miércoles, 11 de septiembre de 2013

Visita AL Teatro Romano De Medellín












Es bien sabido que aún quedan miles de sitios y monumentos por excavar. Todos ellos están esperando a ser redescubiertos para pasar a formar parte de todo ese patrimonio que no pertenece a un país en concreto sino a la humanidad en general. Sí que es responsabilidad de cada sitio o comunidad mantenerlos en buen estado y, si es posible, darles algún tipo de utilidad, ya sea expresamente turística o alguna de las que esos mismos tesoros tuvieron en su época. El primer teatro romano descubierto en España en este incipiente siglo lo encontramos en la localidad de Medellín, provincia de Badajoz. Hasta allí nos desplazamos mi novio y yo el pasado sábado, 7 de septiembre, para poder conocerlo.




Lo primero que diré es que el emplazamiento del teatro es inmejorable. Situado en una de las laderas del castillo, la que da a la población, está totalmente pegado a la iglesia de Santiago, donde se encuentra el pequeño e interesante centro de interpretación, mientras que el citado castillo te queda justo a la espalda teniendo en frente  una espléndida vista de Medellín. Las excavaciones comenzaron en el año 2007 sacando a la luz todo lo que se puede contemplar en el entorno del teatro además de una serie de columnas, estatuas, la mayoría femeninas, y distintos elementos característicos del emplazamiento. Muchos de estos objetos, más bien réplicas de los mismos ya que los originales se encuentran en el Museo Provincial de Badajoz, se encuentran reunidos en el anteriormente citado centro de interpretación. Este lugar es la toma de contacto con lo que se podrá visitar a continuación. A mí personalmente me gustó mucho. Es reducido pero, digamos, intenso. Destacaría la pieza de cerámica tartesia, por su peculiaridad y belleza.




Una vez que acabas la visita a dicho centro de interpretación pasas a lo que es el teatro romano en sí. Por un módico precio recibes las explicaciones de una guía que te pone al corriente de todo lo acontecido durante las excavaciones así como de todo aquello que se encuentra ante nuestros ojos. Lo más destacable es el buen estado de las gradas las cuales se encuentran dividas en tres zonas correspondientes, cada una de ellas, al estrato social del público que disfrutaba del espectáculo. Mientras más baja era la clase social a la que se pertenecía más alto estabas en el graderío. Algunas de las columnas están recubiertas con sus materiales originales, esto les concede un valor añadido. Antes de entrar se puede apreciar la situación privilegiada de un par de tabernas-tienda donde se, en su tiempo, se podía adquirir, a la vez que bebida, evidentemente, otro tipo de productos. Una pena que sólo se conserve las partes inferiores del arco que hacía de recibidor o versura. Debería ser un placer pasar por debajo del mismo en su momento y encontrarte con las gradas repletas de gente esperando la obra elegida para ese instante. Otro de los elementos claves del teatro es el propio escenario, reconstruido con gran fidelidad con respecto del original. Este tiene algunos huecos desde lo que se puede apreciar la tramoya. Flipante el sistema en sí, recordemos que el descubrimiento de la electricidad queda bastante lejos.  Una vez que estás de pie en dicho escenario es cuando verdaderamente puedes apreciar lo que es el graderío en si. Es este momento cuando te da un verdadero golpe visual lo que se encuentra ante ti. Impresionante la buena conservación de las gradas, como he dicho antes, así como las distintas partes de la misma ya sea empezando por la parte donde se situaba el coro, la orchestra, siguiendo por la zona reservada a las clases altas, esta se encontraba delimitada del resto por unas planchas verticales,  en el medio de la zona reservada a le élite militar encontramos  el sacrarium, ascendiendo nos encontramos con las gradas reservadas a los ciudadanos libres mientras que la parte destinada a los esclavos y mujeres , aquellas que no pertenecía a las citadas clases altas, ha desaparecido.




De esto y muchas cosas más te enteras durante la explicación que recibes durante la primera media hora de la visita. Luego tuenes un tiempo para visitar a tu antojo todo el entorno. Entonces empiezas a darte cuanta de lo maravilloso del lugar. No puedes salirte de un itinerario delimitado por cuerdas, esto es por la propia seguridad del visitante así como por la conservación de ciertas partes del teatro,  pero el rato que puedes pasar subiendo y bajando por todo el entorno hará que lo disfrutes con intensidad.





La visita dura una hora larga. Una vez finalizada es cuando eres consciente de la cantidad de riquezas arquitectónicas y monumentales de Extremadura, de las muchas que quedan por descubrir y excavar y de otras muchas que quedan por visitar. Si os gusta el tema de la arqueología, en concreto la etapa romana, no dejéis de visitar este entorno. Está claro que no es tan majestuoso como el teatro de Mérida pero os puedo asegurar que tiene, al igual que aquel, un encanto que le hace especial. A ver si es verdad que el próximo año se le da utilidad escénica y podemos desfrutar de alguna de las representaciones del festival de teatro clásico de la capital extremeña. Ya sabemos que los políticos prometen mucho pero cumplen poco, sean de color que sean. Desde este blog os animo a visitar el teatro romano e Medellín, seguro que os gusta. Ya me contaréis si accedéis a la invitación.





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