jueves, 29 de julio de 2010

MOMO


Me despido este mes con la recomendación de uno de mis libros preferidos, uno de esos que me llevaría a una isla desierta o, quién sabe, a un lugar más allá, “Momo”. Junto con “La Historia Interminable”, es la una de las obras principales del ya fallecido Michael Ende. Este escritor alemán consiguió con “Momo” tener una verdadera visión de lo que el futuro nos depararía. Los que ya tenemos unos años, y los que tienen más edad aún, echamos constantemente en falta algo de nuestro pasado. Parece que las cosas antes se hacían con más alegría, con más ilusión y los juegos consistían simplemente en intercambiar ideas como si fueran cromos. Las prisas no eran tan prisas, nadie había oído hablar del stress y había tiempo para hablar tranquilamente las cosas sin dejarlas continuamente hasta mañana.

En el fondo de esto trata realmente “Momo”. Ella es una niña que llega, sin saberse de dónde, a un viejo anfiteatro de las afueras de una ciudad, que podía ser perfectamente tu ciudad, y tiene el don especial de saber escuchar. Sus principales amigos son Beppo Barrendero y Gigi Cicerone a los que hay que sumar un grupo nutrido de niños. A esta tropa se le añadirá Casiopea, una tortuga, y el profesor Hora. Escuchando a la gente, Momo logra que las personas saquen lo mejor de ellas, que consigan resolver sus problemas. Los niños, mientras, viajan jugando con esa parte tan especial del ser humano que es la imaginación, sin máquinas ni artefactos de ningún tipo.

Pero, claro, como en toda historia hay unos malos, en este caso son los Hombres Grises. Seres que se dedican a robar el tiempo de vida a la humanidad mientras hacen creer a los hombres que lo que consiguen entregándoles ese tiempo es ahorrarlo. Así se alimentan estos personajes de aspecto un tanto peculiar. Momo consigue descubrirlos rechazando sus propuestas y a raíz de esto se convertirá en su enemiga más acérrima.

Pasan miles de cosas, tanto buenas como malas, en el libro pero, como siempre digo, no voy a revelarlas. Puedo decir que he leído esta obra como ocho o nueve veces y siempre me acabo haciendo la misma pregunta: ¿Verdaderamente los cuentos o las fábulas son tan imaginarios como nos quieren hacer ver? “Momo” me parece que ahonda mucho más de lo que podemos pensar en el tema del tiempo de nuestra existencia. Si nos ponemos a pensar realmente hay muchos Hombres Grises por ahí que se dedican a robarnos tiempo de una manera u otra. Pasamos más tiempo de nuestras vidas con personas que, por razones laborales o de negocios, por ejemplo, con las personas que realmente nos importan como pueden ser familia, amores o amistades. A la mayoría de esos ladrones de tiempo, que son al final los que se llevan los beneficios de nuestro trabajo, no los vemos ni en pintura, si acaso en la tele, y si salen. Son los que dirigen nuestras vidas y nuestro destino. Cuando quieren te bajan el sueldo, te hacen trabajar hasta edades más tardías, te suben el interés de la hipoteca de la casa o aumentan todo tipo de impuestos.

Es difícil, muy difícil, luchar contra ellos pero si realmente hay algo que les pone nerviosos, porque nunca conseguirán controlar, es que actuemos con imaginación. Seamos creativos, hay mil maneras de serlo, el hombre lo ha demostrado a lo largo de su historia, no sólo está la pintura y la escritura, y conseguiremos que los Hombres Grises se conviertan en ceniza de un cigarro que el viento arrastra diluyéndola en el universo.

jueves, 22 de julio de 2010

Los Piratas Se Van Pal Pueblo






La exposición “Piratas, Ayer Y Siempre…” pone rumbo a La Haba para arribar su barco en la Casa de Cultura de dicha localidad. La inauguración será el día 31 de Julio a partir de las 21,30. Tendremos una presentación de la exposición, luego la proyección de la composición de fotos de las carátulas, en la exposición no están todas, y para terminar mi buen amigo Raúl Jiménez, rodeado de otros músicos, nos ofrecerá un concierto especial pensado únicamente para la ocasión. Os esperamos a todos y todas para disfrutar de una gran velada. Si no podéis asistir ese día sabed que la exposición estará en la Casa de Cultura hasta el día 20 de agosto. Hasta pronto, espero que el verano no os esté siendo del todo asfixiante.

