viernes, 29 de julio de 2011

Roy Thomas - Clásicos Ilustrados





No sé exactamente porqué, pero durante el mes de Julio es cuando menos atiendo a mi blog. No es por desidia ni por ganas, que de eso siempre hay, pero me he dado cuenta que es uno de los meses que más me cuesta escribir. Tengo que reconocer que la caló me desagrada bastante. No soy de los que esperan el verano con ansiedad, supongo que si viviera en un lugar con playa, algún río cerca o sitio donde refrescarse pensaría de otra manera pero la realidad es que aquí, en Cáceres, solo tenemos piscinas y no soy mucho de ese tipo de instalaciones.

Una vez hecha esta reflexión paso a hablaros de la nueva serie de Marvel-Panini. Tengo que reconocer que nunca fui un gran seguidor de los héroes de la editorial americana. Me molan Spiderman, Thor, Conan y para de contar. Siempre ha merecido todos mis respetos pero mis gustos en cuanto a cómics han ido por otros derroteros. Sin embargo, cuando me enteré de esta serie de clásicos de la literatura universal no me lo pensé dos veces y me hice con el número de “El último Mohicano”. Mi idea era tener un primer acercamiento para ver si realmente merecía la pena o se quedaba en una nueva vuelta de rosca de adaptaciones de grandes obras de la literatura al cómic. Es curioso pero… ¿os habéis fijado que hay pocas, por no decir casi ninguna, adaptación de grandes clásicos del cómic a la prosa literaria?

El primer recuerdo que me vino a la cabeza cuando tuve en mis manos esta obra fueron los antiguos cómics de Bruguera. Aquellas adaptaciones tan personales que hicieron de tantos y tantos títulos de la literatura universal. Está claro que esta serie tiene mucha más calidad de impresión que todas aquellas historietas juntas, pero me gustó mucho pensar en cómo con aquellos tebeos pasé a leer muchas de las obras en libro.

Marvel, que nunca fueron tontos, le ofreció esta empresa a nada más y nada menos que Roy Thomas. Esto, desde luego, era un anzuelo muy difícil de evitar. Siendo un gran seguidor de Conan, cuando me enteré de que Thomas estaba detrás de todo esto fui directamente a la tienda a por esta obra, la más famosa sin duda alguna James F. Cooper. Según cuenta en el prólogo, Roy está encantado con este trabajo. Parece ser que era algo que deseaba hacer mucho tiempo atrás y que ha tenido guardado en el fondo del cajón de sus proyectos sin tirarlo nunca a la papelera. Como siempre, no voy a contaros quién es Roy Thomas, para eso tenéis miles de referencias en la red, pero hay que reconocer que, después del creador Robert E. Howard, es el autor más famoso de las aventuras del bárbaro cimmmerio.

Hay que reconocer que es un arduo trabajo adaptar cualquiera de las obras clásicas de la literatura al cómic, sobre todo por la cantidad de diálogos que tienes que reducir, sirviéndote de las imágenes, en la mayoría de los casos, para ello. En esta entrega de “El Último Mohicano” Thomas se ha rodeado de Steve Kurth (“Nuevos Mutantes”) y Cam Smith (“X-Men” o “Spiderman”) además del trabajo hecho en lo referente al color por June Chung. Tengo que reconocer que me ha gustado mucho el cómic. Es de esas historias que, aun conociéndola de una manera u otra, acabas leyendo sin parar. No intentéis buscar similitudes con la famosa adaptación al cine porque no las encontraréis. Ambas maneras de interpretar esta novela de Cooper son bastante buenas pero bien distintas.

En esta edición además de “El Último Mohicano” podemos disfrutar de la primera parte de la saga de cinco a la que pertenece la novela. Con guión del propio Thomas y dibujos de Denis Medri podemos descubrir las primeras hazañas Chingachgook y “Ojo De halcón”. Debo reconocer que la calidad del dibujo baja un poco en esta parte del cómic pero también he de reconocer que no sabía que “El Cazador De Ciervos” era el inicio de esta serie. Así que, como podéis comprobar, ha sido todo un placer reencontrarme con Roy Thomas, con esta obra mítica de Cooper y, a la vez, descubrir una parte más de la misma.

