me emocionó bastante pues fueron unos momentos
especiales los vividos escuchando ese elenco de canciones. Esther estuvo muy
entregada en su interpretación cosa que contribuyó a que el público estuviera
mucho más pendiente del concierto.
Desde El Valle De La Serena se acercaron
“The Wolframitas” para aportar su grano de arena a la causa que nos reunió esa
noche en las instalaciones del “Yastá” de La Haba. Son un grupo de versiones,
covers para los más modelnos, que abarcan desde Alaska, y sus “Flores
Ensangretadas”, hasta Loquillo, La Polla, Eskorbuto o Piperrak. A pesar de no
gozar de buen sonido nos hicieron pasar un rato bastante agradable recordando ese
manojo de clásicos del Punk y Rock estatal. Siempre se agradece ese punto
contestatario en un evento de este tipo.
Con el público esperando desde horas
atrás se subieron a las tablas “La Ira”. Primera vez que Raúl y su nuevo
proyecto se presenta en el pueblo llevándose el gato al agua desde el primer
acorde. Esta es la tercera vez que los veo en directo y, después de unos meses
de la primera, se ve que tienen mucho más rodaje, que tocan más sueltos y que
se entienden a la perfección entre ellos. Por fin conseguí escuchar
decentemente el saxo de Pepe Burgos. Nos deleitaron con los temas de su
trabajo, único hasta la fecha, “El Trapecio Y El Abismo” además de algunos
temas de su anterior proyecto, “El Gitano, La Cabra Y La Trompeta”, momento en
que la gente saltó y se entregó bastante, sobre todo con “Quiero Sentarme En
Las Nubes”. Para estas horas la mayoría del público que quedaba en el recinto
era peña que conocía bien lo que estaba viendo. A pesar de los miedos por el
equipo, sonaron bastante bien, pese al pequeño parón sin importancia que
tuvieron, haciéndonos pasar un buen rato con temas como “Meterme Dentro”, “Como
Gatos”, “Si No Hay Alegría” o “Los Conflictos”, sigue siendo mi tema favorito
del disco y esta vez me lo perdí por estar en la barra pidiendo, grrr. Buena actuación
de Jesús y Txavi como base rítmica mientras Manué sigue siendo el protagonista
de las seis cuerdas. Raúl estaba en su salsa comentando cosas del pueblo entre
canción y canción que, de no ser por estar allí, nadie las entendería.
Cierre del programa a cargo de “El
Fraile” y Juan Pedro a la guitarra eléctrica interpretando ese pedazo de tema
de “El Cabrero” que no es otro que “Como El Viento De Poniente”. Tengo que
resaltar que al día siguiente la mayoría de los comentarios que escuché fue de
aprobación por lo vivido la noche anterior. Buen rollo, muchas risas y buena
música. ¿Qué más se puede pedir para un tipo de acontecimiento como este que lo
que pretendía era solidarizarse con los menores palestinos? Espero que se sigan
haciendo este tipo de cosas en el pueblo y que la gente, en general, responda
de la misma manera. ¡Enhorabuena a los y las organizadores!
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