miércoles, 21 de julio de 2010

Sonisphere 2010 Getafe - Sábado






Con cierto retraso hago la crítica de la segunda jornada del Sonisphere celebrado en Getafe. Sigo pintando la casa y, como dice una amiga mía: “El día tiene 24 horas, ni más ni menos”. Así que hasta este momento no he podido dedicarme a estos menesteres. El segundo, y último día de festival, me parecía mucho más atractivo, musicalmente hablando, que el anterior. Toda la ilusión puesta en la música se me desvaneció nada más llegar, sobre las 19,30, al recinto y ver que había más peña que el viernes y, por consiguiente, la polvareda era aún mayor. Nos dirigimos rápidamente al escenario dos para asistir a la actuación de Soulfly. Para mí la banda de Max Cavalera es realmente la sucesión de Sepultura. Con esto no quiero decir que lo que está haciendo Sepultura sin él me desagrade, nada de eso, es más me parece bastante bueno, pero ese espíritu mestizo lo veo más en Soulfly que en Sepultura. Entrando en lo que fue el concierto deciros que me pareció corto para lo que pudimos disfrutar. Temas pesados con la inconfundible voz de Max. Ni que decir tiene que, a parte de “Back To The Primitive” o “Prophecy”, los temas mejor recibidos fueron los de su banda Mater, “Refuse/Resist”, “Roots Bloody Roots” y “Attitude”, a los que habría que sumar una versión del “Walk” de Pantera. Muy bueno el concierto de Soulfly, corto pero bueno.

De aquí saltamos al escenario principal para ver cómo se lo montaba Alice In Chains. Este es típico grupo que o te gusta o los odias a muerte, y resulta que a mí me molan pero los amigos con los que iba no eran precisamente seguidores de la banda. Conseguí convencerlos para ver hasta la quinta o sexta canción pero a partir de ahí decidieron irse de nuevo al escenario dos para esperar a Megadeth. Lo poco que vi me pareció extraordinario. Sí que es verdad que a lo mejor hubieran pegado más en el cartel del día anterior que en el del sábado pero esas son las cosas de los festivales… Era la segunda vez que los veía y, aunque los tenía que mirar en las pantallas desde el otro escenario, temas como “Man In The Box” o “Again” me confirman que me gustan a pesar de todo.

Nunca entenderé porqué una banda como Megadeth siempre anda pululando en escenarios secundarios, teloneando a otras bandas o actuando a plena luz del día. Tienen tirón y seguidores, entre los que me incluyo, para estar más arriba en el cartel o para, como mínimo actuar en el escenario principal. No fue el mejor concierto que he visto de Mustaine y compañía pero lo que nos dejaron en Getafe fue de notable alto. La vuelta de Ellefson es algo de agradecer aunque yo sigo echando muy en falta la pegada de Nick Menza. Tengo la suerte de haberlos visto con la formación clásica y desde luego nada ha sido igual después de la salida de Friedman y Menza. Pero a pesar de ello me sigue pareciendo un grupo como la copa de un pino, temas como “Tornado Of Souls” “Symphony Of Destruction” o “Hangar 18” son indudablemente exquisiteces del mundo del metal. Curioso el recuerdo a Metallica con “The Four Horsemen”, parece que las cosas van cambiando entre el pelirrojo y sus antiguos compañeros. No sé si fue por tiempo pero sí que eché en falta ese final con la versión de Sex Pistols “Anarchy In The U.K.”.