Acabaré comentando que además de “El último Mohicano” se han editado dos obras más en esta colección, ambas con guión de Thomas. Estas son “La Ilíada” de Homero y “La Isla Del Tesoro” de Robert L. Stevenson. Ya estoy deseando saber cómo le han quedado estas adaptaciones al segundo padre de Conan.

lunes, 25 de julio de 2011

Def Leppard - Uzzhuaïa





Una de las mejores cosas que se pueden hacer durante el verano en nuestro país es asistir a la innumerable cantidad de conciertos y festivales que pasan o se suceden por todo el estado. Partiendo de esto, mis recomendaciones para este caluroso julio son dos discos en directo editados recientemente. Por parte foránea os hablaré del último redondo de Def Leppard, “Mirror Ball: Live And More”. En lo referente a la parte estatal mi recomendación viene a cargo de los valencianos Uzzhuaia y su disco “En Directo… Desde La Costa Oeste”.

Sobre la banda británica Def Leppard se han escrito demasiadas cosas, buenas y malas, como para que a estas alturas no sean suficientemente conocidos dentro del mundo del Rock. Como única reseña diré que son uno de los grandes representantes de la llamada Nueva Ola Del Heavy Metal Británico junto a bandas de la altura de Iron Maiden o Saxon, entre otras muchas. Musicalmente llegaron a lo más alto con los discos “Pyromania” e “Hysteria”. En este, su primer trabajo oficial en directo, hacen un repaso a toda su carrera incluyendo temas míticos del grupo como “Pour Some Sugar On Me”, “Armageddon It”, “Let´s Get Rocked” o “Animal”. A estos clásicos se les une alguna rareza como “Two Steps Behind”, de su recopilatorio “RetroActive” y parte de la banda sonora de “Last Action Hero”, o la versión de Sweet “Action” incluida en otro de sus recopilatorios, en este caso el conocido como “Vault”. Todo este elenco de buenos temas tiene su guinda en el añadido de tres nuevos cortes en estudio, “Undefeated”, “Kings Of The World” e “It´s All About Believin´”, que nos demuestran en buen estado de forma compositiva del grupo. Tengo que aclarar que soy un poco fanático de los discos en directo y que este en concreto me tiene encandilao. Puede que sea porque Def Leppard es una de las pocas bandas de los ochenta que aún no he tenido oportunidad de ver en directo y que con este disco me sienta como si los tuviera delante. Espero que pasen pronto por estos lares y pueda disfrutar de su indiscutible talento.

En cuanto a Uzzhuaia diré que siguen siendo la gran promesa del rock estatal pero que siguen sin pasar de ahí, de promesa. Sigo sin comprender en muchos casos la actitud del público de este país, pero bueno, pa gustos… colores. Este “En Directo… Desde la Costa Este” fue grabado durante la gira de su penúltimo trabajo, “Destino Perdición”, en la sala GreenSpace de Valencia. Lo primero que destacaría de este disco es su manera de ponerlo en el mercado. Ante la avalancha de críticas, quejas y victimismo por parte de muchos grupos hay otros como estos valencianos que no se lo piensan y ponen a la venta su último directo sólo en su web. Esto no sería nada nuevo si no fuera porque por la módica cantidad de 30€ te mandan el DVD, con una calidad tanto de imagen como de sonido que ya quisieran algunas bandas de fuera, una camiseta bien guapa y el archivo de descarga del disco para que te hagas con él en escasos minutos. Creo que estas son las maneras a las que nos tendremos que ir acostumbrando en el ya inmediato futuro y cuando digo “nos” me refiero a todas las partes de este elenco, músicos, público y, si así lo deciden, compañías. Musicalmente hablando, este trabajo es un gran repaso a toda su carrera hasta ese momento, una pena que no aparezca ningún tema de su gran, y último disco, “13 Veces Por Minuto”. Nos ofrecen una selección de 19 de sus mejores temas, entre los que destacaría “Nuestra revolución”, “Blanco Y Negro”, “La Flor Y La Guerra” o “No Somos Perfectos” más la siempre bienvenida versión de Héroes del Silencio “la Chispa Adecuada”. Cabe destacar el buen meddley que se marcan ambos guitarras. Terminaré diciendo que si escucháis el disco antes de ver el DVD estaréis cojos en algún sentido así que intentad ver este concierto, os aseguro que merece mucho la pena.

