martes, 5 de noviembre de 2013

Uli Jon Roth En Madrid: ¡Qué Buenos Recuerdos!








El pasado miércoles, 30 de Octubre, visitó la capital del Estado el que otrora fuera guitarrista de la banda germana más grande de todos los tiempos, estamos hablando de Uli Jon Roth y, por supuesto, Scorpions. Se puede decir que es uno de los guitarras menos conocidos, más bien reconocidos, del mundillo del Hard Rock pero su impronta en la primera etapa de los alemanes es de indudable calidad. Grabó con ellos cuatro discos en estudio y uno de los mejores directos de la historia del género, “Tokyo Tapes”. Este disco en vivo ha estado siempre entre uno de mis preferidos además de traerme un montón de recuerdos de mis años de adolescente. Aún lo conservo en cassette como una de mis joyitas. Poca más presentación necesita Uli. Tampoco es mi intención en esta crónica hablaros de su biografía aunque os recomiendo que le echéis un vistazo  cuando tengáis oportunidad, descubriréis cosas muy interesantes en la misma.




La noche del concierto empezó con el sobresalto del cambio de sala. Las razones de dicho cambio no las conocen ni los propios responsables de La Sala Caracol que, según su comunicado al respecto, están tan sorprendidos con el tema como lo estamos todos. Después de llegar a esta sala madrileña me encuentro con un cartelito en la puerta que dice que el concierto ha sido trasladado a la sala Shoko sita en plena calle Toledo. Pues bien, como preguntando se llega a donde sea y yo soy muy pero que muy preguntón, al ser la hora de apertura de puertas a las 19.30, fui corre que te corre de una sala a la otra para encontrarme en la puerta de la última con todo el personal igual de desconcertado que el que escribe estas líneas.




Con todo este jaleo los que salieron un poco perdiendo fueron los teloneros, Stingers. Me hubiera gustado verles un poco más de tiempo porque lo hacen realmente bien tanto en puesta en escena como en el plano musical. Además como me los perdí en la última edición del Leyendas mis ganas de verlos eran máximas. Pues nada, el set de los andaluces quedó reducido a poco más de cinco temas entre los que estaban, “Coming Home”, “Big City Nights”, “Blackout”, con  gran performance del guitarra “Schenker” y “Rock You Like A Hurricane”. Buen rato el que nos hicieron pasar estos Stingers. Seguro que la próxima oportunidad que tenga de verlos no la dejaré pasar.




Con poco tiempo de espera apareció en escena el mítico guitarrista Uli Jon Roth acompañado de un séquito de músicos que llenaron el escenario de tal forma que apenas quedaba hueco entre ellos. Además de Uli nos encontramos con otros dos guitarras, un cantante, un teclista, el bajista y el batería correspondiente. Pido disculpas por no tener los nombres de alguno de ellos, sólo deciros que aquello parecía más una orquesta que la típica banda de Rock. El set del concierto se centró en temas de Scorpions, algunos de la etapa de Roth en Electric Sun, otros de su propia carrera en solitario y alguna versión de Hendrix. Es comprensible que los momentos álgidos del show fueron cuando cayeron canciones de su banda mater como “All Night Long”, “Picture Life”, esta siempre fue una de mis preferidas así que la disfruté de lo lindo, “Dark Lady”, “Polar Night”, “In trance”, temazo donde los haya, o “We´ll Burn The Sky”, otro trallazo. Si cuando Uli hacía sus solos de manera individual flipábamos en colores os podéis imaginar cuando se le unían los otros dos guitarras y se ponían a puntear los tres a la vez, brutales esos momentos. Personalmente destacaría al jovencísimo guitarra zurdo, un máquina el chaval. Para los bises el cantante se quedó entre bambalinas escogiendo el tema “All Along The Watchtower”  de Jimi Hendrix para cerrar el show. Con este final nos quedamos un poco fríos pues esperábamos como agua de Mayo que el hit “He´s A Woman, She´s A Man” apareciera por algún lado, algo que no ocurrió. Este sería el único punto negro de la actuación que, como he dicho ya, estuvo más que bien.





A pesar de todos los contratiempos os puedo asegurar que fue un concierto entrañable. Lo fue porque estuvimos como en casa con una asistencia que rondaría las quinientas personas, quizá menos incluso, porque el sonido fue increíble, porque me sentí de puta madre  escuchando una serie de canciones con las que he crecido y que he cantado miles de veces y que nunca pensé que iba a disfrutar en directo y, sobre todo, porque, a pesar de ir solo, hice amigos rápidamente dejándome claro que los rockeros y las rockeras seguimos formando una gran familia. Habrá mucha gente que no entienda esto pero sabéis perfectamente de qué hablo. Espero que esto siga siendo así por muchos lustros.





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