Y así llegamos a lo que, para mí, era indudablemente el plato fuerte del festival, Rammstein. Después de asistir el año pasado a su concierto en el Palacio de Deportes de Madrid me dije que lo suyo sería verlos también en un sitio al aire libre y la oportunidad se presentó en Getafe. Llegamos con un poco de retraso al comienzo debido a la cantidad de gente, polvareda de nuevo, en movimiento desde Megadeth al escenario principal, pero pronto nos incorporamos al ímpetu que la banda germana imprime en directo. Entre el humo de su show y el polvo aquello parecía un verdadero infierno aunque ellos nos fueron rescatando con temas como “Keine Lust”, “Benzin” o “Link 2 3 4”. Ni que decir tiene que el fuego y la performance están de continuo en la actuación del grupo. Esta vez también subió el supuesto espontáneo que acaba siendo abrasado por el cantante pero no me resultó tan agónico como cuando lo vi la primera vez, vamos que no me engañaron, jeje. Evidentemente el punto álgido del concierto llegó con “Du Hast” seguido de “Pussy”. Luego llegaron los bises y el final del concierto con “Ich Will”. Sigo recomendando ir a ver a estos locos teutones siempre que se tenga oportunidad. Es de esas bandas que, al menos, hay que ver una vez en la vida. Seguro que no olvidarás jamás sus show. Eso fue lo que le pasó a mi amigo Nervio que cuando veníamos de vuelta aún seguía recordando lo que vio la noche anterior. Además muchos pensaréis que el grupo basa sus conciertos en la parafernalia y poco más pero os puedo asegurar que son unos musicazos y que en directo suenan como una verdadera apisonadora.

Volvimos al escenario segundo, más para descansar que para atender al concierto de Meshuggah. No los conocía y, como he dicho antes, tampoco les presté demasiada atención. Me pareció un grupo del montón, de esos que has escuchado miles de veces. Es más, después de lo de Rammstein, y siendo consciente de que nos echarían del bungaló temprano, decidimos irnos a dormir. Aunque no fuera eso exactamente lo que hicimos ya que tuvimos visita del pesao de turno. En este caso el vecino del bungaló de al lado, que viendo cómo sus compañeros no le hacían caso se nos coló en el nuestro y estuvo un ratito dando la vara hasta que amablemente fue invitado a que se largara. Anécdotas de los conciertos sin más.

Y hasta aquí el Sonisphere, o lo que yo viví del mismo, del 2010. En cuanto a música un notable, en lo referente a organización un cero zapatero. A ver si toman nota y el año que viene nos tratan con el respeto que nos merecemos.

miércoles, 14 de julio de 2010

Sonisphere 2010 Getafe - Viernes






Antes de comenzar esta nueva entrada en mi blog os pido disculpas a los poc@s que me leéis por lo poco que se está moviendo el blog este caluroso mes de julio. Después de tener obra de reparación en el tejado a finales del mes pasado me toca pintar ahora la casa así que siento mucho no estar tan atento a este asunto últimamente. El tiempo no da para todo.

El pasado fin de semana me planté en Getafe con mi buen amigo Nervio y otro amigo de Donosti, Javi, para asistir al festival Sonisphere 2010. Una pena grande que mi novio esta vez no me pudiera acompañar pero el tema laboral no está tan bien como deseamos. Ya tendremos muchas más oportunidades de disfrutar juntos de música en vivo. Nos alojamos en un bungaló en un camping cercano al recinto, unos 15 minutos andando, que fue realmente el triunfo del festival. Un sitio con cocina, cuarto de baño, dos habitaciones, aunque nosotros sacamos tres al hacer del comedor una más, y con acceso a la piscina del camping sin problema. Gracias Javi por haber conseguido esto, hemos flipao. Empezaría diciendo que el festival, musicalmente hablando, ha estado bastante bien pero en cuanto a organización y trato del personal ha sido lo peor en mucho tiempo. Aunque no nos quedamos en la acampada del concierto, peña que conocemos, que sí acampó, nos dijo que sólo había una ducha y sobre seis servicios para todo el personal que rebasó con creces las 7.000 personas. A esto le sumamos la polvareda que se montó durante todo el festival. Me parece inaudito que a nadie se le ocurriera regar el recinto de vez en cuando o al menos tener la brillante idea de refrescar al personal alguna que otra vez. Sí es verdad que con esta opción se acaba haciendo bastante barro pero pienso que es preferible esto al polvo. Los vendedores de pañuelos hicieron el agosto. La peña parecía una banda de bandoleros del oeste aunque los realmente ladrones fueron los organizadores del festival. Los conciertos cada vez son más caros así que ellos también deberían empezar a poner de su parte y no tratarnos como ganado. Desde aquí, es hora de exigir que nos traten de una vez por todas como personas y como un público respetable. Imperdonable.