Hasta aquí mis recomendaciones musicales que, como habéis comprobado, han cambiado de cabecera pasando de llamarse “Discos Pa…” a los nombres directamente de las dos bandas, en el caso de que sean esa cantidad, a veces es sólo una. Nos paséis mucho caló y seguid disfrutando del verano y sus conciertos.

lunes, 18 de julio de 2011

Joe Sacco - Paolo Cossi







¿Tiene algo que ver Joe Sacco con Paolo Cossi? ¿Tienen algo en común estas obras suyas? Sin duda alguna la respuesta es: “Sí, mucho”.

El periodista maltés, asentado en Oregón, nos ofrece en su último trabajo, “Notas Al Pie De Gaza”, el reflejo de todo aquello que vivió y recopiló entre noviembre de 2002 y marzo de 2003 en la franja de Gaza acerca de las matanzas por parte de judíos a palestinos durante 1956. Estos hechos ocurrieron en las ciudades de Khan Younis y Rafah. En ambas ciudades el ejército judío realizó dos de los exterminios más brutales sobre el pueblo palestino. Paolo Cossi en su obra “La Gran Catástrofe” nos cuenta el exterminio masivo por parte del gobierno y ejército turco sobre el pueblo armenio. Sirviéndose de la confusión de la primera guerra mundial, los dirigentes turcos eliminaron a la mayor parte de la población armenia sin que apenas se hablase nada de ello ni durante ni después del gran conflicto bélico.

Viendo y leyendo ambos cómics nos damos cuenta de que tanto Sacco como Cossi han basado sus trabajos en pueblos olvidados en la historia o en la actualidad. Nadie duda de que los palestinos siguen siendo aniquilados de manera mediática por los judíos, lo vemos día tras día en nuestras pantallas. Joe Sacco, con su peculiar manera de reflejar esas realidades en viñetas, nos traslada, mediante testimonios de personas que vivieron esas dos masacres en 1956, a aquellos acontecimientos. Todo esto viene aderezado con todo lo que el autor maltés vive en su día a día en la Palestina de esos momentos. Vemos como casi nada ha cambiado, antes eran fusilamientos, palos y ultrajes y ahora son ataques selectivos de misiles, casas derribadas, un gran muro y balas en la noche.

Cossi nos habla de uno de los acontecimientos más negros y ocultos de la primera guerra mundial. Al principio de la contienda el gobierno turco contaba con la alianza de los armenios. Aprovechando tal alianza engañó, desbalijó y aniquiló a dicho pueblo con la simple excusa de que eran espías de sus enemigos rusos. La razón principal era el odio ancestral que el pueblo otomano sentía por los católicos armenios. De esta manera los expulsó de sus territorios, los dejó morir de hambre y sed en sus largas marchas por el desierto hacia ningún lugar y ocupó el territorio armenio mientras las grandes potencias europeas se masacraban en territorio francés o en la mitad de la civilizada Europa.

Son dos claros ejemplos de cómo el ser humano durante siglos ha cometido, y sigue cometiendo, el grave error de eliminar de la faz de la Tierra a aquellos que por razones culturales, religiosas, de pensamiento, sentimentales o políticas no convencen al régimen establecido de turno. Los ingleses, españoles, portugueses, franceses u holandeses lo hicieron con la mitad de las poblaciones aborígenes del mundo, los romanos con los galos, los blancos con los negros en Sudáfrica, los serbios con los bosnios, los nazis con los judíos, homosexuales, comunistas o gitanos, los comunistas revolucionarios rusos con todo aquel que no se ajustara a su libro de buen comportamiento, etc. etc. etc. Así podríamos seguir inflando una lista que seguro nunca tendría fin.

Hoy, 18 de julio de 2011, se cumplen 75 años del alzamiento fascista contra el gobierno legítimo de la II República. Aquí tenemos otro claro ejemplo de masacre por ideas que duró cuarenta años. Ahora intentan pasar página y que todo se olvide para así poder excusarse de todo aquello que hicieron con el pueblo. Para poder seguir con su manos ensangrentadas que, aunque laven día a día con todo el jabón del mundo, nunca podrán limpiar de sus conciencias.

Empecé este texto con una pregunta y acabaré con otra cuestión: ¿Tiene el ser humano solución? Ya prefiero pensar que sí, aunque en un rinconcito muy oculto de mi corazón hay un no bien asentado que me hace dudar continuamente.

lunes, 11 de julio de 2011

AC/DC En Argentina



El pasado mes de mayo la banda australiana más grande de todos los tiempos publicó su último DVD titulado “Live At River Plate”. Este concierto está grabado durante las tres actuaciones que el grupo dio en el mítico estadio, que nos está en altas horas en la actualidad, de Buenos Aires. Después de unos 13 años sin pisar suelo argentino los seguidores de ese país tuvieron la oportunidad de disfrutar de nuevo de Angus Young y compañía.

Antes de seguir con el comentario de este video tengo que aclarar que soy un gran fan del grupo. Nunca me gustó eso de responder a la típica pregunta “¿Cuál es tu grupo preferido?” aunque por dentro siempre respondía AC/DC sin duda alguna. Siempre me he considerado parte de esa gran familia que forman los seguidores de la banda. Tengo todos sus discos, algunos en viejas cintas de cassettes, incluso conseguí la edición de “Let There Be Rock” censurada en España. También tengo en mi poder una de las ediciones de coleccionista de “For Those About To Rock”, algún que otro single interesante y un sinfín de vídeos y DVDs. Una vez dicho esto espero que nadie se eche las manos a la cabeza si me atrevo a comentar que este, desde luego, no es ni mucho uno de los mejores shows de la banda. He tenido la suerte de poder asistir a cinco de sus actuaciones en la península, una en Barcelona, otra en Lisboa, dos en Madrid y la última en Sevilla, de la cual tenéis una crónica en este blog. Pues bien, cuando salí del concierto de Sevilla dije que no me habían gustado tanto como otras veces y después de ver este vídeo me doy cuenta de porqué sentía aquello. No tiene nada que ver ni con el setlist ni con la puesta en escena ni con el sonido o luces, tiene que ver con la banda en sí. En definitiva, se nota demasiado el paso de los años, sobre todo en Angus y Brian que son los que más de cara al público están.

Por lo demás este DVD es, sin duda, un reflejo de esa gira faraónica que dieron durante más de dos años por todo el mundo. En él podéis disfrutar de temas míticos como “Dirty Deeds Done Dirt Cheeps”, “Back In Black”, “Hells Bells” o “Thunderstruck” al que se suman algunos de su último disco como son “Rock N Roll Train”, “Big Jack” “War Machine” o la canción que da nombre a este trabajo. Yo personalmente echo de menos “Anything Goes”, tema que interpretaban en su primera parte del tour y que, no sé por qué razón, dejaron de hacerlo.

Lo mejor de esta entrega es su presentación, algo en lo que los australianos se esmeran constantemente. Cabe destacar la entrega del público argentino, tan entusiasta como cualquier público latino. Además del concierto podemos ver un pequeño documental de los días previos a las actuaciones con declaraciones de fans, managers, montadores y algún locutor de radio. Lo peor, como dije antes, la voz de Brian en algunas canciones y la fatiga de Angus, sólo hace el loco por el suelo durante su, ya archiconocido, solo de guitarra.