Tengo que decir que tampoco vi el festival entero, por pereza, por calor a la hora de comienzo de algunas bandas o por irnos a esperar a otras en el escenario de al lado, el viernes sólo asistí a la actuación de cuatro bandas, mientras que el sábado fueron cinco las que se grabaron en mi retina. Llegué el viernes para la actuación de Saxon, así que el festival empezó para mí con “Heavy Metal Thunder”. Todo un preludio de lo que sería el fin de semana. Es la cuarta vez que veo a la banda inglesa y, como siempre, son una apuesta segura. Llegaron al festival sustituyendo a Anthrax, después de que a estos les interesara más la gira de los “Big Four” que venir por estos lares, pero desde luego supieron estar a la altura. Siempre fue una de mis bandas favoritas, temas como “Crusader”, “Princess Of The Night” o “Wheel Of Steel” son ya parte de la historia del heavy metal. A estos añadieron algún tema de su último trabajo que nos llevó a disfrutar de poco más de una hora de este grupo imperecero donde los haya. Como curiosidad deciros que si ahora los Metallica empiezan con una canción suya, Saxon comienzan haciendo sonar una de la banda californiana.

Después de la actuación de Saxon estuvimos echando un vistazo por los tenderetes del festival. Siempre es interesante ver las cosas que te puedes encontrar allí. Como de costumbre dejamos las compras para el final y acabamos por no comprar casi nunca nada. Así fue como llego el momento de la actuación de WASP. Qué queréis que os diga, es la primera vez que veo a la mítica banda norteamericana y acabó pareciéndome un ridículo espantoso. No es que haya sido un fan acérrimo del grupo pero sí tengo que reconocer que me han gustado bastante de siempre. Es indudable que temas como “I Wanna Be Somebody” pertenecen a los clásicos del estilo pero puede que la reconversión del Lawless al catolicismo hiciera que lo que vimos en Getafe fuese deprimente. La voz de Blackie no se escuchó en ningún momento, tuvo que pedir ayuda al bajista porque él no llegaba a la mitad de los registros. No entendí cómo en un concierto de una hora dejas que el guitarra se haga un solo de unos 7 ó 8 minutos, cansancio tal vez… A eso le sumamos que no tocara ni “Blind In Texas” ni “Fuck Like A Beast”; los rezos que tienen esas terribles cosas de hacerte renegar de tus mejores temas. En conclusión, un concierto malo, feo y aburrido; salvado, eso sí, por canciones tanto del último disco, por cierto bastante bueno, como por otras míticas como “Wild Child”. El señor “Cuchillas” me defraudó, una retirada a tiempo es siempre una victoria.

Pido mil disculpas a Slayer por no asistir a su concierto. Nunca me ha gustado en exceso su música pero tengo que reconocer que las tres veces que los he visto me han parecido brutales. Es de esos grupos que no escucho en casa pero en vivo me dejan con la boca abierta. Pues eso fue lo que hicimos, irnos a abrir la boca al bungaló y cenar tranquilamente para estar preparados para Faith No More. Cuando volvíamos fuimos testigos de la gran cantidad de peña que se despedía esa noche del festival después de la actuación de Slayer. A pesar de esto la asistencia para Faith No More fue más que considerable. Y en ese momento empezamos a ser conscientes de lo que se nos vendría encima con el tema del polvo. Han pasado más de doce años desde que viera a esta banda por primera vez y desde luego me han gustado mucho más que en aquella ocasión. Una puesta en escena simplista con unas grandes cortinas rojas y poco más. Un Mike Patton tan loco como siempre que, junto con el teclista y el bajista, se dirigió en un castellano mexicano constantemente al público. El sonido increíble y los caretos de Patton más aún. Los momentos álgidos llegaron evidentemente con “Ashes To Ashes” y “Be Agressive” pero me pareció un concierto muy bueno además de entrañable. Una pena que, según dicen, sea la última aparición en vivo de la banda.