Se ha hablado bastante de si deberían seguir o dejarlo, Brian incluso anunció que lo dejaba después de esta gira, ahora que siguen en lo más alto. Entre las últimas noticias está la preparación de un nuevo disco. Yo soy partidario de que es mejor una retirada a tiempo que una gran derrota. De todas formas siguen siendo la banda de mi corazón, con la que más disfruto y por la que más he discutido en cuanto a ser o no los mejores. Sea como fuere AC/DC siempre estarán conmigo y el hecho de ver cómo llenan allá donde van, y las veces que sea, es algo que me llena de satisfacción. Suerte, nos vemos pronto en cualquiera de las ciudades del estado.

domingo, 3 de julio de 2011

Texto Mandrílico Pa Julio

El Hombre De Hierro

Qué extraño es eso a lo que muchos llaman destino. Tan solo por el simple hecho de que uno nazca a una orilla u otra del río de la vida te encontrarás navegando aferrado a un viejo tronco carcomido o dirigiendo el mejor de los barcos del mundo. La historia de mi existencia parte de la rivera pobre para acabar apegado durante gran parte de ella uno de los nacidos justo enfrente.

Llegué a aquella casa de hidalgos venidos a menos no por azar o necesidad, fue por la promesa que le hizo el amo de aquellas tierras a mi madre después de la muerte de mi padre. Este fue durante toda su vida el mejor de los criados de tan ilustre señor. Eso es lo que se esperaba de mí, que desde la temprana edad de ocho años asumiese el papel de siervo de aquel escudo.

Desde que puse el pie en mi nuevo hogar me concedieron el dudoso honor de ser esclavo, ayudante, mozo de armas e incluso encubridor del pequeño de los hijos de aquella familia, dueña tanto de hombres y mujeres como de las tierras de los contornos. Así fue como mi vida quedó adosada al que sería para todos los historiadores el gran Luis Miguel de Torresviejas.

A pesar de ser alrededor de dos años mayor que yo, nunca me sorprendió su suma delgadez, cosa a la que todo el mundo hacía referencia y que ponía en duda su futuro. Hasta el final de mis días a su lado siempre me fascinó su piel clara como la luna y su cabello del color del trigo en pleno verano. Durante muchos años creí que aquel aspecto era un regalo de Dios pues destacaba como la luz entre la tez morena de los que habitábamos aquellos alrededores.

Durante mis primeros años pensaba que el hecho de que me maltratara tanto verbal como físicamente formaba parte de mi aprendizaje. Por ser su sombra me encontraba a su lado recibiendo, sin querer, tanto lecciones de latín y aritmética como golpes de espadas de madera. Si a la pregunta de su tutor mi señor se quedaba en blanco o, más bien, era nula su idea acerca de lo que estaba siendo interrogado, por haberse dedicado al vino y no al papel la noche anterior, la culpa recaía sobre mí. Se me acusaba de haberle distraído en sus estudios con cuentos de princesas y mundos del más allá. Si esto no era suficientemente convincente, mostraba algún leve rasguño, por supuesto hecho por él mismo pocas horas antes, que le había llevado a terribles fiebres y del que yo era responsable. De estas lides es como mi cabeza y mis manos acabaron más de tres y cuatro veces sangrando o del color de los santos nazarenos. El siervo siempre calla, pero el silencio no evita el dolor.

A la edad de dieciocho años mandaron a mi amo a estudiar geografía y armas a la ilustre escuela de Segovia. Allá que me fui a vivir mi nueva etapa de criado. Con ese tiempo vivido ya no se es tan niño, y si lo sigues siendo alguien se encargará de hacértelo olvidar. Quién mejor para ello que aquel al que perteneces en cuerpo y alma.