Después del subidón de Faith No More salimos pitando para ver cómo se lo montaban Suicidal Tendencies. Con ellos empezó a sonar realmente el escenario dos, cosa que seguiría ocurriendo el sábado. Buena asistencia de público, casi como más ganas de que aquello no acabara que de estar atento a la banda pero bueno, eso tampoco está tan mal, la peña también vamos a divertirnos y si eso es escuchando música en vivo de una banda como Suicidal pues mejor que mejor. Fue un concierto relativamente corto aunque intenso. La peña disfrutó con temas como “Subliminal”. Y así nos despedimos de la primera jornada del Sonisphere. Nos fuimos a dormir pensando que lo bueno aún estaba por llegar.

lunes, 5 de julio de 2010

Los Australianos En Sevilla



La crítica del concierto de AC/DC en Sevilla llega con más de una semana de retraso pero puedo aseguraos que la semana pasada fue bastante ajetreada y no tuvo lo que se podría llamar un final feliz. Una vez dicha la escusa de turno pasemos a lo que fue para mí el concierto de los australianos en la capital andaluza.

Empezaré por lo que fue el concierto en el tema extramusical podríamos decir. Hacía como cinco años, o cosa así, que no iba a Sevilla después de mucho tiempo pasando temporadas largas, o muchos fines de semana, en la ciudad del Guadalquivir. Me fui al concierto con mi novio y un buen amigo. Dejamos los macutos en la pensión que habíamos cogido, por cierto excepto el cuarto de baño. muy agradable el sitio y el trato, y nos fuimos directamente a tomar una cañas. Me llevé una sorpresa al ver como han quedado la Alameda, me gustaba mucho más antes. Los garitos siguen siendo los mismos, más o menos, pero el progreso creo que no le ha sentado excesivamente bien. Nos fuimos a comer, posterior siesta, y sobre las seis de la tarde salimos para el concierto. Desde que llegamos por la mañana vimos gente con camisetas y banderas de AC/DC por toda la ciudad así que al llegar a la parada del bus urbano que nos llevaba a La Cartuja pudimos comprobar que este ya venía lleno de peña que iba para el concierto. Una vez allí buscamos a nuestros amigos y amigas de Cáceres, ellos fueron en viajes organizados, y a la poca gente que fue de mi pueblo y sitios de los alrededores. Hacía tiempo que no iba con tanta gente conocida a un concierto de esta envergadura así que me resultó muy grato que pasara algo así. Entramos, después de discutir si juntos o no, cada uno por su puerta de acceso, nosotros tres teníamos grada mientras la mayoría tenían foso. Al principio pensamos que iba a ser un problema pero pronto nos dimos cuenta que la gente se pasaba de las gradas abajo, o viceversa, que fue lo que hicieron nuestros amigos, con bastante facilidad, así que conseguimos estar casi todos juntos en las gradas. Lo pasé genial viendo cómo disfrutaba mi novio, para él era su primer concierto de un grupo de esta importancia,. Después de tantos años asistiendo a este tipo de espectáculos se nos olvida cómo fue nuestra primera vez. Una vez acabado el concierto salimos, después de esperar un rato, acompañamos al autobús de regreso a los que habían hecho el viaje de esta manera y nosotros tres nos fuimos, después de tragarnos más de tres cuartos de hora como sardinas en latas en bus urbano, de nuevo a la Alameda a ver si aún podíamos disfrutar algo del día del Orgullo Gay que se celebraba en Sevilla. Nos tomamos unas cervezas y para la pensión que había que descansar del subidón del concierto.

En cuanto a la parte musical empezaré por los teloneros. Me parece increíble lo de este país, y los organizadores, en cuanto a este tema. Primero aparecen anunciados los Mel, que si bien en un concierto de los Pet Shop Boys no estarían fuera de lugar, aquí no pegaban ni con mocos. Al final dijeron que por “problemas técnicos, yo siempre he pensado que fue por la presión que se ejerció desde los distintos foros, no podían actuar. A estos los cambiaron por Los Perros Del Boogie, que si entraban un poco más en lo que se supone que debe ser un telonero de los AC/DC, pasaron con más pena que gloria. Mientras en los demás países de Europa los Accept o Slash taloneaban a los australianos aquí nos tuvimos que tragar a estos chicos, que no es que fueran malos, pero la calidad musical con respecto a los anteriores deja bastante que desear. Sobre las diez en punto de la noche hicieron su aparición en escena los AC/DC. Empezaron con la intro de dibujos que precede a “R&R Train” y la locura se apoderó del Estadio Olímpico que, por cierto, si es verdad que no estaba a reventar pero poco le faltó. Fueron cayendo la mayoría de sus clásicos, desde “Hell Ain´t A Bad Place To Be” pasando por “Thunderstruck”, “Back In Black”, “Whotta Lotta Rosie” hasta llegar a la traca final con “Let There Be Rock”, “Highway To Hell” y el término con “For Those About To Rock”. A esto le añadimos los cortes del último disco, “Black Ice” o War Machine”, eché en falta “Anything Goes”, canción que me parece de lo mejor del disco y de la que tuvimos ocasión de disfrutar el año pasado en Madrid. La puesta en escena, el comportamiento del público, imposible explicar las imágenes de miles de cuernos rojos brillando en la oscuridad, y las imágenes de las pantallas se merecen una puntuación de nueva sobre diez. En cuanto al sonido no fue lo mejor de la noche, aquello se escuchaba como enmarañado, una pena que no lo supieran arreglar durante el concierto, y sobre la voz de Brian Johnson pues tres cuartos de lo mismo. Si en Madrid me pareció el mejor de la banda esta ocasión no dio la nota, nunca mejor dicho. De todas formas hay que tener en cuenta que es la tercera vez que pasan por nuestro país en esta gira en la que llevan inmersos casi dos años ya. Realmente no ha sido el mejor concierto que he visto de los australianos, con esta van ya cinco veces, pero tampoco el peor. Si el sonido no fue lo mejor la compañía sí que lo fue. Sobre todo el hecho de ir por primera vez con mi novio a un concierto grande, ver cómo se lo pasó y poder expresarnos con toda naturalidad sin ningún tipo de problemas dicen mucho sobre la audiencia rockera de este país. Sólo espero poder asistir con él a muchos más y si los AC/DC siguen pasando por estos lares tenerlo a mi lado de nuevo.

AC/DC sigue siendo una banda grande dentro, ya no del R&R, sino de la música en general. A pesar de no haber sido su mejor concierto, me sigo considerando un gran seguidor suyo. Si aún tenéis la oportunidad de verlos, ya sabéis los comentarios de Brian, no dudéis en acercaos y disfrutar de uno de los conciertos más excitantes del mundo del Rock.

jueves, 1 de julio de 2010

Texto Mandrílico Julio

Desde que mi prima Angelita se puso novia con el imbécil del Marcelo no hay quien le aguante. Pero eso no es lo peor, además de tenerme que tragar con pelos y señales cada cosa que hacen cuando se ven, ahora dice que se van a casar. Esto es el colmo, aunque no se por qué me extraño tanto si se veía venir. Pero es que tan solo llevan un año, seguro que serán la comidilla del pueblo. Bueno, no es que en su noviazgo no lo hayan sido, así que tampoco les importará mucho. Lo malo es que me ha pedido que sea su madrina y creo que me debería importar algo… no sé. Esta muchacha me mete en unos berenjenales que no veas.

Hemos estado recorriendo todas las tiendas de novias de todos pueblos de los alrededores. Si antes de esto de la boda me mareaba con todo lo suyo ahora voy a acabar de perder la cabeza con tanta indecisión. Yo tampoco quiero opinar mucho pero es que no para de hacerme preguntas sobre cuál es el más bonito o el más elegante o el más lo que sea. Al final ha escogido el que le ha dado la gana así que no sé para qué tanto interrogatorio.

Menos mal que sólo han tardado una semana en traer el vestido. Ha sido traerlo y, como ha hecho un día de estos primaverales de finales de mayo que se parecen bastante al inminente verano, se ha empeñado en que sacáramos el espejo viejo de la habitación de su madre al patio para verse con la luz del sol. Claro, como es el centro de atención de la casa con el tema de la boda y eso pues allá que nos ha hecho cargar con todos los bártulos a su madre y a mí. La única condición que le hemos puesto es que hasta que no estuviese vestida del todo no se podía mirar al espejo. Con un poco de refunfuño ha accedido y se ha dejado vestir con tranquilidad para acabar cuanto antes. Reconozco que la he pinchado con más de un alfiler a propio intento, esa es mi pequeña venganza.