Aunque más alto que yo, seguía siendo un muchacho huesudo pero fuerte. Los entrenamientos en el patio de nuestra antigua casa lo habían convertido en un joven arrogante. Su cara seguía reluciendo como el relámpago en las noches de tormenta pero de cuello para abajo su atractivo perdía intensidad.

No conocí mucho aquella ciudad durante los cinco años que viví en ella. Mis órdenes eran ver, oír y callar, claro que a esto hay que sumarle lavar, cocinar, barrer o servir de muñeco de paja en lucha desigual con uno de hierro. A su afición al vino se sumó la de las faldas. Si una era su ruina la otra acabó por ser mi desgracia. Muchas de aquellas muchachas que traspasaban el umbral de nuestro hogar dejaban caer algún que otro comentario sobre el buen mozo que tenía mi señor por sirviente. Halagos que me llenaban el corazón y disparaban mis más profundos deseos pero que, a solas con él, sólo servían para enfurecer su acero como práctica de sus clases de esgrima o daban con mis costillas en el patio si más que una roída manta para calentarme en las frías noches de la ciudad castellana.

Pronto se dio cuenta aquel al que servía de que si las mujeres le hacían caso no era más que por sus escasas riquezas o por sus invitaciones a ciertas cenas y licores. Durante el último año de nuestra estancia se corrió por la ciudad el lamentable rumor, para mi desventura, de que el caballero alto y rubio como el oro tenía por siervo a unos de los jóvenes más apuestos de la villa. Hasta entonces no me percaté de que, a pesar de ser como un palmo más bajo que mi señor, mi cuerpo era casi el doble de ancho que el suyo. Si sus clases de esgrima lo habían convertido en un hombre ágil y con los reflejos de un gato, ser su saco de prácticas durante tantos años habían hecho de mí un hombre rudo y fuerte como un buey.

Y como todo llega, y el río sigue corriendo sin parar, el sable que desgarró aquel cuerpo de esta sombra no fue otro que una de sus amantes. Si compartir placeres nunca está bien visto por los poderosos compartir amantes mucho menos. De esta manera fue como Santiaga empezó a anidar en mi corazón y a volar del suyo. Si cenaba con él, almorzaba conmigo, si compartía vino con él, aguardiente bebía a mi lado y si en la alcoba era de mi señor en la cocina nuestros cuerpos eran uno.

El descubrimiento de tan alta traición no se hizo esperar. Una tarde al volver de sus clases nos sorprendió en plena faena de amor encima de la mesa del comedor. Su voz nos deleitó con toda una lista de insultos. Pero lo peor llegó cuando desenvainó su espada con la intención de agujerear por siempre su muñeco de prácticas, entonces se encontró con un golpe de candelabro en sus sienes. Toda una vida entrenándose como un hombre para que una mano de mujer le rompa la cabeza...

Ni que decir tiene que huimos los dos con la mayor celeridad del mundo. Después de un largo deambular, escondidos como conejos, vinimos a parar a esta ciudad costera llamada Cádiz. Nos quedamos con el negocio de un viejo mesón situado en el puerto. Y hoy, después de casi ocho años de todo esto que les cuento, he vuelto a toparme con el que fuera mi amo y señor. Ahora no es un hombre de hierro, es un hombre y un caballo de hierro. Es el ilustre Luis Miguel de Torresviejas, elegido por nuestro rey para conquistar nuevas tierras y poner las riquezas de estas a sus pies.

Al pasar a mi lado tiró de las riendas de su pesada montura. Sentí cómo disparaba su mirada a través del casco de su armadura y me alcanzaba justo en la garganta. Pensé que me mataría en aquel mismo instante, pero las espuelas de sus botas hicieron ponerse en marcha a su metálica cabalgadura no sin antes despedirse con una reverencia de mi esposa. Él, sin duda, conquistará tierras pero yo gané, para siempre, la batalla del amor por Santiaga amor.