Una vez que la hemos acabado de vestir se ha plantado delante del espejo. Estaba muy guapa, ella ya lo es de por sí pero es que ese vestido a las mujeres nos realza la belleza o nos hunde en la miseria. Se ha mirado desde todos los ángulos posibles haciendo tantas preguntas que su madre, cansada ya, nos ha dejado a solas con la excusa de tener que fregar los platos. Yo sé que la emoción la ha superado. Que si me tenéis que coger un poco de aquí, que si el escote un poco más grande, que si la espalda más al aire, que si el velo no tan tupido, que si, que si y requete que si… Al final he ido accediendo a cada una de sus peticiones como buena madrina y una vez acabada con todas se ha vuelto a mirar. En esos momentos parecía la princesa de un cuento, qué digo, la princesa de todos los cuentos. Yo también me he emocionado. Ella ha quedado encantada cuando se ha visto con el vestido puesto. Ha dicho que no se lo volverá a probar hasta la boda porque así estaría ilusionada todo el tiempo que tiene que esperar hasta esa fecha.

Por fin ha llegado el gran día. Ha acabado siendo uno de los más raros de mi vida. Primero vino la peluquera, que a parte del peinado, también se ha encargado de hacerla la manicura y maquillarla. Lo peor ha sido cuando hemos empezado a vestirla. Hemos cometido el terrible error de dejar el espejo dentro de la habitación con lo cual ha podido ir mirándose mientras lo hacíamos. Si puso mil pegas a la hora de elegir el vestido y otras tantas la tarde que se lo probó, hoy ha sido para acabar de enloquecernos a todas. No le gustaba cómo había quedado el escote porque iban hablar de él todo el pueblo, a buenas horas pensaba yo, la espalda mucho más al aire porque tenía mucho calor, claro si te recoges la delantera te tendrás que abrir la trasera, le ha dado millones de vuelta para ponerse o no el velo, si a estas alturas todos le han visto bien la cara, y para colmo salta y dice que, de tenerlo guardado, el vestido ha perdido el blanco puro del principio y que ahora le resultaba más nácar. Los retoques de costura se los hemos ido arreglando como hemos podido pero lo del color ha sido imposible quitárselo de la cabeza hasta que su madre, ya un poca subida de tono, le ha dicho cuatro palabras bien dichas y le ha dado a elegir entre no llevar velo y pensar que el vestido estaba descolorido o ponérselo y no mirarlo sin más. Al final por pura cabezonería se ha puesto el velo no sin antes recordar por millonésima vez que el vestido tenía otro color.

Salió con la cabeza alta, se metió en el coche de su hermano que la llevó hasta la iglesia donde la esperaba el imbécil de Marcelo, la cogió del brazo y la llevó al altar. En ningún momento la vi mirando a otro lado que no fuese al frente, tan obsesionada como iba con que su vestido había cambiado de tonalidad. En el banquete estaba alegre pero un poco compungida a veces. Cuando acabó todo me despedí de ella diciéndole que había sido la novia más guapa del pueblo en muchos años. Aún así me respondió que aquel no era el mismo vestido dentro que fuera de casa y que eso no era una buena señal. Cuando vimos las fotos nos pudimos dar cuenta de que ella tenía razón y que en las que estaban hechas justo antes de salir de la casa de sus padres y en el banquete el vestido parecía un poco más apagado mientras que en las de la puerta de la iglesia y en las de los dos solos en el mirador del castillo relucía con la blancura de una estrella.

Para pesar mío mi prima estaba en lo cierto, después de pasarse casi once años dentro de su casa, sin no ir más lejos que a la romería del pueblo, su luz se ha ido apagando poco a poco. Si no fuera por la niña que tiene estaría a oscuras del todo. Pero mira tú por donde se ha cansado de todo y hoy se ha puesto un traje nuevo para salir a la plaza. Su marido ha dicho que así él no salía con ella. Ha cogido a su niña de la mano, le ha mirado fijamente a los ojos y le ha dicho que ni puñetera falta hacía porque esa era la primera vez que saldría sin él en muchos años. Creo que es el principio del fin de su descolorido y maltrecho matrimonio. Sé que ha sido así porque siempre me lo cuenta todo. Yo le he alabado el gusto y, de paso, le he recordado por enésima vez que Macelo es lo que es… un imbécil.